jueves, 12 de febrero de 2009

Un tipo que molesta

No hay medias tintas con Arcadi Espada, como con lo que suele merecer la pena. Lo que escribe este periodista catalán (Barcelona, 1957) te puede parecer brillante, un disparo de inteligencia en la boca del estómago, o una insoportable acumulación de erudición en lenguaje fragmentado, ininteligible a veces hasta impedirte llegar al final del texto. Me sucede esto último con alguna de sus columnas en el diario El Mundo, y lo primero con el último de sus libros, Periodismo práctico, que hoy os comentamos.

Un libro breve, pero muy denso; que debe leerse despacio. Y volverse a leer nada más terminar porque es un libro importante, posiblemente las reflexiones más lúcidas, inteligentes y originales sobre el periodismo que se hayan publicado en los últimos años. No apto para facultades de periodistas ya que generalmente se desprecia, se infravalora o directamente se olvida lo que nos dictaban allí, especialmente las lecturas "obligatorias", tal vez por un afán estúpido de emanciparnos del sistema de enseñanza para hacernos mayores, profesionales, expertos. Qué se yo.

Además, y a pesar de su título, es un libro que posiblemente le diga más cosas a quien lleve años ejerciendo esta profesión. A un estudiante pudiera no decirle nada a pesar de todo lo que dice porque los años de práctica ayudarán sin duda a saber escuchar lo que nos dice el periodismo práctico de Arcadi. O no.

Es un libro tal que si yo me dedicara a subrayarlo agotaría un lápiz sacándole punta cada pocas páginas. Pero nunca subrayo libros, ni los marco para siempre de ninguna manera, doblando esquinas de sus páginas, por ejemplo. En vez de eso, pego pequeños papelitos amarillos autoadhesivos y escribo sobre ellos, con lo cual agoté el taco y el libro de Arcadi Espada se asemeja ahora a un pájaro amarillo lleno de plumas, aunque en realidad de lo que está lleno es de preguntas. Busco una de ellas en el primero de los papelitos:

"¿Qué hacer con las intenciones? (...) Un periódico no debe publicar los planes de los terroristas. Con la intención de exhibir su perversidad contribuyen a hacerla efectiva." Afirmación, como muchas de las suyas, absolutamente controvertida frente a quienes sostienen, sostenemos, que debe publicarse todo lo que sea noticia. Hay que contar lo que sucede, condicionantes morales aparte... ¿siempre? Si lees a Arcadi comienzan las dudas. Como tiene que ser. O "¿qué hacer con los restos del monopolio? Durante los doscientos años de la época moderna, el periodismo ha debatido el conflicto social prácticamente en solitario. El Templo o el Aula nunca fueron gestores comparables. Pero la aparición de internet ha acabado con el monopolio. Blogs y todo tipo de foros discuten, promueven y actúan sin que intervengan en la ceremonia ni periodistas ni medios. La cuestión que queda por saber es si el periodismo perderá el monopolio de la selección de los hechos que deben imprimirse". Sin comentarios. Bueno, sí, al menos uno, porque Arcadi, a pesar de pertenecer a una generación anterior a la de tantos "blogeros", es uno de los periodistas que mejor ha entendido la red y que incluso construye su lenguaje periodístico a partir de ella, con esas frases cortas y cortadas, sentencias breves y directas. Su blog en la página web del diario El Mundo, El Mundo por dentro, es toda una referencia en la blogosfera periodística, y damos fe de ello ya que nuestra humilde curva de entradas se disparó de una manera espectacular con dos amables enlaces suyos... que desde aquí agradecemos, sin que ello sea la causa de que comentemos su libro e insistamos en su interés.

Interés sin dejar de divertirnos en muchísimas de sus preguntas, como la desternillante recopilación de textos económicos que nos ofrece en "¿Qué hacer con las inyecciones de liquidez?" para explicarnos que nadie nos ha explicado la crisis económica con palabras inteligibles. O casi nadie. En el apartado de la Tercera Cultura (o Cultura 3.0), proyecto al margen de este libro en el que participa Arcadi Espada que busca redefinir el concepto de cultura (sin la actual separación con la ciencia, por ejemplo), encontramos reflexiones sobre el "desvarío posmoderno" en los "intentos del nuevo periodismo de describir la realidad en términos de novela, porque la emoción del espectador no depende de la veracidad, sino de determinados códigos del relato"; un imperdonable y equivocadísimo alegato en contra de la música (es prácticamente imposible hablar de la música en general, para mal o para bien, estimado Arcadi. Posiblemente no hayas escuchado la adecuada); o de la propia ciencia, a la que alude como "lo veraz, único asunto que concierne al periodismo". "La única noticia" nos dice sobre la ciencia en este texto que busca la objetividad "científica" desde el más puro subjetivismo, desde la contradicción, única postura interesante e inteligente en este mundo confuso y caótico.

Entre mil y un "quiá", expresión anacrónica que parece gustarle en especial (es el nombre además de su actual columna fija en las páginas de opinión de El Mundo) y que salpica el texto cada pocas páginas, o líneas, podemos leer también "el futuro, en el periodismo, sólo puede tratarse de modo condicional. Pero el condicional se lleva mal con la propaganda (...) La única forma del condicional rechazable por eufemística (porque atenúa la ignorancia del periodista) es la que sitúa la probabilidad en el pasado: "El soldado habría matado a su enemigo". Sobre el pasado, un periodista está obligado a demostrar su competencia. A diferencia del futuro, donde la competencia es de los pitonisos". O cuando se contesta a sí mismo sobre "¿Qué hacer con el periodista ciudadano?: Primero reconocer que su emergencia ha acabado con el tradicional oxímoron. Pero en el uso periodístico de internet por personas que no son periodistas hay una gran novedad: el acceso directo de la fuente al medio. La fuente ya no precisa del intermediario. Para garganta profunda ya no es indispensable citarse con Woodward en el aparcamiento: le bastaría con un blog. Y a Woodward le bastaría con consultarlo cada mañana y chequear su veracidad. Desde la convicción de que en internet todo es mentira hasta que no se demuestre lo contrario, convicción que es otro de los grandes paradigmas mutados respecto del pacto de veracidad tradicional en los periódicos".

Quisiera terminar citando a Baruch, nuestro querido amigo tantas veces aquí mencionado, quien desde el otro lado del Atlántico difunde sus píxeles bonaerenses de Visualmente, para comentar brevemente cómo le conocí. Sucedió en un Seminario sobre Diseño periodístico en el que como ponente El Norbi hablaba, hablaba y hablaba en envolvente acento argentino proyectándonos desde su Mac portátil algunos de sus geniales trabajos. Yo estaba entre el público y Baruch nos hacía preguntas de esas que todos contestan "¡siiiiii!", o "¡noooooo!" con participativa docilidad. Todos, menos uno, que como siempre se empeñaba en llamar la atención contestando al revés. Me miró unas cuantas veces con esos ojillos como líneas rectas horizontales con los que parece imposible que llegue a distinguir nada alguien de mirada tan aguda y perspicaz como este fanático de Boca Juniors, y a la tercera vez que contesté al revés exclamó: "¡siempre hay un tipo que molesta!". Y no me molestó. Reímos, reí complacido con tan precisa definición de mi persona como bien corroborarán quienes me conocen desde hace mucho aunque Baruch, grande, acababa de conocerme y todavía no habíamos siquiera hablado. Pues bien, y salvando las evidentes distancias, también a Arcadi Espada, a quien no conozco en persona, me atrevo a definirlo como un tipo que molesta. Porque no escribe lo que sus comunicantes quieren que escriba sino lo que quiere escribir. En este caso un Periodismo práctico no sólo de imprescindibe lectura, sino de recomendable relectura. Incluso abriéndolo al azar por cualquiera de sus páginas llenas de preguntas... y respuestas.

martes, 10 de febrero de 2009

Falsa información/publicidad falsa

Lo primero que pensé al verlo, espantado, fue que habíamos metido la pata. ¿Pero a quién se le había ocurrido hacer una página así? E inmediatamente, seamos sinceros, piensas en alguien capaz de hacerlo... De poner ese títulón de cuerpo gigante a cinco columnas, y el subtítulo ridículo dejando la línea inferior sin llenar la mitad del espacio y ¡terminado en punto! Y esos sumarios. Y esa foto horripilante. ¡En blanco y negro!


¿En blanco y negro? Y entonces te culpas a ti mismo por haber pensado mal de nadie, por haber siquiera sospechado que alguno de los nuestros pudiera perpetrar una chapuza de este calibre porque inmediatamente buscas, y encuentras, escondida en una esquinita, la palabra publicidad.


Una vez más han vuelto y hemos vuelto a hacerlo. El viejo truco de hacer pasar por información una publicidad. El anunciante por proponerlo y nosotros, el medio, por aceptarlo. Es evidente que pasamos por una crisis grave, muy grave, en la que ponerse exquisito con la principal fuente de ingresos de los medios impresos no parece la mejor postura para mantener puestos de trabajo. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es esto, que más bien se parece a esa práctica tan habitual como estúpida de tirar piedras contra tu tejado. Porque, a ver, ¿resulta eficaz esta burda maniobra? ¿No se sentirá engañado el lector tanto por el medio informativo como por el anunciante? ¿Y si se siente engañado... no producirá en su ánimo el efecto contrario al buscado?

Ni siquiera me sirve de consuelo el descubrir en nuestra competencia el mismo adefesio, quiero decir, el mismo anuncio. ¿O no es el mismo?



Aquí, el ¿anuncio? aparece en la parte inferior de la página. Lo cual es bastante menos grave que cuando está situado en la parte superior, como sucedió ese mismo día en la página de nuestro periódico (volver a ver, si no os daña mucho la vista, la primera imagen). Y algo más, ¿no? Efectivamente...




¡Los tipos de letra! Se han utilizado tipos de letra distintos en cada uno de los anuncios en función de a qué medio iba destinado cada uno. O sea, que para el anuncio que se insertó en las páginas de El Mundo se utilizaron unos tipos de letra muy parecidos a la Valencia, tipografía en la que se componen sus títulos. Mientras que para el anuncio destinado a El País se utilizó una Times distorsionada que se pareciera lo máximo posible a su Majerit. Y no sólo eso, si os fijáis en la firma del artículo, también intenta imitar a la Neo de El Mundo, justificada a la derecha, mientras que para El País busca una de palo en negrita entre dos rayas, tal y como hace este diario. Con los pies de foto, igual. No se ha querido hacer un anuncio que parezca información, sino que parezca información hecha por el propio periódico en el que aparece.

Insistimos en que cuando los ingresos publicitarios determinan puestos de trabajo resulta muy difícil establecer y cumplir criterios estrictos de separación entre publicidad e información, que es otra de las funciones del diseño periodístico, en este caso usurpada por los publicistas (que por cierto, ¡vaya chapucita!, ¡coño!, ¿es que así de cutres ven nuestras páginas para que cuando intentan hacer una parecida les salga esto?). Así que tal vez tengamos que resignarnos ante esta otra consecuencia de la omnipresente crisis que va a obligar a nuestros lectores a estar más alerta ante el gato por liebre... eso si no se cansan del todo de esta falsa información/publicidad falsa y dejan de serlo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Diseñario (XLVII)

Siempre es gratificante encontrar comentarios que nos dicen que un maquetador está "para dar forma periodística a un contenido periodístico. Para ayudar al que tiene el “qué” y mostrarle el “cómo”. El diseñador de prensa debe ser el primer lector y debe trabajar con contenidos y hacerlos atractivos. (...) Debe ser un editor de contenidos y debe aportar sus conocimientos formales con sentido periodístico antes que estético". El comité de expertos encargado de la elaboración del Diseñario no puede sino suscribir palabra por palabra este comentario de uno de nuestros lectores porque ésa es la filosofía de encajabaja. Esperanzados porque estas palabras nos demuestran que no todo está perdido, nos ofrecen además una nueva entrega de esta su obra irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación, sobre el diseño periodístico y la prensa.




T


Tabla. Elemento textual (más bien numeral) que sirve de apoyo a las informaciones y que aporta una serie de datos relacionados entre sí. Dividido en celdas horizontales y verticales, muchas veces se usan las tablas como ídem de salvación para así intentar mejorar el aspecto de una página: "podemos dar una tablita aquí, así aligera la página", suelta el incauto de turno. Sin embargo, las tablas son feas por naturaleza (con honrosas excepciones) porque son simplemente una sucesión de datos adornados con filetes horizontales y verticales que los delimitan. Y hay que saber hacerlas bien, muy bien incluso, porque no hay nada peor que una tabla fallida en la que los datos no queden claros y no se pueda consultar con facilidad.

Tabloide. ¡Cómo!, exclamó con un combinado de indignación y asombro el alemán Reinhard Gäde al enterarse de que los responsables del proyecto de periódico que le habían contratado para que hiciera el prototipo habían comprado ya una rotativa ¡en formato tabloide! ¡No! ¡Es imposible! Era imposible hacer un diario de calidad en este formato, con este tamaño de papel, que es precisamente lo que este alemán de la escuela de La Bauhaus logró hacer con el diario madrileño El País en 1976... una vez que se le hubo pasado el cabreo germánico inicial.
¿Por qué se puso así este hombre, por otro lado cordial y divertido? Pues porque en la tradición de la prensa anglosajona y centroeuropea, en la que él se había educado, los tabloides se asociaban hasta tal punto con la prensa sensacionalista que a todos ellos se les llama de forma general así: tabloides. Los "periódicos de calidad" utilizaban el denominado formato sábana (broadsheet, en inglés, con unas medidas aproximadas de 600 x 380 mm), y todavía lo hacen en Alemania aunque no en inglaterra o Estados Unidos. Es el más grande de los tamaños de papel empleados para imprimir periódicos, casi el doble que nuestro querido tabloide (aproximadamente 410 x 300 mm). Existe un formato intermedio denominado berliner (470 x 315 mm), que es el que utiliza, por ejemplo, The Guardian, desde que dejó el formato sábana en 2005, o el diario francés Le Monde.
El genial Gäde se encontró pues ante lo que para él suponía una total contradicción: tabloide y de calidad. La necesidad le impulsó entonces a crear con este despreciado formato un modelo de periódico serio, de calidad, con una retícula de módulos horizontales y cinco columnas, separando de manera geométrica los temas, muy ordenado y jerarquizado... y lo consiguió. Logró encontrar una imagen de periódico totalmente distinta a la de los tabloides anglosajones, distinta también de los enormes sábanas, con personalidad propia y que ha servido como modelo desde entonces.
El tabloide es el vencedor en la "guerra de los formatos", si es que puede hablarse en estos términos, porque al hecho de que triunfasen periódicos de calidad en formato tabloide se añadió la crisis económica, y de la prensa en particular, que aconsejaban reducir el tamaño del papel debido al incremento continuo de su coste. Especialmente interesante resultó la "batalla de Londres", donde se publicaban los periódicos de calidad más tradicionales del mundo, en su tradicional formato sábana, y para un público y un país donde las tradiciones forman parte de su esencia. El primero en dar tan atrevido paso fue The Independent, a finales de 2003, con la precaución de ofrecer los dos formatos simultáneamente en el quiosco, el sábana de siempre junto al nuevo tabloide (en realidad lo llaman "compact" porque es ligeramente más pequeño que el tabloide, ya que al utilizar la misma rotativa tenían que imprimirlo a un tamaño exactamente la mitad del sábana, amén de que no quisieran utilizar el apestado calificativo tabloidal). No había terminado ese año cuando fue The Times, ¡si, The Times!, quien hacía lo propio. Aproximadamente un año después, ambos dejaron de imprimir en el tradicional sábana, los lectores decidieron, y una forma dejó de condicionar los contenidos.

Teletipo. Marcas o huellas, señales, caracteres grabados y enviados a distancia. Mensajes transmitidos. Manera de comunicarse de las agencias de noticias con sus clientes: periódicos, emisoras de radio, de televisión, internet, gobiernos, etc. Lo que nunca debe firmarse como si lo hubiéramos escrito nosotros... a pesar de que le hayamos cambiado cuatro palabras. De lo que se nutren en un altísimo porcentaje muchas de las páginas web periodísticas, debido principalmente al alto coste que supone elaborar información propia de calidad y a que su única vía de financiación son los ingresos publicitarios, escasos e insuficientes para hacer rentable a día de hoy un medio de comunicación en este soporte digital. El crecimiento exponencial de internet, y la posibilidad de que se pueda convencer a los internautas de que paguen por la información, es posible que nos obliguen a modificar esta última acepción de teletipo.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.

viernes, 6 de febrero de 2009

Weekend

MADRID
Miquel Barceló. Caixa Forúm (Paseo del Prado, 36) nos acerca hasta el 17 de marzo una interesante exposición sobre la polémica obra que el creador mallorquín (Felanich, Mallorca, 1957) realizó para la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones del Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra. Sin entrar a valorar la moralidad o no de un gasto tan enorme (unos 20 millones de euros) en una institución que lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo. 

Miquel Barceló, con su cúpula

Dejando demagogias a parte, en esta exposición podremos ver el proceso de creación de la cúpula llamada 'El mar de Barceló' a través de fotografías, audiovisuales, maquetas y el propio cuaderno de bitácora del artista.


Francis Bacon. El Museo del Prado acoge la segunda visita de la obra del genial artista dublinés a Madrid tras la que realizó en 1978 en la Fundación Juan March.  La exposición inaugurada el pasado martes por los Príncipes de Asturias estará en el Prado hasta el 19 de abril. En ella podremos ver trabajos procedentes de la Tate Londinense y el Metropolitán de Nueva York. Se pretende también rendir homenaje a Bacon (Dublín, Irlanda, 1909) en este año en el que se conmemora el centenario de su nacimiento. Como curiosidad diremos que, aunque Bacon era ateo, pintó muchas obras religiosas que ahora adornan el Museo Vaticano de Roma. Así podremos observar en la muestra su famoso retrato del Papa Inocencio X que también fue pintado por Velázquez.

Arco. Crisis, crisis, crisis. Es la palabra que podemos encontrar en todos los ámbitos de la sociedad española actual y como no podía ser de otra manera será la protagonista de la vigésimo octava edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO). 'Trabajar el doble para vender la mitad' es el lema que deja muy claro los tiempos que vivimos. 250 galerías de arte intentarán dar el do de pecho en esta complicada cita en la que se han invitado a las principales galerías de la India para ser protagonistas de esta edición. "Se trata de un país muy grande y los que tienen acceso al coleccionismo son muy ricos", dice la directora de Arco, Lourdes Fernández, mientras espera repetir el éxito del año pasado en Brasil. 


BERLIN. 
Rohko y Giotto. La Gemäldegaleriie de Berlín ofrece desde hoy a sus visitantes una original exposición que concecta Expresionismo Abstrato del siglo XX y Renacimiento italiano del Quattrocento. A través de las obras de Mark Rothko y Giotto se pretende establecer un vínculo entre artistas que vivieron con más de seis siglos de diferencia y que compartieron la creencia de que el Arte es ciencia, para gusto de alguno de nuestros lectores. El director del museo, Bernd W. Lindemann, coincide con muchos diseñadores actuales al afirmar que: "todo esta inventado".

miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Servimos para algo los maquetadores?

En principio, en estas épocas de crisis y despidos masivos, de EREs y temporalidad, la pregunta se hace difusa pero no deja de llegarle a uno a la cabeza.

Por un lado, los acontecimientos actuales nos sugieren que NO, que somos una especie en extinción por lo prescindible. Al final nos pudo el carácter borde propio de todo maqueta y nos tiran por la ventana.

Pero por otro lado, tendemos a pensar que SI, qué sería de los medios sin nosotros, qué sería de los plumillas sin nadie con el que discutir la "belleza" de la página, creemos que alguien debe hacer el trabajo, que alguien debe "componer" las páginas (que dirían los clásicos) y dejarlas listas para la imprenta o la rotativa. Los post de este blog son un ejemplo (y valga el último de mi compañero Luis), de que a priori somos necesarios para solucionar o dar respuesta a los vaivenes de la información y a los cambios de última hora.

Pero no cabe duda que la universalización de la cultura y de la enseñanza cada vez nos relega un poco más. Mucho hemos aprendido de este mundillo de manera autodidacta y cada vez más y más gente sabe manejar los programas de diseño gracias a manuales y guías encontradas en Internet o a libros sorprendentemente específicos y útiles.


Todo esto viene al hilo de que cada vez nos encontramos más productos como el que llegó a mis manos los pasados Reyes (como fuente de inspiración nunca está de más), titulado "500 retículas y hojas de estilo", que por unos 28 euros proporciona a cualquiera que no tenga ni idea de maquetación (o poca) plantillas listas para usar, compatibles tanto con InDesign como con QuarkXPress (y también plantillas web para Dreamweaver), perfectamente editables, modificables y libres de copyright. Te dan el trabajo hecho, tu pones el resto rellenando los huecos (texto, imágenes...). Los diseños no son tan malos como se podría pensar (por mucho que nos parezcan básicos) y a más de uno le sacarán de un apuro y le permitirán quedar genial, como todo un diseñador experto.

Evidentemente, los maquetadores siempre reivindicaremos que cada página, cada maqueta, cada diseño tiene un proceso y que no puede supeditarse a bases tan prefijadas (que por otro lado, todo el mundo puede usar, por lo que esos diseños pueden convertirse en epidemia y repetirse hasta la saciedad, he ahí el problema). Pero ya habrá mucha gente, manitas del ordenador, como el panadero de la esquina, el amigo que tiene una tienda, el tío que organiza un festival, etcétera, que ya no tendrá que recurrir a nosotros para editar un folleto, un tríptico, un flyer, un fanzine, un catálogo, una revista, un periódico... Básico, sí; cutre, puede; sin nosotros, también.

Otro ejemplo son las nuevas empresas que están surgiendo dedicadas a la maquetación y que nos harían inaugurar un nuevo término: "Fast Maq" o Maquetación Basura (el chiste es obvio, lo sé). Un ejemplo es Coverexpres. Uno de los servicios de esta compañía es la creación rápida de cubiertas "a partir de 60 euros y en 24 horas", pudiendo basarse en plantillas prefijadas si el cliente no quiere complicarse. ¿Y para interiores? Dos opciones: "Estándar: Proporciónenos sus textos en las condiciones establecidas y nosotros se lo maquetamos. COSTE: 75 euros de 68 a 150 páginas. Páginas adicionales: 0,5 euros/página. Tiempo: 72 horas. Avanzada: Usted nos proporciona su línea editorial y los textos a maquetar. COSTE: 0,8 euros por página." Precios de derribo para los tiempos de hoy. A esos precios, ¿cuántos trabajos debería facturar al mes un maquetador freelance para ganarse dignamente la vida?

El proceso de maquetación que nos ofrece la compañía es claro: "¿Cómo funciona? Después de recibir toda la documentación, en el plazo máximo de 96 horas tendremos confeccionada la maquetación con su línea editorial. Entonces, se lo notificaremos por mail y usted podrá ver cómo queda en nuestra Web. [Ni pruebas físicas ni contacto con el cliente, para qué.] Si le parece correcta, entonces deberá efectuar el pago de la misma. Una vez nosotros recibimos el abono en nuestra cuenta, le remitimos la maquetación preparada para impresión a la dirección de Email que usted nos indique." Y los condicionantes también: “Para poder ofrecer estos precios, en coverexpres no aceptamos cambios en los textos. / Por favor, asegúrese antes de maquetar que su texto está bien corregido y que no quiere modificar ningún párrafo. / Todo aquello que no esté indicado en el texto y no se nos haya proporcionado en el fichero original, una vez maquetado, ya no se podrá modificar. / Si pese a nuestras advertencias el cliente quiere modificar alguna parte de la maquetación, se le cobrará un suplemento de 30 euros por hora adicional, la primera completa, las siguientes fraccionadas en cuartos de hora." O sea, aquí te pillo, aquí te mato; un cliente, luego otro, luego otro...

Pero ya no hay que irse a la maquetación autodidacta ni a la Fast Maq o maquetación en serie: el colmo es la maquetación automática. Ya en 2003 una empresa denominada Andromina eBusiness iba a presentar en el SIMO una aplicación para FileMaker e InDesign para automatizar la maquetación de catálogos, la cual "desarrollada a medida de las necesidades del cliente, permite la generación de catálogos en varios idiomas, con imágenes de alta resolución, códigos de barras, índices y subíndices en tiempos asombrosos. Nuestros clientes están maquetando catálogos de 400 páginas en menos de dos horas y folletos más simples, para ofertas puntuales, en cuestión de minutos." Folletos en minutos... ¡¡400 páginas en dos horas!! "Nuestra aplicación procesará sus datos, los ordenará, insertará los puntos de ruptura necesarios, buscará las imágenes dónde estén y enviará todo ello a Adobe InDesign para crear el catálogo." Terrorífico. Y más de una empresa (usen Google) ofrece hoy día estos servicios de maquetación automática. Al fin y al cabo, las marcas de fotografía emplean sistemas similares para crear sus foto álbumes... pues lo mismo pero destinado a la maquetación editorial.

Está claro que se pierde el romanticismo en nuestra profesión. Y de la calidad ya no hablemos... Y de la originalidad y la creatividad, menos. Es "el signo de los tiempos", que cantara Prince. Sálvese quien pueda.

Agüero le pone un tapón a Gasol

Decir que cada tema tiene su importancia y que no todos pueden ir valorados de la misma manera es una obviedad. Con el diseño anterior de El Mundo se podían valorar los temas de varias maneras: dentro de la propia página con la titulación o su colocación en la misma, o por el orden que lleva el tema dentro de la sección. Pero con el nuevo diseño la cosa cambia. La tendencia es hacer páginas con menos temas y, a poder ser, que cada tema ocupe una página o que a lo sumo haya dos en cada una. Lo más importantes al principio de la sección y en las últimas páginas cerrar con breves o temas a los que no se les da mucho espacio. O al menos eso creíamos hasta el pasado jueves.

Ese día había dos acontecimientos importantes en el mundo del deporte. Por un lado, se iba a anunciar, sin hora fija, si Pau Gasol volvía a participar en el All-Star de la NBA por segunda vez y por otro, se jugaban los cuartos de final de la copa del Rey. El caso es que sobre las 13.30 del jueves pasó por la sección el redactor jefe de Deportes Luis Fernando López para maquetar la sección.

Como tanto el fútbol como el baloncesto iban hacerse esperar, había que dejar algo maquetado para que el cierre fuera lo más rápido posible. Se hicieron dos versiones para los partidos de copa: la primera era para el cierre de primera edición, a la que sólo llegaría el partido Barcelona-Español y la segunda era para "alcance", es decir, para un número limitado de ejemplares en el que se incluirían tanto el partido del Barcelona como el del Valencia contra el Sevilla. En ambas versiones también teníamos un tema de otro partido que se había jugado el día anterior. Esto es lo que "premaquetamos".


Versión para primera edición.

Versión para el "alcance".

En cuanto a Gasol, hicimos esta maqueta que, en teoría podía ser portadilla de sección, ya que no sólo iba a participar Pau, sino que su hermano Marc y Rudy Fernández también estarían en el fin de semana de las estrellas.


Un título fuerte a cinco columnas, una foto potente de Pau y unos apoyos con los otros protagonistas. Todo preparado para el anuncio. Pero no contábamos con que sobre la hora de comer unos cuantos personajes se reunían al calor de una buena comida para...!darle ánimos al Kun Agüero y convencerle de que el Atlético era lo mejor que le había pasado en su vida! Ya se sabe, cualquier reunión en el mundo del fútbol es noticia y esta, parece ser, era importantísima. Así que hay que cambiar y reestructurar la sección y darle la apertura al Kun Agüero y sus dudas con el club colchonero. Ni copa del Rey ni All-Star. Manos a la obra con la de Gasol: foto por arriba, título a cuatro y apoyos por debajo.

Al final la sección quedó así


Pero para llegar a esto tuvimos que librar una última "batalla". Y era adelantar la página de Gasol y compañía, porque en un principio iba a ir la última de la sección. Pero no tenía sentido que pasara de ser una posible apertura a la última de la sección y mantuviera la titulación a cinco columnas. Afortunadamente encontramos con la compresión de LuisFer y conseguimos adelantarla a la penúltima, justo después del bloque del fútbol. Porque en este país quien manda, para bien o para mal, es el fútbol...

lunes, 2 de febrero de 2009

Diseñario (XLVI)

A pesar de su reclusión y apartamiento del mundanal ruido, esa senda que ya sabéis que siguieron los pocos sabios que en el mundo han sido, los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados del Diseñario han vivido esta semana con la preocupación propia de las noticias que sobre el mundo de la prensa, y el mundo en general, se vienen sucediendo. Nos encargan que transmitamos un saludo cariñoso a todos aquellos que viven las peores consecuencias de la cisis económica que padecemos en esta nueva entrega de su obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa en general, irreverente, en absoluto académica y abierta a vuestra participación.




Sumario. De manera general, sumario es "breve, resumido, reducido a poca extensión". En el ámbito jurídico son el conjunto de actuaciones que lleva a cabo un juez para investigar un presunto delito y que se plasman en un escrito. Escritos que aparecen después con muchísima frecuencia impresos en los periódicos, en todo o en parte, breves, resumidos pues, reducidos a la extensión propia de una noticia en este caso generalmente filtrada por alguna de las partes del proceso judicial.
De manera particular, en lo referido al diseño periodístico, sumario es también algo breve, resumido, reducido a poca extensión. Y si en la voz anterior ya mencionamos los problemas que tienen algunos con conceptos tan autodefinidos como "subtítulo", imagínense los malentendidos que ocasiona algo tan etéreo y ambiguo como "algo breve". Porque el sumario se diría que está concebido para confundir a quienes se enfrentan con la ingrata labor de hacer páginas de un periódico. Con quien más se le confunde es precisamente con el subtítulo, pero tenemos constancia de que se ha llamado sumario a cualquier cosa que pueda aparecer en una página, folio y fotos incluidos. Tampoco existe consenso entre un periódico y otro en lo que se refiere a qué es un sumario, constituyendo este curioso fenómeno una guía para saber en cuál trabaja cada cual.
La variante más extendida y aceptada, aquella que nosotros definimos aquí, es la del elemento destacado en medio de las columnas de texto o bajo una fotografía, compuesto en un tipo de letra mayor que el texto base y que destaca una frase o una idea de manera "breve", claro, a la vez que aligera visualmente el "peso" de toda la masa de texto. Existen dos tipos fundamentalmente: el que podríamos denominar tipo "perro rabioso", porque "muerde" las columnas, y el que no las muerde. ¿Qué quiere decir esto?, porque dientes no se le concoen a ninguno de los elementos que conforman las páginas. Pues que estos pequeños bloques pueden situarse entre dos columnas, restándoles espacio a cada una de ellas ("mordiéndolas"), o bien pueden situarse sólo en una, interrumpiendo momentáneamente el flujo del texto (causando "saltos" en el texto). Estos dos tipos de sumarios se asocian cada uno de ellos a dos teorías sobre cómo deben fluir las columnas de texto en una página. La primera, racionalista, muy informativa, con aspiraciones a seriedad y rigor incluso formales y orientada casi hasta el fundamentalismo en no dificultar la lectura de ninguna manera, no colocaría nunca un sumario que obligara a esos "saltos" en el texto, posiblemente no colocaría nunca un sumario aun con el consiguiente riesgo de "ladrillo" que esto supone. La segunda, aparentemente libre de prejuicios, preocupada por valores estéticos añadidos que atraigan a los lectores con un supuesto dinamismo, totalmente imaginario pero no por eso efectivo en ocasiones, busca a toda costa lugares donde romper las columnas de texto y, si los anteriores decíamos que llegarían al extremo de no colocar un sumario, éstos puede que se atrevieran a no poner texto.
Un último aspecto en relación con los sumarios es su función "comodín" dentro de cada artículo. Porque el sumario, o la falta de él, suponen más o menos texto; y como sobre su colocación e incluso su existencia ha quedado ya claro que no existe consenso y quedan al amparo de lo aleatorio y subjetivo, nunca falta aquel sin ganas o tiempo de escribir que quiere mucho sumarios "donde sea"; y el contario, a quien de natural le falta siempre espacio que no dudará en pedir, suplicar o exigir que le quitemos esos sumarios "porque no hacen ninguna falta".

Suplemento. Producto que se vende conjuntamente con un diario, y se presenta bien encartado o bien acompañándolo, y que como su propio nombre indica, le aporta un plus que el periódico no puede ofrecer. Los suplementos abordan temas en los que al periódico le interesa incidir, ya sea por estrategia informativa o económica, o las dos, que también viajan juntas. Son una manera de abordar informaciones de manera mucho más concreta y diferenciada de la línea habitual del periódico. Porque aunque los suplementos dependen del periódico, es importante que se diferencien formalmente de él, para que no parezcan una sección interior más.
Si un periódico se construye desde un férreo control de la jerarquía, el orden y la unidad, un suplemento constituye un pequeño campo abierto en el que las cosas que parecen imposibles en el día a día tienen cabida. Los suplementos son entidades unitarias, con estilo propio, que deben recordar a la matriz a la que pertenecen pero no deben tener miedo de diferenciarse en la forma, a atreverse con cosas nuevas, ya que en un suplemento importa casi tanto lo que se cuenta como el cómo se cuenta. La gran apuesta de los suplementos ha sido siempre la imagen, el arrevistamiento, un atractivo diseño y en gran medida el color, que el periódico hasta hace bien poco no podía ofrecer.
Los periódicos de hoy poseen infinidad de suplementos. En una especie de enloquecida carrera por colapsar los quioscos de España, las editoras se han lanzado en estos últimos años a hacer suplementos de casi cualquier disciplina existente. Raro es el periódico que no tenga suplementos de casi todo: los hay de motor, de deportes, de salud, de ciencia, de informática, de viajes, de vivienda (incluso ahora, que la última casa se vendió prácticamente hace tres años...), de religión, de naturaleza, de trabajo... tantos como posibles inquietudes tengan los lectores y allá donde algún anunciante tenga a bien rascarse el (hoy maltrecho) bolsillo. Pero el rey de los suplementos, en el que todos pensamos cuando empleamos esta palabra es el suplemento dominical. Pensado inicialmente para que el periódico del domingo fuera igualmente demandado tanto por hombres como por mujeres, ha ido evolucionando hasta convertirse en una especie de contenedor de magníficos reportajes, grandes propuestas de ocio y también, grandes propuestas de diseño. De hecho, las mejores cosas que se han visto en los últimos diez años en el panorama diseñil patrio estaban en los suplementos. El dominical de El País, el magnífico País Semanal (aun con sus últimos altibajos), el apabullante Metrópoli de El Mundo del siempre sorprendente Rodrigo Sánchez, incluso suplementos ya desaparecidos y añorados como el antiguo País de las Tentaciones o La Luna, han hecho las delicias de muchos de los que nos dedicamos a esto.
Un suplemento es lo más parecido a una revista que un periódico, de momento, puede ofrecer (salvo que seas La Razón que, directamente, te regala revistas entre semana). Quizás por eso, algunos de los personajes que los maquetan están bordeando peligrosamente la línea que separa a los periodistas de los artistas, mientras que otros pasaron la línea hace años y están enclavados, tras sus gafas de pasta, en ese terreno alucinógeno, diseñil y creativísimo en el que todo vale siempre que seas muy original y diferente. Ese terreno del que no hay vuelta atrás, y en el que te miran por encima de la montura, como si les dieras pena, mientras defienden el equilibrio de los blancos de una página con argumentos tan peregrinos como la atracción de la madera, el factor de repulsa del cristal y cosas parecidas. Un mundo en el que cuanto más rara sea la excusa de la página, más aceptación tienes. Porque si maquetas un suplemento y haces cualquier barbaridad, con dar una explicación ininteligible solucionas el problema la mayor parte de las veces. Se te quedan mirando así, somo si quisieran comprobar que les estás tomando el pelo, y cuando tu o mueves un músculo de la cara tras haber dicho que esa página va así porque hay que respetar la periodicidad de las primeras cuatro páginas pares, te dicen: "Bueno, tú eres el que sabe..." Anda, intenta hacer lo mismo en un periódico, verás dónde te manda el responsable de una sección cuando intentes alguna triquiñuela parecida. Alguna ventaja tenía que tener estar rodeado de artistas, conceptos y abstracciones.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.