Es posible que nunca un Gobierno mereciese tanto una huelga general (como este que padecemos presidido por un errático y mediocre Zapatero), a la vez que nunca unos convocantes (como estas centrales sindicales mayoritarias que padecemos también), merecieran tanto que nadie la secundara. Así estamos. Como es natural, en encajabaja no podemos permanecer ajenos ni a esta convocatoria que ni apoyamos ni dejamos de apoyar porque, entre otras razones, no tenemos una postura común sobre ella aunque respetamos cada uno la posición del otro, como tampoco a la grave situación económica general de nuestro país, y a la no menos grave situación del sector periodístico en especial.
La Declaración no hace más que constatar lo que todos aquellos que trabajamos en un medio de comunicación vemos y sufrimos cada día: el empleo es cada vez más precario, con la utilización creciente de becarios y estudiantes en prácticas para ocupar puestos estructurales; las convocatorias de ruedas de prensa "enlatadas" o "teledirigidas" sin preguntas, como deterioro de la calidad informativa; o que el "nuevo escenario digital no es sinónimo de mayor calidad informativa. Hay mucha información, sí", afirman, "pero también mucha que se basa en el rumor y la difamación". Para la Federación la apuesta por la calidad, como venimos manteniendo muchos durante mucho tiempo ya sin que hayamos conseguido nada sino más bien todo lo contrario, es fundamental para el futuro de nuestra profesión... y para el futuro de cualquier sociedad libre y avanzada. Algo en lo que, evidentemente, no sólo hay que hablar de internet, porque "la banalización de la información" está afectando de manera creciente a todos los medios.
Como conclusión, la Declaración de Pamplona incluye nueve puntos que os reproducimos íntegros a continuación:
1) Instar a los editores a negociar con los representantes sindicales un futuro viable para sus empresas en el que los eventuales sacrificios salariales garanticen el empleo, impulsen proyectos innovadores y establezcan un plan de formación intensivo y permanente, absolutamente imprescindible en el proceso de cambio acelerado que vive nuestra profesión.
2) Urgir al Gobierno, a los partidos y a las instituciones públicas a terminar con la práctica de las grabaciones enlatadas y de las ruedas de prensa sin preguntas. La FAPE invita a los periodistas a defender su derecho a preguntar y a los responsables de los informativos a promover la información propia y, en el caso de que esto no fuera posible, a especificar claramente el origen de las informaciones.
3) Instar al Gobierno y al Parlamento a que reconozcan, en la nueva Ley de Propiedad Intelectual, los derechos de los periodistas como autores. La FAPE invita a los sindicatos a incluir su reconocimiento en la negociación de los convenios colectivos.
4) Verificar que la Inspección de Trabajo ha puesto en marcha un plan para detectar las irregularidades sobre el empleo de los becarios, en respuesta a una petición expresa de esta Federación.
5) Instar a los magistrados a que respeten el derecho de los periodistas a la protección de sus fuentes informativas, según lo que establece la ley. A la vez, recordar al Gobierno que mantiene sin cumplir la promesa de promover una ley de transparencia y de acceso a la información pública, cuyo primer borrador de anteproyecto no satisfizo a la profesión periodística.
6) Recordar a los periodistas que hacen anuncios publicitarios con ánimo de lucro que nuestro Código ético y deontológico declara incompatible el ejercicio de la profesión periodística con la publicidad remunerada.
7) Fomentar la creación de los colegios profesionales de periodistas, que no se entienden solo como estructuras de pura defensa de los intereses profesionales, sino que aseguran la calidad de un servicio ciudadano, que en este caso es el derecho a la información.
8) Defender que en las convocatorias de puestos de trabajo para periodistas se exija la titulación o un máster en periodismo.
9) Convocar a la unidad de todos los periodistas para defender el ejercicio de calidad, basado en la disciplina de la verificación, la independencia, la clara separación entre opinión e información, la objetividad y la búsqueda permanente de la verdad.
Junta directiva de la FAPE, reunida en Navarra, con la Declaración de Pamplona.
Por todo ello, nos parece más que oportuno hacer hoy una reseña sobre la reciente "Declaración de Pamplona" aprobada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) tras su reciente reunión el pasado 20 de este mes en el Archivo Real y General de Navarra. Los datos del Observatorio de la Crisis, dirigido por la FAPE, ponen de manifiesto que en los dos últimos años la pérdida de empleo en nuestro sector ha afectado a 3.400 profesionales, y sólo en los últimos tres meses han desaparecido al menos 437 puestos de trabajo. "La crisis más grave de su historia", según FAPE.La Declaración no hace más que constatar lo que todos aquellos que trabajamos en un medio de comunicación vemos y sufrimos cada día: el empleo es cada vez más precario, con la utilización creciente de becarios y estudiantes en prácticas para ocupar puestos estructurales; las convocatorias de ruedas de prensa "enlatadas" o "teledirigidas" sin preguntas, como deterioro de la calidad informativa; o que el "nuevo escenario digital no es sinónimo de mayor calidad informativa. Hay mucha información, sí", afirman, "pero también mucha que se basa en el rumor y la difamación". Para la Federación la apuesta por la calidad, como venimos manteniendo muchos durante mucho tiempo ya sin que hayamos conseguido nada sino más bien todo lo contrario, es fundamental para el futuro de nuestra profesión... y para el futuro de cualquier sociedad libre y avanzada. Algo en lo que, evidentemente, no sólo hay que hablar de internet, porque "la banalización de la información" está afectando de manera creciente a todos los medios.
Como conclusión, la Declaración de Pamplona incluye nueve puntos que os reproducimos íntegros a continuación:
1) Instar a los editores a negociar con los representantes sindicales un futuro viable para sus empresas en el que los eventuales sacrificios salariales garanticen el empleo, impulsen proyectos innovadores y establezcan un plan de formación intensivo y permanente, absolutamente imprescindible en el proceso de cambio acelerado que vive nuestra profesión.
2) Urgir al Gobierno, a los partidos y a las instituciones públicas a terminar con la práctica de las grabaciones enlatadas y de las ruedas de prensa sin preguntas. La FAPE invita a los periodistas a defender su derecho a preguntar y a los responsables de los informativos a promover la información propia y, en el caso de que esto no fuera posible, a especificar claramente el origen de las informaciones.
3) Instar al Gobierno y al Parlamento a que reconozcan, en la nueva Ley de Propiedad Intelectual, los derechos de los periodistas como autores. La FAPE invita a los sindicatos a incluir su reconocimiento en la negociación de los convenios colectivos.
4) Verificar que la Inspección de Trabajo ha puesto en marcha un plan para detectar las irregularidades sobre el empleo de los becarios, en respuesta a una petición expresa de esta Federación.
5) Instar a los magistrados a que respeten el derecho de los periodistas a la protección de sus fuentes informativas, según lo que establece la ley. A la vez, recordar al Gobierno que mantiene sin cumplir la promesa de promover una ley de transparencia y de acceso a la información pública, cuyo primer borrador de anteproyecto no satisfizo a la profesión periodística.
6) Recordar a los periodistas que hacen anuncios publicitarios con ánimo de lucro que nuestro Código ético y deontológico declara incompatible el ejercicio de la profesión periodística con la publicidad remunerada.
7) Fomentar la creación de los colegios profesionales de periodistas, que no se entienden solo como estructuras de pura defensa de los intereses profesionales, sino que aseguran la calidad de un servicio ciudadano, que en este caso es el derecho a la información.
8) Defender que en las convocatorias de puestos de trabajo para periodistas se exija la titulación o un máster en periodismo.
9) Convocar a la unidad de todos los periodistas para defender el ejercicio de calidad, basado en la disciplina de la verificación, la independencia, la clara separación entre opinión e información, la objetividad y la búsqueda permanente de la verdad.