lunes, 6 de diciembre de 2010

Publicidad "integrada" (2)

En nuestro post anterior sobre "publicidad integrada" os mostrábamos varios ejemplos que cuestionan, y socavan, el principio de separación entre publicidad e información que regía hasta hace no mucho tiempo como norma ortodoxa para garantizar cierta independencia informativa, o al menos para que al lector le quede claro cuál es una y cuál otra. Es un tema que se debate desde hace ya tiempo, evidentemente, y muestra de ello es el texto que nos ha enviado nuestro maestro de periodistas preferido y maqueta mayor del reino, Pedro Pérez Cuadrado, escrito junto con la profesora Laura González Díez, para complementar y aportar alguna idea y alguna opinión más, porque en él se citan a diseñadores muy importantes del actual panorama del diseño periodístico español como Javier Errea o Alfredo Triviño, quienes parecen haber aceptado "sin complejos", incluso de buen grado, que la publicidad se mezcle con la información para conseguir páginas más atractivas visualmente.

El texto forma parte del libro "30 años de diseño periodístico", editado en el año 2007 y recoge tal y como reseñamos ese mismo año, las conferencias de Julio Alonso, Isabel Benito, Toni Cases, Ricardo Curtis, Reinhard Gäde, José Juan Gámez, David García, Carlos Pérez de Rozas, Rodrigo Sánchez, Carlos Tejero, Alberto Torregrosa y Fermín Vilchez (casi nada, ¿verdad?) durante distintas ediciones de las Jornadas de diseño periodístico que organiza la Universidad San Pablo Ceu de Madrid. Un pequeño tesoro en lo relativo al diseño periodístico en nuestro país.





Publicidad en la prensa impresa

(…) se puede entonces afirmar, por encima de otras consideraciones, que la prensa gratuita ha modificado fundamentalmente el modelo de negocio informativo tradicional al prescindir de una fuente de ingresos (la venta) y quedar en manos de la publicidad. Este hecho, que de por sí plantea interrogantes sobre la neutralidad empresarial, también afecta de forma extraordinaria –lo hemos podido comprobar– al diseño, porque propicia una mezcla de mensajes en la puesta en página.
Ya no vale la norma ‘publicidad abajo, información arriba’, y los mensajes pagados se sitúan al mismo nivel que las informaciones. “En los medios impresos –escribe Pilar Diezhandino (1994: 51)–, donde los periodistas se han sentido tradicionalmente orgullosos de mantener la sagrada separación entre editorial y anuncio, ha sido precisamente donde la invasión de la publicidad ha tenido más éxito. Hasta los márgenes de separación tipográficos han sido erosionados”. El resultado, a veces desconcertante para lo que había venido siendo ortodoxo, nos presenta a menudo anuncios que ‘levitan’ en la parte superior de las páginas o entremedias de las informaciones. Y se multiplican los formatos publicitarios que rompen la modularidad, forman escaleras o adoptan formas caprichosas con el claro objetivo de destacar a los ojos del lector.
Este ‘problema’ de diseño no sólo afecta ya a la prensa gratuita. Muchos diarios de pago están en la tesitura de aceptar estos nuevos modelos publicitarios que buscan, por encima de todo, el impacto.”Libres de viejas ataduras –escribe Javier Errea (2004: 39)–, los anuncios se escapan de la prisión en la parte inferior de las páginas y se anuncia una era en la cual información y publicidad vivan una junto a la otra sin complejos.” Otros medios como la televisión y las revistas ya lo hacen.
“No estamos inventando nada nuevo –insiste al autor–; es suficiente echar un vistazo a los archivos para descubrir que nuestros predecesores mostraban menos reticencias que nosotros.
(...) Incluso si nos obligan a saltar de un lugar a otro, estos anuncios no hacen la lectura incómoda. Ya no habrá más ‘áreas nobles’ libres de anuncios (...) y a lo mejor es una solución visual para páginas abarrotadas de texto” (Errea, 2004: 41 a 43).
Parece claro entonces que, de ahora en adelante, “la publicidad es parte del mensaje y no un obstáculo. No se perfila la identidad del medio contra la publicidad, sino con la publicidad” (Triviño, 2007: 54).

-DIAZHANDINO, Pilar: ‘Periodismo de servicio’. Bosch Comunicación. Barcelona, 1994.

-ERREA, Javier: ‘New ads, new ages? Advertising is on the loose’, en Design número 91.
Verano de 2004.

- Triviño, Alfredo: ‘Organic media’ en Cuadernos de Periodistas, número 9; Madrid, enero de
2007.



Laura González Díez y Pedro Pérez Cuadrado
"30 años de diseño periodístico". 2007. Madrid

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Publicidad "integrada"

¿Se acuerdan de aquel viejo principio de "la separación entre publicidad e información", de su necesaria "diferenciación", de dejar absolutamente claro qué es una y qué es otra... incluso cuando la una financie a la otra? ¿Se acordará de ello la "nueva" publicidad?

Y es que no sólo aparecen nuevas formas de publicidad en internet donde todos estaremos de acuerdo en que todavía hay mucho, muchísimo por explorar, empezando por la manera en que esa publicidad pueda sostener económicamente al periodismo si no hay forma de conseguirlo con el "pago por contenidos". También, aunque suene a contracorriente y aunque parezca que en el papel estaba todo ya inventado, en su publicidad aparecen nuevas formas de hacer anuncios. Lo que es una muy buena noticia en sí, aunque no lo sea tanto en lo que al "viejo principio" que mencionábamos se refiere. Porque si algo la carateriza es, precisamente, esta obsesión por "mezclarse" con la información.



Primero fueron estos anuncios en mitad de una página que llevamos viendo ya desde hace unos años, pocos, y que conseguían muchísimo más impacto visual que yendo en la parte inferior de la misma, como era habitual, a pesar de que ocupasen idéntico espacio. Cuestan más dinero, eso sí, pero si al clásico 7 por 4 se le llama cariñosamente "robapágina" a esto habría que denominarlo "atracaamanoarmadapágina" aunque nos hacemos cargo de que su difícil pronunciación no garantiza éxito al término. Como difícil resulta disponer la información en la página con este tipo de anuncios tan condicionantes del espacio.



Son mucho más burdos esos otros casos en los que la información intenta imitar una página de periódico, y nos tememos que además son bastante menos eficaces. Nunca están logrados del todo desde el punto de vista formal (porque de estarlo al cien por cien posiblemente no podría publicarse) y además requieren mucho texto. Por eso se han buscado fórmulas alternativas, como "tapar" una página de periódico con una hoja en blanco... que uno desea levantar para ver qué hay debajo:

Y encontrar que no es otra cosa sino un fantástico coche blanco sobre fondo blanco bajo aquella página en blanco.



Lo último que hemos visto es de nuevo publicidad "entre" la información, pero a dos niveles y jugando a ser algo parecido a "interactiva". En este último caso, la publicidad del coche ocupa un 2 por 2 en la segunda y tercera columna y, ADEMAS, un pequeño módulo de 1 por 1 en la columna de salida.


¿Lo ven? Pues al parecer hay que "pulsar para abrir y pasa la página"... sí, pulsar en el papel y después pasar la página, vamos...


...para en la página siguiente encontrarnos con el maletero abierto, dotado con un "portón con apertura y cierre automático". No te piden que hagas con la boca el ruido de apertura aunque podrían hacerlo, claro, siempre encontrarían además a gente dispuesta a ello. En el botón de esta página puedes "pulsar para cerrar y pasa la página". Una gilipollez como otra cualquiera, ingeniosa eso sí, y mezcladísima entre la información, eso también. Los condicionantes de espacio para maquetar aquí, son todos los que uno pueda imaginarse y más. Y para después intentar cambiar esa página si la actualidad lo demandase, pues.... pues que no, que la dejamos así.

Los distintos ejemplos de publicidad "integrada" que hemos mostrado proceden exclusivamente de páginas del diario El País, aunque pueden encontrarse en todos los demás diarios. Y no es casualidad que hayamos elegido este diario porque se trata, o se trataba hasta ahora, del más ortodoxo en cuanto a sus criterios para seleccionar la publicidad, debido posiblemente a que es quien más ha podido hacerlo hasta el momento debido a la enorme demanda de páginas que tenía. El País PODÍA permitirse mucho más que otros medios descartar campañas publicitarias que no cumpliesen unos requisitos, porque tenía otras que sí los cumplían para compensarlo. Pero si ahora la crisis económica en general y muy en particular la propia crisis del periodismo impreso consigue que hasta el primer diario en circulación y recaudación por publicidad de nuestro país decida "integrarla" con la información... olvidémonos entonces todos de aquel viejo principio. ¿Recuerdan?

lunes, 29 de noviembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLV)

Conmocionados por la nueva entrega de documentos secretos de Wikileaks acerca de la diplomacia de Estados Unidos con el resto de países de todo el mundo. Ni elecciones catalanas, ni Guardiola versus Mourinho, ni el "rescate" de Irlanda para que los dueños del dinero sigan sin perder ni un céntimo a costa de empobrecer a países enteros, ni la ola de frío que viene pero que no viene. Esta nueva manera de ofrecer información brutal en bruto (filtrada, o censurada, en principio por "grandes medios") ha conmocionado una vez más a los miembros del comité de expertos encargados de la redacción del Diseñario (cualquier día, Wikileaks lo mismo filtra quién son y dónde se esconden) aunque no hasta el punto de imposibilitarles a que nos ofrezcan una nueva entrega de esta obra colectiva, infinita, irreverente y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




R


Rataplán. Sonora palabra de la jerga periodística. Tan sonora, y tan ajena al mundo de los mortales, que su significado, dentro las propias redacciones, a veces es confundido y definido de distinta manera. Aunque parecida, en realidad.
En algunas, es un título a una columna con un pequeño texto que lo acompaña. Este texto no llega a ser un arranque, porque el texto no tiene una continuidad lineal dentro del periódico, ni un subtítulo, porque tipográficamente no se distingue de un texto base. Es, se podría decir, un breve resumen de la misma.
Sin embargo, en otras redacciones, un rataplán es una serie de títulos de noticias que se colocan en la portada porque merecen ser destacadas. Títulos, simplemente, ni arranque ni subtítulos. Simplemente unos títulos. Suelen estar a un lado de la portada (según el diseño de la misma) y ocupar parte de una columna. Nunca más.

Recurso. Pequeña pieza de publicidad que se utiliza para rellenar algún hueco que se haya podido crear a lo largo de la jornada, o que los maquetadores hábilmente solicitan para equilibrar algún despropósito publicístico y recuperar la iniciativa en la confección de la página. El recurso cada vez se utiliza menos, sobre todo en estas épocas de crisis, en las que no se discute fórmula de publi, con tal de que la paguen...
Hay otro tipo de recursos, en los que los maquetas han de ser auténticos especialistas. Son aquellos recursos que hacen que siempre mantengas la cabeza fuera del agua, pese a los intentos denodados de los redactores por ahogarte en peticiones, difíciles algunas, otras imposibles, algunas decididamente absurdas. Tanto que en muchas ocasiones, maquetar se convierte en un desafío, en una lucha entre alguien que no quiere dar su brazo a torcer y alguien que pretende torcértelo a toda costa. Y para entonar el himno del maqueta, y exclamar con fuerza y honor "¡NO!" no basta con plantarte con cara de mala leche. Hacen falta argumentos, y para eso, hacen falta recursos. Recursos que vienen dados o por la experiencia, por los años de solucionar y ver solucionar a tus compañeros rompecabezas en forma de noticias, o por una capacidad innata para detener el tiempo por unos segundos y conseguir pensar un poco más las cosas. Y así, un buen día, después de miles y miles de maquetas, descubres que te enfrentas a una maqueta en blanco y las soluciones, una tras otra, se van presentando, como los números se le aparecen a los matemáticos... Y casi sin pensar ves dos, tres, cuatro posibles soluciones. Soluciones que por supuesto, no compartes con nadie. Aplicas una y te guardas las demás, que se convertirán en recursos para la próxima ocasión. Porque la información es cambiante y caprichosa, pero también es recurrente. Y la experiencia y la memoria se convierten en un valor añadido importantísimo para un maqueta. Y tirar de recursos es fundamental cuando tu vida es una reválida continua, diaria, un careo perpetuo con la información, cual Sísifo subiendo la pendiente con su piedra a cuestas.
Por último, también se recurren a una instancia superior las decisiones arbitrarias, como la de algún sabio de este consejo, que pretendía elegir voz desde la lejanía, saltándose a la torera todo orden y turno correctamente establecido...

Rediseño. Esfuerzo descomunal que hacen los periódicos, todos, de cuando en cuando para que la competencia pueda criticarlos sin piedad.
Desde las empresas periodísticas editoras de los diarios se considera ingenuamente que este derroche económico y humano, porque suele haber bajas en tales menesteres, tiene como objetivo renovar y modernizar el periódico, o incluso aumentar sus ventas (fenomeno éste que se logra los primeros días del resideño gracias a una campaña publicitaria por lo general de costes mucho más abultados que los ingresos que luego se obtienen con esos efímeros y puntuales aumentos de difusión). Incluso se conocen casos de empresarios que pretendían... ¡llegar a un público más joven! con esta medida que, si no va acompañada de un replanteamiento de los contenidos como suele suceder, se queda en meros fuegos artificiales a corto plazo, o en maquillaje para enfermos... a veces terminales.
No obstante, se han dado casos de auténticas renovaciones en la redacción de algunos diarios acompañadas de una nueva manera de contar la realidad puesta en página de manera distinta, todo ello en función de sus lectores. De verdad.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Coca Cola vs Pepsi


Si alguien intenta emular a los dos famosos camioneros del anuncio de arriba lo más seguro es que no pueda. Imposible pedir una Pepsi en un bar con Coca Cola y viceversa. No porque los bares no quieran tener las dos marcas, al revés. Esto es así porque en nuestro país no existe una ley que regule los contratos de distribución exclusiva. Estos contratos obligan a que si quieres distribuir X en tu bar, no puedas servir Y.

Pero esto se va a terminar pronto. El gobierno va a desempolvar un viejo proyecto de ley para terminar con este absurdo que también afectaba a las cervezas, entre otros muchos productos.

Este era un tema perfecto para el suplemento Mercados, del que ya os hemos hablado en alguna ocasión. Había que ilustrarlo de alguna manera. Intentamos evitar las típicas fotos de una botella en un bar o un camarero sirviendo una caña. Están más vistas que el TBO.

Así que se decidió apostar por jugar con las dos marcas por excelencia en refrescos de cola: Coca Cola y Pepsi. La primera idea era poner una botella de Coca Cola bien grande, pero ese no era el tema. Ahora se podrá elegir, no sirve dar de una marca.

Dar dos botellas bien grandes nos quitaría espacio para el texto. Así que lo mejor para explicar esa dualidad era dar las dos... pero a medias. Fijada la idea, hay que llevarla al papel.




A un lado cada una, casi pegadas o unidas por una banda negra. Tres opciones. Al final, salió publicada las que están casi pegadas. A pesar de que a mitad de semana estuvo a punto de pasar de una página entera a una con publicidad. Para lo que hicimos lo que veis aquí.

La página con publicidad

Afortunadamente, y gracias a que el tema se quedó en la nevera una semana (nunca mejor dicho), la página salió completa y verdadera. Aunque no sabemos si era la mejor opción. Vosotros qué pensáis: ¿Pepsi o Coca Cola?, ¿casi pegadas, separadas o unidas por la banda negra? No lo tenemos muy claro. Yo, me lo voy a pensar con una Coca Cola bien fría en la mano.


lunes, 22 de noviembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLIV)

Si algún político, o algún jefe, autoridad civil, religiosa o militar hubiera invitado a los miembros del enigmático comité de expertos encargados de la redacción de este compendio a llevarlo a cabo, probablemente no podríamos presentarles ahora, porque además sería imposible que fuese como es, una nueva entrega del... ¡Diseñario!, obra colectiva, irreverente y libérrima, infinita y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




Portadilla. Es la primera página de cada sección y, por lo tanto, donde se supone que va desarrollado el tema más importante. Todas y cada una de las secciones del periódico tienen portadilla, incluso hay algunas en las que el conjunto completo de sus páginas se limitan a su portadilla (casos como "Motor", por ejemplo o "Comunicación" en algunas ocasiones y en determinados periódicos). En la portadilla es donde se suele realizar una apuesta visual fuerte para enganchar el tema y desarrollarlo a lo largo de varias páginas. Aunque en ocasiones un tema puede liquidarse en una sola página.
Este tipo de página está sujeta a múltiples cambios, siendo una de las más volubles. Tan pronto el tema de apertura (apretura en muchos casos) es X como que pasa a ser Z. Y claro, hay que pasarlo a otra página y comprimirlo. Eso si no iba ya apretado, porque en las portadillas se comete el error de intentar meterlo todo en más ocasiones de la cuenta, sobre todo si no tenemos más páginas para el tema, obligados cada vez más a ello por el eternamente creciente precio del papel y por los "recortes" de la crisis.
Hay varias formas de distinguir una portadilla. Normalmente el titular lleva un cuerpo más grande que los títulos del resto de la sección. En algunas ocasiones los subtítulos también son distintos, utilizando bolos, triángulos, etc. como elemento diferenciador del resto de subtítulos. El folio también puede ser distinto, con un cuerpo más grande para indicar la apertura de sección. Y en algunos periódicos, las portadillas tienen elementos de navegabilidad que indican los temas que van en el resto de la sección.

Principios. Normas básicas supuestamente inmutables. Pocas y sencillas (consulténse, por ejemplo, los "Principios fundamentales de la tipografía" de Stanley Morison, que se resumen en que las letras sirven para ser leídas, no como elementos decorativos, y ese fin, y principio, hay que buscar). Principios se pueden tener tres: jerarquía, orden, identidad. Se pueden tener dos: bonito, feo. Se puede tener uno: información. Incluso sabemos de quien tiene alguno repetido: catálogo, catálogo, catálogo; o aquel otro del adorno, adorno, adorno. Lo principal del principio no es el principio en sí, sino tenerlo; que nos sirva de guía, de referencia a la que pedir socorro en este quehacer nuestro tan sujeto a caprichos, subjetividades y argumentos arbitrarios que sirven tanto para ensalzar como para desacreditar la misma propuesta. Lo principial es tener principios y, ya saben por lo mucho que se ha citado a Groucho, si a alguno no le gustan "siempre los puedo cambiar por otros". Porque en ocasiones esto del diseño periodístico, como por otro lado el resto de las actividades de los humanos desde que existen y hasta que existan, consiste en ser putas que se venden al mejor postor, o al único, gratis a veces.

Putada. Conspiración de todas las fuerzas vivas contra uno, que termina engullido por el Maelstrom, ese remolino gigante que lo mismo tragaba osos, que barcos, que redactores a los que no se les entendía ni una palabra... Una putada es una fatalidad gorda, un contratiempo grave, una faena considerable, algo lo suficientemente dramático como para que te haga exclamar: ¡"Qué putada!" Porque la putada adquiere conciencia de sí misma cuando es bautizada, bien por el pobre que la sufre, o por el que la provoca, por algún espectador solidario o por otro de los que se regodean con el mal ajeno.
Generalmente, las putadas las suele sufrir el que menos las merece, de ahí la putada. Hay auténticos especialistas en hacer putadas a los demás, incluso se podría decir que es un mérito a tener en cuenta en los procesos de promoción de las empresas. Incluso está la putada superlativa, la que todos conocemos así, con sufijo -ón de putadón. Pero si hay una putada dolorosa es esa que uno provoca a alguien sin pretenderlo. Esa putada involuntaria que suele ir acompañada de la frase "pobrecillo, qué putada le he hecho...".
Los maquetas somos muy de que nos puteen, las cosas como son. Páginas que cambian justo cuando las terminas, fotos que te curras para que luego no sean del personaje en cuestión, para un día que madrugas y llegas el primero al trabajo y resulta que no te tocaba entrar en ese turno, sino en el último de la noche... Claro que nosotros también puteamos a los redactores de vez en cuando... aunque lo hecemos de forma involuntaria, por supuesto. Que los maquetas no tenemos maldad, y lo nuestro es el buen rollito y eso...


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Periodiquerías (XXV)





Denia (España, 2010) / Elena Costa





Seúl (Corea del Sur, 2010) / Jaime Rodríguez





Nápoles (Italia, 2010) / María Benito




Enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías" antes de que todas sean iguales y se llamen iPad. Fotografiad esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.



Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)

martes, 16 de noviembre de 2010

twitter kills newsonline... o no



En 1979, el grupo The Buggles publicó el single Video Kill The Radio Star. En el videoclip, el primero que se emitió en la cadena MTV (1981), las radios explotaban como metáfora del fin de una era: nacía el vídeo, morirían las estrellas de la radio. Igual que aquellos agoreros que dijeron que el cine sonoro acabaría con el séptimo arte, The Buggles también se equivocó y la radio está más viva que nunca, se oye mucho, y se oye bien, sobre todo.

Portada de The Luis Blasco Daily

Con paper.li, un nuevo sitio web 2.0 (uno más) puede pasar algo parecido. Con esta nueva web y una cuenta de twitter, podemos crear nuestro propio periódico online. Basta añadir nuestro usuario de twitter, un hashtag (#) o una lista, para que la web analice los enlaces presentes en la misma, los distribuya y los jerarquice. De esta manera, entran en juego dos de las palabras más usadas para definir el futuro de los información online: agregadores y robots. Los primeros como paradigma del cambio en la comunicación a través de la hipertextualidad (en castellano, te paso un enlace que te lleve a la fuente original) y los segundos como responsables de ordenar, valorar (¡!¡!¡!) y jerarquizar (¡!¡!¡!¡!¡!¡!¡!¡!) la información (si Asimov levantara la cabeza).

Secciones de The Luis Blasco Daily

No queda muy claro cómo los robots jerarquizan esa información contenida en los enlaces. El caso es que lo hace de tal manera que el resultado es muy parecido (salvando las distancias, claro está) al aspecto de un periódico online. Sus titulares, sus fotos, sus vídeos... hasta sus secciones. ¡Tiene de todo! Hasta puedes ponerle tu propio nombre a la cabecera. Y puedes consultar un archivo de todas las ediciones, que se van actualizando cada 24 horas.

Área multimedia de The Luis Blasco Daily

Mucho contenido, sí, pero poco (o ningún) contenido propio. Así que aquellos a los que le estaba cayendo la gota de sudor frío que se tranquilicen, paper.li no acabará con los periódicos online... a menos que los periódicos online decidan acabar consigo mismos y pasen a convertirse en meros agregadores de contenido ajeno. Porque no olvidemos que los periódicos (papel, online) son CONTENIDOS (así, en mayúsculas). Podemos tener nuestro propio periódico, aunque esté hecho de retales de otros... pero a eso no lo podremos llamar periódico. Ni ahora, ni cuando nació el vídeo.