lunes, 10 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (XLVIII)

¡Volvemos! Después de las "entretenidas" Navidades y el inevitable cambio de año, porque el tiempo no se detiene, nos encontramos de nuevo con este público maravilloso, y lo decimos con todo el respeto y desde el fondo de nuestro corazón. Son todos ustedes un ejemplo para su especie, les amamos y sentimos ese amor también de ustedes. Por eso, servidores suyos y con toda solemnidad, el caprichoso y contradictorio comité de expertos de encajabaja les ofrece en absoluta exclusiva una nueva entrega deeeeeeeelllllll ¡Diseñario! Obra infinita, irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




S


Scoop. Un gilipollismo (consúltese el término en esta misma obra) como otro cualquiera, puesto que resultaría tremendo, chocante, grotesto, irritante, improcedente y, en definitiva, ridículo que algún periodista llegase a una redacción en nuestro país gritando: "¡Tengo un scoop!" cuando hubiera logrado conseguir una exclusiva (que no una primicia). Porque eso es un scoop en la jerga periodística anglosajona. Repetimos, an-glo-sa-jo-na.
Se preguntará entonces más de algún lector, y con toda la razón del mundo porque son unos lectores maravillosos, qué pinta aquí este gilipollismo, a lo que, gilipollistas nosotros, contestaremos con todo el respeto que alguna debilidad mostramos a veces, más que nada por parecer humanos, cediendo a la tentación de incluir un término porque nos trae gratísimos recuerdos cinematográfico-periodísticos, y por el cierto glamour periodiquero que la palabra tiene. Nada más. No lo usen. Ya saben lo que es aunque nunca vayan a oírlo si su vida profesional no transcurre en un medio periodístico anglosajón. Bueno, ¿nunca? Tal vez nos estemos precipitando, y no quisiéramos hacerlo con un público al que tanto queremos y que tanto amor nos devuelve, con todo el respeto, porque lo mismo en el momento más inesperado aparece el que obtendría al instante el título de gilipollista mayor del gremio para soltarlo alegremente con la temeridad de los ignorantes... y eso sí que sería un auténtico scoop.

Servidor. Nosotros de ustedes. También es un ordenador que sirve de enlace entre otros, para almacenar datos y como nodo de una red... pero eso es secundario.

Solemnidad. Algún insensato, alguien pobre de espíritu, habrá pensado en más de una ocasión que el trabajo que se realiza en una sección de maquetas es algo fácilón, simplón y mecánico. Algo que por repetitivo y metódico adquiere un cariz gris y computerizado. Éste es un runrún muy habitual en los periódicos de todo el mundo, tanto que ya muchos ni nos molestamos cuando algún compañero, supuestamente inteligente, nos pregunta sorprendido: "¡Anda, pero ¿vosotros sois periodistas?!"... A lo que ya ni contestamos, evidentemente hastiados de tanta agudeza mental.
Quizá por esa falta de reconocimiento histórica, o por algún retorcido sentido del humor, no hay personaje que pueda hablar con mayor solemnidad de una simple raya, o de un espacio en blanco que un maqueta... Hay que decir que el auténtico maqueta, el de raza, el que está en vías de extinción, habla con solemnidad de este tipo de asuntos porque los siente suyos, porque son fruto de sus padecimientos y frustaciones diarias, como si los hubiera parido, vaya... Esa expresión pétrea, ese rictus inmutable, esa mirada fija que sientes como te taladra para sostener muy en serio: "Efectivamente, eso está a un cícero de distancia. Es blanco más que de sobra..." mientras le miras como miraba Clint Eastwood al indio en aquel espaguetti western, sólo puede sostenerla un maqueta de corazón, uno de verdad...
Pero que no os engañen... Podemos ser malos, muy malos incluso... Podemos ser retorcidos, incluso crueles... Pero la solemnidad con la que defendemos tan nimios detalles se debe a que somos plenamente conscientes (a veces es posible que sólo nosotros en toda la redacción...) de que en esos mínimos cuidados reside el periodismo, y la calidad y el rigor. Que sabiendo a cuanto se coloca un filete de una columna se defiende el estilo propio, y a nuestros lectores, que pagan todos los días un euro para que no les den gato por liebre, para abrir su periódico... y que se encuentren su periódico.
Por eso nos ponemos así de solemnes. Aunque nos suponga algún encontronazo que otro, incluso algún que otro enemigo. Porque estamos ahí, entre otras muchas cosas para ser muy serios con esas cosas que no parecen tan importantes... Y porque nadie sabría que sería de un periódico si no tuviera un grupo de implacables, solemnes e irreductibles que pongan las cosas en su sitio, de vez en cuando. Como nadie puede explicar cómo ha llegado esta dichosa voz a este Diseñario.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Feliz Navidad y próspero año 2011

No todo está perdido, no nos ha tocado la Lotería, pero siguen saliendo a la calle las "ediciones extra" de los periódicos durante la tarde del 22 de diciembre, fecha oficiosa del comienzo de la Navidad en nuestro país. ¿Un gesto romántico, un derroche absurdo de papel porque precisamente para cosas así internet sí que resulta mucho más eficaz? Posiblemente, aunque posiblemente también todavía queden muchísimas personas para quienes comprar esa edición extra de los periódicos con la lista de los números premiados en la Lotería de Navidad sea parte de todo un ritual.



Como todo un ritual es intercambiar buenos deseos con todos ahora que termina este año, uno más de crisis e incertidumbres, uno más de cientos de páginas de periódico que todavía maquetamos cada día... y con la intención de seguir haciéndolo durante muchos más a pesar de tanto agorero y de tantos profetas del apocalipsis.



Nos ponemos pues los gorros, os deseamos a todos una Feliz Navidad, dejamos el blog en servicios mínimos hasta después de la esperada visita de los Reyes Magos y confiamos de todo corazón en un próspero año 2011.

martes, 21 de diciembre de 2010

Azul

El mar, el agua, el cielo, unos ojos luminosos, la tinta del bolígrafo, el zafiro, el fondo por defecto del escritorio en los ordenadores, el índigo, algunas estrellas, la llama del gas en combustión, los pantalones vaqueros, la policía, cobalto con oxígeno, todo nuestro planeta azul, un libro azul... Azul.

La historia occidental ha pasado del rojo al azul. No existe ningún trazo azul en las pinturas prehistóricas, "hay rojos, marrones, ocres de todos los matices; pero no azules ni verdes", tal vez porque los pigmentos azules para pintar se descubrieron muy tarde o porque no interesaba ese color para buscarlos con el suficiente ahínco; como no existen hasta muy tarde tintes de azul para la ropa que fue de colores rojos o marrones durante todo el mundo antiguo y durante la Alta Edad Media. "El rojo, el blanco y el negro son los tres colores básicos de todas las sociedades antiguas." Incluso hay estudios del siglo XIX, ya superados, en los que se cuestiona si nuestros ancestros "podían ver" este color a pesar de estar tan presente en nuestra naturaleza, en nuestro planeta azul, "o si lo veían tal y como lo vemos nosotros" debido al poco interés que parecen mostrar por él o a lo difícil que resulta encontrar la palabra "azul" en algunas lenguas antiguas frente a la preponderancia del rojo, que incluso da nombre a todo el color, coloreado, colorado, rojo. Pero todo esto comenzó a cambiar hasta dar la vuelta por completo...



Esta historia apasionante, la historia de un color en las distintas etapas de las sociedades occidentales y sus relaciones con los demás colores, una historia de la cultura, pues, es la que cuenta el libro Azul. Historia de un color, del historiador francés Michel Pastoureau, con una tesis central muy argumentada: "En los siglos XII y XIII, el azul se había convertido ya en un color de primer plano, un color bonito, el color de la Virgen y de los reyes y, por lo tanto, en un rival del color rojo. Luego, durante cuatro o cinco siglos, estos dos colores se repartieron la primacía sobre todos los demás y formaron en varios ámbitos una dicotomía: color festivo/color moral, color material/color espiritual, color próximo/color lejano, color masculino/color femenino. Sin embargo, a partir del siglo XVIII, las cosas cambian. El claro retroceso de las tonalidades rojas en la vestimenta y en la vida cotidiana —un retroceso que se inicia ya en el siglo XVI— deja un amplio espacio al azul, que se convierte no sólo en uno de los colores más frecuentes en las telas y en el vestido sino también, y sobre todo, en el color preferido de las poblaciones europeas. Hecho que se ha mantenido hasta hoy, muy por delante de todos los demás colores".

Un cambio que, según Pastoureau, va más allá del los gustos estéticos o las modas porque es una "expresión de cambios importantes en el orden social, en los sistemas de pensamiento y en las formas de sensibilidad". Una sociedad tal vez más adulta porque curiosamente este estudio nos ilustra que en la actualidad el color azul es con mucha diferencia (para aproximadamente el 50% de los entrevistados, seguidos por el verde en un 20% y después el blanco y el rojo con un 8% cada uno) el color favorito de las personas adultas en prácticamente todos los países occidentales (no en España, como tampoco lo es para mí, adivinen cuál es el color favorito de nuestro país), mientras que para los niños, el color favorito es el rojo. Resulta interesante cómo cambian las cosas cuando se abandona una cultura para entrar en otra y cómo ello demuestra que lo que creemos que son preferencias personales, en realidad lo son del entorno que nos rodea, puesto que en Japón el primer lugar de colores preferidos es para el blanco (el de su bandera, ¿no?) con un 30%, seguido del negro (25%) y el rojo (20%), aunque en realidad podemos leer que en estas sociedades orientales importa menos el fenómeno del "color" como nosotros lo entendemos que el grado más o menos brillante o mate que tenga.



Como también es un puro fenómeno cultural o social las cualidades de frialdad o calor que atribuimos a los colores, por ejemplo la de que el azul sea un color "frío", una pura convención que aceptamos como evidente aunque para este autor, y para otros, no sea así. "De forma absoluta, no existen, evidentemente, colores cálidos y colores fríos", escribe Pastoureau. "Esta es una cuestión de convenciones y las convenciones varían en el tiempo y el espacio". Ahora asociamos el azul con el agua y por eso tal vez consideramos manifiesta su frialdad. Pero incluso se tomó el azul como un color cálido durante la Edad Media entre otras razones porque entonces, y durante muchos siglos antes, el agua incolora "era" verde.

Ahora es azul. Como los uniformes, como parte de muchas banderas en los países occidentales o como toda la bandera de Europa, como el casco de los soldados de las Naciones Unidas, azul de Francia, azul de Italia, de los Estados Unidos de América del Norte y de Getafe, azul como el príncipe soñado, como el blues... como encajabaja.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLVII)

Ha sido una semana triste. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras... Semana triste no porque los miembros del comité de expertos del Diseñario, obra infinita, colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general, nos ofrezcan su última entrega de un año que se va, sino porque se ha ido uno de los hombres más importantes de nuestra cultura, de nuestra música, o de la música universal que alimentó Morente con su genialidad libre, por bulerías y por disonancias, por fandangos naturales. Porque morir es natural, yo no le temo a la muerte, le temo más a la vida.... Para él nuestro homenaje, humilde claro. Para el maestro infinito, colectivo, irreverente, abierto a todos su arte sobre la gente, el sentir y el amor en general.




Ríos. Lo son en sentido metafórico, porque no se conoce de nadie que hubiera nunca diseñado páginas de papel utilizando agua, o bajo el agua, ni tan siquiera mojadas. En un sentido metafórico algo menos elevado que aquellos ríos que son nuestras vidas que van a dar en la mar, que es el morir, tan callando, puesto que hablamos de un efecto algo más que estético que, si se puede, debe evitarse, y que consiste en la aparición de espacios en blanco desproporcionados entre palabras, creados por una separación incorrecta entre ellas a lo largo de varias líneas. Sucede sobre todo en los textos justificados no sólo afeando sino dificultando además la lectura.
En los titulares, el azar, caprichoso como nadie cuando se lo propone, surgen a veces estos ríos de espacios en blanco que fluyen en vertical de una línea a otra como uno de los muchos condicionantes, generalmente desconocidos para los profanos, que hay que sortear para lograr un título perfecto, o bueno a secas sin más pretensiones, tantos (aproximado número de matrices en todas las líneas, particiones adecuadas, número de palabras que permitan un cuerpo adecuado para ese nivel de titulación... y que, encima, todo esto contenga una frase lograda, dotada de significado, de información y de impacto), tantos condicionantes, decíamos, que a veces al componerlos quisiéramos tirarnos a un río. De los que van a dar al mar, claro, que es el morir.

Rutero. Son los encargados de, siguiendo una ruta preestablecida, poner las calles, apagar las farolas y dejar en los armarios adosados a los kioscos los paquetes de periódicos y revistas del día que amanecen todos en los miles de puntos de venta del país. Pueden parecer una parte poco importante dentro del ecosistema periodístico, por lo poco que se habla de ellos y lo casi invisibles que son, pero cuando se quiere bloquear un periódico, el primer paso es evitar que salgan las furgonetas de las rotatitvas. Ellos son la imprescindible "distribución". Si se consiguen bloquear las rutas, el paro está casi asegurado y el periódico no saldrá a pesar de haberse escrito y de haberse impreso. A los ruteros se les puede identificar por las grandes pegatinas de prensa que adornan los parabrisas de sus vehículos, su conducción rápida y sinuosa y por su habilidad para lanzar paquetes de periódicos con una sola mano. Si eres capaz de hacer estas tres cosas, y además te lo permite el "gremio", eres capaz de hacer una ruta.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.

martes, 14 de diciembre de 2010

Periodiquerías (XXVII)





Como (Italia, 2010) / Óscar Bailador





Oporto (Portugal, 2010) / Elena Costa





Plasencia (España, 2010) / Luis Blasco




Enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías" antes de que todas sean iguales y se llamen iPad. Fotografiad esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.



Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)
Periodiquerías (XXV): Denia (España) - Seúl - Nápoles
Periodiquería de la Paz (XXV): Pekín

lunes, 13 de diciembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLVI)

La libertad lucha su última batalla en una red de ordenadores que abraza el planeta con el peligro de que el poder la convierta en un medio domesticado en el que tan sólo compremos, para que les compremos cosas y servicios, y sus noticias, pero no para que publiquemos en ella "sin autorización del rey", como sucedió con los primeros libros. No es que los miembros ocultos y caprichosos, contradictorios, del comité de expertos teman que les censuren; tan sólo observan el presente algo preocupados, no tanto, eso sí, como para no ofrecernos una nueva entrega de su infinito Diseñario, obra irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




Registro. Marcas de registro, a las que se suele denominar tan sólo con esta palabra y que, como ya definimos, son unos símbolos de referencia que se imprimen fuera de los márgenes de las páginas y que sirven para alinear las distintas planchas en la impresión a varios colores.
También son un tema que suele dar bastante juego periodístico, porque de los distintos registros que efectúan jueces y policías siempre se puede después contar algo, o no... lo que lo hace más interesante.

Reportero. A simple vista, se podría decir que es todo aquel periodista que realiza un reportaje. Pero no.
Un reportero es una especie en extinción de la tribu. Es un periodista que baja a las trincheras, que busca la noticia, que con su pinta de antihéroe sale a la calle en busca de los personajes que alimentan la sociedad, de las historias que pincelan la vida cotidiana. Un periodista que es testigo, no juez ni parte, de la realidad. Un periodista que deja a un lado los dogmas, para buscar su propia visión de la realidad. Haciendo lo que mejor sabe: observar y preguntar.
Un periodista que quiere visitar un país en guerra para contar que los hombres se odian y se matan, que el pueblo sufre y que el hambre azota a los más desfavorecidos.
Un reportero está a disgusto en la redacción, no tiene horario e intenta mimetizarse con el entorno, observar historias incómodas, como a veces es la realidad. Y contarlas, a cualquier precio. Porque eso es lo que significa ser reportero. Contar, contar y contar.
Pero sobre todo es, antes que nada, PERIODISTA.

Retícula. Contrariamente a lo que los artístas suelen pensar, el diseño es cuestión de orden y repetición, más que de inspiración y de genialidad. Porque aunque luego uno tenga un brevísimo lapso de estado de gracia, una página se compone sobre una estructura organizada en módulos verticales y horizontales... Y sólo ajustando los elementos a esas guías imaginarias (o no tan imaginarias) es como se consigue que la repetición proporcione orden y estabilidad. Y desde ahí, la información. Para eso sirve una retícula, esa imantada rejilla que Quark se empeña en mostrar en un insoportable rosa chillón que no deja ver nada más allá de ese infame tapiz rosado. El conjunto de columnas, módulos y líneas base que componen el esqueleto sobre el que construiremos nuestras páginas, ciñéndonos a él la mayor parte de las veces, vulnerando conscientemente sus límites en otras ocasiones, en las que la información nos permita alguna licencia de más...
Tradicionalmente, los periódicos tabloides se maquetan sobre una retícula de cinco columnas en su estructura informativa básica, aunque últimamente hemos disfrutado de la claridad compositiva de cuatro magníficas columnas bien editadas. Hay periódicos que emplean retículas múltiples, que lo mismo van a seis, que a cinco, que a cuatro, que incluyen columnas falsas de menor tamaño para elementos de segundo nivel de lectura, o para arrojar blancos cuando estás más preocupado por la forma que por el contenido...
Decía un histórico de nuestra redacción que buscaba "un maquetador sin miedo a romper las columnas". Creador compulsivo de frases inolvidables, se lo consentimos prácticamente todo, excepto eso. Porque para nosotros, sorprendentemente ortodoxos, impropiamente clásicos, las columnas son intocables y la retícula sagrada. Porque en esos trazos invisibles, en esas guías de referencia se contiene gran parte de la identidad de un periódico. De su naturaleza y de su vocación. De su manera de contar las cosas. Porque todo, repetiremos hasta el infinito, todo en una página maquetada aporta información. Incluso los límites invisibles que te impiden hacer cosas que no parezcan páginas de tu propio periódico.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Periodiquería de la Paz

Hoy es la entrega en Oslo del Premio Nobel de la Paz. El disidente Liu Xiaobo ha sido el seleccionado como merecedor de dicho galardón por el Comité Noruego. Ni el propio Xiaobo ni ningún miembro de su familia ha podido salir de China para asistir a la ceremonia en el ayuntamiento de Oslo. El gobierno chino, empeñado en cercenar los derechos humanos, se lo ha impedido. Al igual que ha presionado, con éxito, a gobiernos de todo el mundo (Cuba, Venezuela y otros 16 países) para que no asistieran a la ceremonia.

Nosotros desde aquí, protestamos enérgicamente contra esta actitud, mostramos nuestro total apoyo a Xiaobo y pedimos que un acto tan simple, pero heróico en algunas lugares, como el de disentir, recoger un galardón o comprar un periódico se puedan hacer en total libertad. Como lo hacen los protagonistas de esta periodiquería de Pekín, que nos manda nuestra compañera y amiga Ana Alonso.


Pekín (China, 2010) / Ana Alonso


Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)
Periodiquerías (XXV): Denia - Seúl (Corea) - Nápoles (Italia)