Hubo una época, hace ya bastantes años, en la que la mayor ilusión del verano, a parte de perder de vista el colegio e irme de vacaciones, era la llegada del calendario de Primera División. Eso significaba que el álbum de cromos estaba próximo y la visita al kiosco sería un ritual. Ese calendario venía siempre en una página del periódico que religiosamente recortaba todos los años y pegaba en la pared de la cocina. Cada jornada de Liga apuntaba los resultados y veía cómo iba mi equipo.
Foto: todocolección.net
Esta página me atrevería a decir que era la más recortada del periódico de todo el año. Un clásico que muchos utilizaban para ver contra quién les tocaba jugar ese fin de semana.
Pero con los recortes, y sobre todo con la llegada de Internet, esta página se ha hecho cada vez más rara y, sobre todo, más prescindible en los periódicos de información general. Hay poco espacio y hay que aprovecharlo para dar noticias.
Sin embargo, todavía quedan algunos para los que este tipo de páginas es la última conexión con una época que no volverá nunca. Los últimos románticos de las noches del papel. Nosotros, que estamos acostumbrados a casi todo, nos vimos un poco sorprendido cuando nos dijeron que había que meter el calendario de Primera División en la apertura de Deportes. Habían intentado que fuera en una sola página junto con el de Segunda División, pero no se podía desaprovechar tanto papel.
El calendario estaba hecho de otros años, así que sólo hubo que adaptarlo al nuevo formato del periódico para que los redactores lo picaran (adivináis a quién le tocó hacerlo). El calendario ocupaba unos tres módulos por lo que la página quedaba de esta manera. Pensamos ponerle unas tijeritas y un punteado, pero enseguida desechamos la idea. No era plan.
Pero, evidentemente, no podía quedar así. No parece una apertura, casi no parece ni una página del periódico. Nada manda y el calendario queda como tirado en la página. Además de parecer una publicidad. Queda perfecto para recortar y no perder información (excepto la página siguiente), pero es un auténtico despropósito de página.
Le dimos vueltas al asunto, colocándolo por arriba. Tampoco. En una trama por abajo. Tampoco. O por arriba. No terminaba de funcionar. Había algo que no cuadraba. Con la página dando vueltas por la sección dimos con el problema: el calendario ocupaba demasiado espacio. Todos estábamos de acuerdo en que no tenía sentido darlo teniendo Internet a mano, pero desde la sección de Deportes se mostraban inflexibles. Había que darlo.
Así que la solución era darlo más pequeño. Y la clave nos la dio la foto. Mario sugirió probar a tres en el centro, dentro de una trama y justo debajo de la foto. Probamos. Y funcionó.
La página está equilibrada, el calendario no ocupa demasiado espacio pero tiene la suficiente presencia en la página. Y parece una apertura. Pero tenía un inconveniente: es difícil de recortar. Aunque no importa, para eso tenemos Internet, aunque no se pueda pegar en la pared de la cocina.
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