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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Adiós al diseño modular

Guardemos un minuto de silencio. El diseño modular... ¿ha muerto?

Es oficial, el diseño espectáculo ha desplazado al diseño tradicional, aquél en el que las cinco columnas eran el límite del barranco, el precipicio al que rara vez te asomabas porque daba mucho vértigo.

Pero eso ya es historia. Ese diseño que permitía añadir o intercambiar informaciones, sustituirlas, eliminarlas, ampliarlas o reducirlas en un par de minutos, está acabado. El precipicio ha dado paso a una autopista sin quitamiedos. Y aquí entra la otra cuestión: ¿clásico o moderno?, ¿práctico o estético?, ¿arriesgado o conservador?.



En el diseño modular tendríamos una página que nos permitiría, amen de tener más texto, añadir alguna noticia reduciendo de tamaño otra o cambiado su estructura de manera sencilla. Podríamos reducir la foto de tamaño para ganar texto o intentar titular de otra manera para ganar más espacio para otro tema.


Sin embargo, con el nuevo diseño-impacto, todo tiene su sitio milimétricamente calculado, nada se puede cambiar, nada se puede añadir, si no, todo el espectáculo se va al traste. Entonces es cuando vienen los "problemas" porque, las noticias están vivas y, lo que antes no era nada, ahora lo es todo y tiene que entrar como sea, pero claro, si lo colocamos ahí, dónde queda el espectáculo.

¿Y tú, de cuál eres?

lunes, 23 de junio de 2008

¡Pasamos!

Por fin, lo podemos decir, con la cabeza alta: Pasamos. Y con nota. Rompimos el maleficio de cuartos y ganamos a Italia 88 años después (se dice pronto). Ya estamos en las semifinales de la Eurocopa. Al comenzar el campeonato me imaginaba disfrutando de este momento con mis colegas y unas cuantas latas de cerveza, saltando, abrazándonos de la emoción y gritándole de todo a los "azzurris". Pero me tocó trabajar y, la verdad, no me arrepiento, al contrario.

He visto [casi] llorar a tíos que apenas esbozan una sonrisa, gritar a tíos mansos como bebés y emocionarse a tíos fríos como témpanos de hielo. Todo por un partido de fútbol. Nunca había visto nada igual. Cierto es que llevo poco tiempo viviendo acontecimientos decisivos (comparado con algunos de mis compañeros), pero lo vivido esta noche es inenarrable. Cada penalti transformado por España era un grito desgarrador y al unísono de toda la redacción, pero cada parada de Casillas era una catarsis absoluta, el júbilo desatado, la euforia sin contención. Una barbaridad.

Pero llega el momento de currar (y mucho) y hay que seleccionar las fotos, las maquetas y el mejor punto de vista. Empezamos cambiando la portada, aunque habría que decir que hasta que acabó el partido no había una portada definida. Nada más marcar el penalti decisivo, se empezó a forjar la primera página del periódico que hoy tenéis en vuestra mano. Había que elegir entre dos, que se bautizaron como "La más informativa" y "La foto de portada", adjetivos que no siempre significan lo mismo. Aquí están las dos opciones:


La de la izquierda es la que tiene más fuerza, la más plástica y con una diagonal casi perfecta. Y la de la derecha es la más informativa, con todos los elementos: el jugador italiano que lo lanza, Casillas que se estira para pararlo, el público expectante y el foco que centra todo la atención en el césped. A mí me gusta la de la derecha, que como dice Chema, "es una imagen muy televisiva", pero, como suele ocurrir en estos casos, ha salido la de la izquierda. Para gustos, los colores.

jueves, 22 de mayo de 2008

Revista de blogs (V)

La buena prensa: los buenos blogs

Acudimos a nuestra periódica cita con la revista de blogs, para acercaros en esta ocasión, aunque con un retraso imperdonable (el día a día de una redacción puede posponer las cosas casi indefinidamente...), al magnífico blog La buena prensa. Imperdonable –decíamos- el retraso, porque llevan ya más de tres meses deleitándonos casi a diario con su abundante e interesantísimo contenido y doblemente imperdonable porque uno de los creadores del proyecto, Miguel Ángel Jimeno, maestro de periodistas, fue mi profesor de Edición y Proyectos periodísticos en la Universidad de Navarra y como poco, le debíamos este post.

Junto a Jimeno, el equipo editorial de la buena prensa se completa con Txema Díaz Dorronsoro, profesor de Diseño periodístico de la Universidad de Navarra. Ambos proponen una mirada incisiva y generosa a la labor diaria de informar. Demuestran que se puede aprender de las cosas bien trabajadas, en lugar de caer en la tentación (mucho más facilona) de destacar las cosas que todos, en algún momento, hacemos mal. En este universo digital de egos desmedidos y vanidades hipertrofiadas, se agradece una visión autorizada y positiva del trabajo que realizamos. Como ellos mismos explican en su declaración de principios editoriales: "la buena prensa nace para centrarse en la excelencia —en la planificación, en la información, en el aspecto visual, en la titulación...—. Una excelencia que, quitando algún destello o algún "¿has visto qué gran reportaje publica hoy tal periódico?", apenas tiene “salida” en el "mercado".



Uno de los posts de la buena prensa

La buena prensa se ha convertido en una referencia imprescindible. Y como tal, pasa a formar parte de nuestros links de obligada visita. Tanto por la calidad de sus propuestas como por la profundidad de los temas que aborda. No nos detengamos en el hecho y buceemos un poco, buscando los porqués. Y a ser posible, obtengámoslos de primera mano, del profesional que ha planteado la información, las páginas. De ahí su valiosísima aportación pedagógica. Se nota en este punto que sus responsables se dedican a formar futuros periodistas. Y en este blog se enseña y se aprende. Cansados estamos ya de blogs en los que parece que el único objetivo consiste en mostrar al resto de la humanidad los vastos conocimientos que posee el autor. En la buena prensa prevalece la comunidad (auténtico sentido de la existencia blogera) hasta el punto de que muchos de los temas son propuestos por los lectores que colaboran estrechamente con los autores. Este feedback, convierte a la buena prensa en un foro de elevadísima calidad sobre nuestro trabajo diario, en un sitio de encuentro, debate, comparación y reflexión.

Que esta visión positiva y pedagógica de la profesión esté al alcance de todo el mundo en internet nos parece un auténtico lujo. Nos convierte en privilegiados alumnos de sus clases y facilita el acceso a ese otro punto de vista que, humildemente, tanto demandamos en encajabaja: el que defiende la importancia de pensar un poquito más las cosas, de reconocer y utilizar el valor informativo de todos los elementos que conforman una página, de asumir, en definitiva, que una buena información pasa por ser, necesariamente, una información bien editada.

Interesantísimo post sobre edición gráfica


Ni que decir tiene que para los que hemos tenido la suerte de asistir a las clases de sus autores, la buena prensa nos traslada a unos años no muy lejanos, pero ya no tan recientes, en los que escuchábamos con cara de sorpresa que tan importante era lo que contábamos como el cómo se contaba. Y en los que descubrimos que había muchas maneras de informar. Que, además de con la palabra, se podía informar con una imagen, con espacios y manchas, con la jerarquía y con la coherencia, con eso tan intangible que se llama ritmo... Y a los que no habéis paladeado la edición de esta manera, hacednos caso y ¡subid al tren! Porque estas oportunidades no se pueden dejar pasar. Como una vez, hace ya muchos años, me vino a decir Miguel Ángel Jimeno, con un café de por medio, en la cafetería de profesores de la antigua biblioteca de la Universidad de Navarra. Acababan de confirmarme que me esperaban para hacer prácticas de verano en EL MUNDO y hablábamos de mis planes. Le dije (dominado como estaba por un ataque de pánico) que no lo tenía muy claro y que igual no las hacía y volvía a mi Sevilla natal. Me miró fijamente, con esa expresión tan suya, entre la risa y el desconcierto, apuró su café de un trago, y me dijo muy solemne: “Javi, tú eres tonto”. Y me invitó al café. Muchos años después (parece que hayan pasado cientos…) desde EL MUNDO, gracias, MAJ. El mensaje, bien editadito, llegó con absoluta claridad.

viernes, 16 de mayo de 2008

Noche de luto, noche de periodismo

Hubiéramos preferido no tener que publicar esta noticia, pero creo que, aunque sea como un humilde homenaje, merecemos contar cómo llegó a El Mundo la noticia del vil asesinato del Guardia Civil Juan Manuel Piñuel. Desde aquí un abrazo a familiares y amigos.

Son las cuatro y pico de la madrugada. Hace poco más de dos horas que estoy dormido, pero algo interrumpe mi sueño. Es el móvil. Sólo pueden ser dos cosas: o se han equivocado o algo malo ha pasado. Desgraciadamente, es lo segundo. Todavía adormilado cuelgo el teléfono sin querer, pero inmediatamente recibo otra llamada. Es Juan Fornieles (Redactor Jefe de Cierre): "Luisito, vente para acá, un atentado de ETA". "Vale", acierto a responder. Me visto, me monto en el coche y en cinco minutos estoy en la redacción (ventajas de vivir en el mismo barrio).

Cuando llego a la redacción, Juan Fornieles me recibe con la frase "esto es periodismo". Y de verdad que lo fue. La mesa de noche, formada por Marcos Iriarte, Manu Regalado, José y Óscar está justo al lado de la sección de Internet y el flujo de información entre ambas fue constante durante las tres horas que transcurrieron desde que se supo la noticia hasta que se envió la página. Poco después de llegar yo, veo a John Müller, director adjunto: ya estamos todos.

Lo primero que hicimos fue cambiar la portada, levantarla casi entera y reordenar los temas que quedaron. El tema principal lo mandamos a un tema secundario, debajo de la fotonoticia del terremoto de China, que se mantenía como tema gráfico de la portada pero cambiando el modelo de foto. Y toda la columna nos la cargamos para poder dar el atentado a cinco columnas en un cuerpo grande. Hasta ahí bien, pero había que rellenarlo. En medio de la tensión típica se oían frases como "el mejor periódico es el que se vende" o "desde las 3 hasta las 5.30 ya podíamos haber hecho un documentos".

Las dos portadas. A la izquierda la de primera edición y a la derecha la de alcance".

A las 5.30 se lanzó la nueva portada para imprimir los primeros 10.000 ejemplares que saldrían en Madrid capital. A partir de ahí se hizo una página interior con las fotos que iban llegando. Apostamos por una foto a cuatro columnas en la que se veía las consecuencias que tuvo la explosión en la casa cuartel y por otra foto a dos de recurso en la que se retrataba el cuartel junto con dos Guardias Civiles. Sólo falta rellenarla. La hora límite eran las 6.30 de la mañana. A esa hora pararían las máquinas para imprimir los últimos 20.000 ejemplares, que incluirían tanto la portada como la nueva página que hicimos. La noche pasaba rápido y, como decía John, "lo que antes era noticia ahora es background". Una noche de periodismo puro y duro.
Página que sacó el periódico la noche del atentado.

La cosa marchaba y, con el inmeso trabajo de todos los que estaban ahí, conseguimos cerrar todo a tiempo y transmitir las páginas a la rotativa. En total, fueron cerca de 20.000 ejemplares que se distribuyeron en Madrid, siendo el único periódico que consiguió sacar la noticia con una buena cobertura en su edición impresa.

jueves, 15 de mayo de 2008

Álbumes: calvas, flashazos y mogollón

Si en el periódico hay una página raruna, especial, distinta, esos son los álbumes. Por álbum entendemos una página en la que hay más fotos que texto y todas esas fotos versan sobre un sólo tema. Suelen ser de actos institucionales o actos de empresa en los que hay que mostrar lo bonito que ha quedado y la cantidad de asistentes que ha habido, todos ellos del más alto rango.

Son varias las características que podemos atribuir a estas página. Primera: nos caen con nocturnidad y alevosía, con un simple aviso por parte del redactor al que le han encargado el "marrón" de turno: "prepárate esta noche". Si oyes esta frase, tiembla.

Además las fotos suelen estar listas lo más tarde posible y cuando menos te lo esperas. Sigilosamente el redactor se te planta al lado y te invade la mesa con fotos. "Vamos allá", dice. Nunca es antes de las 23.00 de la noche, de lo contrario, no tendría emoción.

Segunda: las fotos suelen ser de muchos personajes, todos ellos con sonrisas forzadas y con ninguna gana de posar. Es habitual encontrar gestos extraños que hacen parecer monstruos a las personas más bellas y viceversa. Encontrar una foto decente entre las cientos que hay es extremadamente complicado, casi como encontrar la famosa aguja del pajar.

En el 70% de las fotos saldrá un flashazo o una calva que te estropearán la foto y te obligará a dar un corte radical para poder salvar tan antiestético cuero cabelludo.

Y por último, y no por ello menos importante, la filosofía del álbum, resumida en una frase lapidaria: cuantas más entren mejor. Porque esto es lo que quiere el redactor. Fotos a mogollón, que no quede ni un blanco y que salga todo quisque.

Pero volvamos al asunto. Se celebra el 50 aniversario de la revista Actualidad Económica y han ido los personajes más importantes del ámbito económico español, a los que se les han unido los Príncipes de Asturias. Tal y como indicamos en el primer punto, el redactor de economía de turno nos avisa: "¿Quién quiere hacerse un álbum?"... Cada cual que responda lo que quiera, pero que se atenga a las consecuencias. Esto es lo que nos encontramos cuando abrimos la página.


El temido, el odiado, el denostado folio en blanco. Pero que no cunda el pánico. Lo importante es estructurar mentalmente el álbum y tener clara la jerarquía de las fotos. Porque, no nos engañemos, tienen más importancia los Príncipes que un consejero delegado de una empresa. A partir de ahí, hay que hacer puzzles: si doy esta a dos y la otra a tres y pico con una retícula de seis columnas me queda otra media y pico para dar un careto grande; y si doy tres iguales de tamaño las puedo usar para separar de otras que voy a dar más abajo. Etc, etc, pura maqueta ficción.

Total, tras ver las fotos que había seleccionado el departamento de fotografía junto con el de Economía y tras caga.. varias veces en el maldito mensaje que me recuerda que he puesto más de tres fotos en mi escritorio (o que he excedido el almacenamiento de mi perfil y del que ya os hablaremos otro día), tenemos esto. Nada del otro mundo, pero hay que estar ahí para hacerlo.

El famoso mensajito. Imaginaros que salta cada dos minutos. ¡¡¡Arrrgghhhh!!!


Ah, la última característica de los álbumes. Siempre podría haber quedado mejor.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Maqueta interruptus

Es aquella que no llega a consumarse... porque aparece un mensajito que seguramente todos hemos sufrido en alguna infausta ocasión. Un mensajito hijodeputa con efecto hipertensor, potenciador de la ira, causa de desmayos y lipotimias porque además de subir baja también la tensión de manera simultánea debido al enorme esfuerzo por reprimir el descomunal puñetazo que le quieres dar a la pantalla del ordenador cuando lo ves:



Efectivamente, es éste. ¿A que da como cosa verlo? "Quark (en este asqueroso caso, pero podéis sustituirlo por cualquier otro, el que sea, porque con todos pasa) ha detectado un problema y debe cerrarse", una falacia barata, rastrera y deshonrosa como cualquier otra porque lo que debería poner es "Este programa, o el sistema operativo, o los dos, son una puta mierda y este es uno de sus muchos fallos". Pero no, no tienen lo que hay que tener para afrontar la verdad. "Si está en pleno proceso, puede perderse la información con la que esté trabajando", continúa el muy cobarde. ¿Pero, cómo que si está en pleno proceso?, ¡siempre sucede en pleno proceso! De no haber proceso suponemos que no habría error, aunque cosas peores se han visto. ¿Pero, cómo que PUEDE perderse la información? Pero, ¿quién es el impresentable temoroso y pusilánime que ha escrito tal cosa?, ¿pero cuándo no se ha perdido la información en semejantes situaciones? SIEMPRE se pierde, mire usted, ¡SIEMPRE! ¡SIEMPRE! SIEMPREEEEEEE! ¡Joder!
Después viene ya lo mejor. Que informemos a Microsoft del problema. No nos reímos porque cuando nos sucede tenemos la vista tan nublada que ni leemos el cartel, inyectados en sangre tenemos los ojos como para enviar nada a nadie, congestionados por ese puñetazo que ya hemos dicho que la pantalla no se suele llevar de milagro ya que en realidad nos lo llevamos nosotros. ¿Así que hay gente en Microsoft que recibe nuestros "problemas", si es que se los enviamos, y los leen, y hacen caso, y se ponen en contacto con los de Quark, o con los de Adobe, con quien sea, o con la madre del cordero si hace falta, y lo resuelven, y nos vuelven a contestar diciéndonos que ya se ha resuelto, y de paso nos hacen el trabajo que se nos estropeó, y nos indemnizan por los daños que nos ha causado su producto, y nos piden perdón, y hasta otro día? ¿No? Sucede algo así, ¿no? Pero es que el baboso impresentable del cartel nos toma por tontos, ¿o qué? Claro que conozco a quien asegura enviar esos mensajes a Microsoft, "para que se fastidien por lo menos", dice soltando una risilla como de supuesto pícaro, o algo así. Existe tal persona.

Bueno, ya vale. A ver si me calmo un poco... Ya parece que vuelvo a mi estado habitual dulce y sereno. Todo este pequeño berrinche viene a cuento de esta página de Nacional que en cuanto hube terminado de maquetar, con sus fotitos y todo, con sus textitos falsos, con su canesú, pues decidieron que no les valía y que había que rehacer.



Un típico 3/2. O sea, dividimos la página en un primer tema ocupando las dos primeras columnas y otro en las tres columnas restantes, agrupados ambos por un cintillo porque todos los contenidos, junto con los de las otras dos páginas anteriores, la primera y segunda de Nacional ya que la página en cuestión es la tercera, pertenecen a un mismo bloque temático bautizado en este caso como "Desafío nacionalista". En cuanto estuvo terminada, decíamos, pues ya no les vale porque el tema a dos resulta que ahora se enteran de que va en la portada del periódico y por lo tanto hay que darlo con más texto... pero sin llegar a tres columnas, como les propongo en primer lugar, "porque para tres columnas no tenemos". En fin, lo de siempre. Que algo parezca lo que no es. O que parezca lo que debería ser pero no tenemos, o no queremos hacer.

Entramos, pues, de nuevo en la página. Reducimos la foto de las dos primeras columnas para que crezca el texto dándola a una columna y "mordiendo" la segunda para que también parezca algo y porque además "queda muy bien, ¿no?" Si, hijo, sí. Tenemos que poner entonces la otra foto a tres en la parte superior para que los títulos no "cabeceen", que es otra que ya os explicaremos con más tiempo y mejor ánimo, pero que puede resumirse, más que en dar cabezadas, en evitar el enorme desequilibrio que supondría que tanto títulos como fotos queden agrupados en la parte superior; y además hacer esa imagen más grande porque "nos parece una gran foto" aunque en realidad es que mucho texto no tienen para llenar el hueco de texto que han decidido que sea más grande, todo lógico y al servicio de la información como puede verse, cuando de repente...



Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooo....

viernes, 2 de mayo de 2008

Forma y función (una de rayas)

Parece que están de moda, las rayas. A alguno se le debió ocurrir que les sientan bien a las páginas vestirse con rayas, y así lo hacen todas las que quieren estar a la última. Como también parece preocupación actual más la forma que la función en ese debate eterno entre la apariencia, la estética, y entre el uso o la función de los objetos, sobre todo si pertenecen al ámbito de lo visual. Claro que todo tiene un límite, hasta el número de rayas que caben en una página, y como las modas tienen por costumbre el ser efímeras hay ya quien se muestra cansado, por ejemplo, de los rayados rediseños del exitoso Casses.


Esta es una doble página en la que resulta difícil encontrar alguna raya, o filete si queremos ponernos profesionales, que cumpla con alguna función REAL. Pero como ya decíamos que entre forma y función, o estética frente a funcionalismo, todo parece haberse quedado en la forma, pues sólo escuchamos juicios del tipo de si esta página "queda bien" o "no queda bien". A no ser que alguno considere que adornar es una función... ¿Adornan las rayas? En caso afirmativo, ¿es eso cumplir una función? No, no lo es.

Pero nosotros a veces disimulamos y hacemos creer que sí, que nuestras rayitas adornan porque en la prensa de hoy la prioridad de algunos redactores jefe y responsables de la información da la impresión de estar más bien dirigida hacia el adorno, lo superfluo y accesorio. A que sus páginas, informen o no, "queden bien" como primer objetivo. Y les ponemos rayas...


.... que en este caso SÍ cumplen una función: separar dos temas que están relacionados, pero que son piezas distintas. Se trata de una página en la que dispusimos un reportaje sobre el horripilante caso descubierto en Austria esta semana acerca del "monstruo" que secuestró a su hija durante 24 años en el sótano de su propia casa, donde abusó sexualmente de ella con el resultado de siete hijos-nietos, además de los siete que tuvo con su esposa, que por lo visto no sabía nada. El reportaje está ilustrado con una foto en la que un manifestante se pregunta cómo pueden suceder estas cosas; y en la parte inferior hay un artículo de opinión del psicólogo Javier Urra acompañado de un gráfico que muestra las posibles secuelas que sufrirá Elisabeth, la hija y víctima.

Si os fijáis bien, el artículo inferior está enmarcado por rayas a izquierda y derecha. Cuando las ponemos se muestran muy contentos y nos dicen que "qué bien queda así", pero en realidad no lo hacemos por eso, lo hacemos para que no se confundan los textos del artículo superior con el del inferior. No podemos separarlos con una raya horizontal porque eso indicaría que son temas distintos y no es el caso. Así que utilizamos esas dos rayas verticales, esas tan monas, porque modifican el ancho de las columnas inferiores impidiendo así que el lector confunda los textos y continúe su lectura por ellos como si pertenecieran al mismo artículo. Por eso quedan bien las rayas, porque cumplen una función de una manera elegante. Unir forma y función es el difícil objetivo. Sin esas rayas, ni "queda bien", ni separamos los textos como podéis ver:


Y lo hacemos solo con DOS rayas. Las estrictamente necesarias. Pero como ya decíamos, llegan tiempos contrarrevolucionarios y es posible que las rayas dejen de estar de moda en las siguientes pasarelas pagineras. Entonces las páginas "quedarán bien" sin rayas, e incluso se eliminarán de donde sean necesarias... porque repetimos que lo triunfante es la forma y no la función. En el último caso que os mostramos, la página pertenece al nuevo suplemento Mercados que acompaña al diario El Mundo los domingos y que está concebido sin ninguna raya. Y tuvimos problemas. Nos vimos obligados a utilizar más blanco del habitual para separar noticias del mismo tema superiores e inferiores cuando las columnas coinciden y fotos y títulos no ayudan a separar... pero no es lo mismo, ¿verdad?


Tendremos que esperar a que cambie también la moda que prima la forma sobre la función para evitarnos problemas de este tipo, aunque mucho nos tememos que ese cambio resultará más difícil, porque sobre lo "bien que quedan" las cosas todo el mundo cree saber, mientras que para encontrar soluciones estéticas que se adapten a la función para la que se diseñan hay que saber realmente.

jueves, 24 de abril de 2008

Pero, ¿quién manda aquí?

El director, por supuesto; y mucho. Y casi nadie más excepto un tema sobre los demás en cada una de las páginas del periódico. Porque el término "mandar", en una redacción, se oye cada vez que hacemos una página. "Pero, vamos a ver, en esta página, ¿qué es lo que manda?" Frase que se pronuncia para saber cuál de las noticias que van a formar parte de una página tiene que recibir un tratamiento gráfico que indique al lector -aunque sea de manera inconsciente para él- que ésa es la noticia más destacada en esa página. Que la valoración periodística de nuestro medio de comunicación decide darle más valor informativo a esa noticia por encima de otras que también publicamos, y que a su vez tienen también mayor valoración para nosotros que las que no llegamos a publicar.

El diseño consigue hacer llegar esto al lector de dos maneras: utilizando la estructura propia de la maqueta modelo, sus columnas y módulos de alto, para darle mayor espacio y en zonas más importantes a aquello que queremos destacar; y con la tipografía, jerarquizando con títulos de mayor cuerpo, y en ocasiones con tipos de letra distintos que "pesen más", o que "manchen más", metáfora que no nos parece necesario explicar.



Os mostramos las maneras clásicas de utilizar una maqueta estándar tamaño tabloide a cinco columnas (la más habitual en nuestro país, la de mayor éxito... sí, sí, la que diseñó Reinhart Gade para El País) para dividir las páginas reservando un espacio a la noticia principal (sombreado). Los módulos horizontales, 9 en el caso del diario El Mundo que aquí mostramos, están indicados por esas rayitas de mayor grosor situadas a la izquierda de la primera columna y a la derecha de la última y quinta columna.



Y estas son las páginas reales que originan aquellas maquetas. El primer caso es el denominado 4-1, un clásico absoluto en la prensa, y que como sus números indican consta de una noticia principal a cuatro columnas (el 4) y de una noticia restante, secundaria, a una columna (el 1). El segundo es un 4-1 con faldón a cuatro columnas, o sea tema principal a cuatro columnas sin llegar hasta abajo, noticia secundaria a una columna y otra noticia más secundaria ocupando dos módulos de las cuatro primeras columnas por debajo. El tercer caso consta de un tema principal a cinco columnas por arriba y un tema secundario también en las cinco columnas pero ocupando los módulos inferiores (se trata de una estructura que divide la página de manera horizontal y que se suele utilizar menos en la prensa donde se prefieren particiones verticales para dar mayor "tensión" y estilizar las páginas, ya que se supone que la horizontalidad proporciona equilibrio, estabilidad... y buscamos movimiento y tensión). El último caso es otro clásico, el 1-3-1, esto es una columna de tema secundario (1), tema principal ocupando las tres columnas centrales de la página (3) y otro tema secundario en la denominada "columna de salida". Los módulos y columnas ayudan a jerarquizar, como se ve, y a la vez a separar los temas para conseguir orden.

El diseño modular (columnas y módulos horizontales que dividen la página en una retícula) fue una idea tan sencilla, como genial. Tan genial que quienes lo califican ahora de "aburrido" andan dándole vueltas al tema para mejorarlo... y los seguimos esperando. Ningún rediseño de estos que se venden ahora ha logrado deshacer este esquema para conseguir algo mejor, aunque tenemos que reconocer que deshacer sí han deshecho en nombre de lo "divertido". Se pueden probar formatos a seis columnas y llenarlos de rayitas por todos lados, buscar tipografías ciertamente atractivas, como suecede en los múltiples proyectos Cases i Associats que tanto triunfan ahora, y que tanto se parecen entre sí... pero la estructura de las páginas sigue siendo la misma. O peor, en caso de que se renuncie al diseño modular.

Porque para huir de lo "aburrido" y ser más "divertidos" habrá que renunciar a un sistema cuya estructura permite ordenar y jerarquizar a la vez; y no sólo eso, también nos ayudará a intercambiar elementos entre unas páginas y otras según se produzcan acontecimientos noticiosos a lo largo del día que nos obliguen a cambiarlas. Todo, como está mandado, al servicio de la información.

jueves, 17 de abril de 2008

Lo que pudo ser

En un periódico suele ser complicado tener programadas las cosas. Siempre sucede algo que lleva al traste tus planes iniciales y tienes que cambiarlo todo. Pero en acontecimientos como el de ayer, la final de Copa del Rey nos referimos (qué si no) podemos tener algo más de previsión y nos permite hacer cosas distintas.

Ayer había dos planes. El plan A, conservador, y el plan B, arriesgado. Arriesgado porque suponía poner la ficha en la tercera columna, cuando normalmente va debajo del título, al principio de la crónica y porque suponía poner el pie de foto en la esquina superior derecha de la foto en lugar de ponerlo debajo de la misma. La verdad es que la final se resolvió pronto, aunque el Getafe no la dio por perdida nunca y casi consigue remontar, pero el jefe de la sección de Deportes, Fernando Bermejo, ya tenía decidido que había que apostar por lo arriesgado. Era una ocasión excepcional y había que aprovecharlo. Así, el periódico salió esta mañana con esta apertura por la victoria del Valencia:


Pero para llegar a lo arriesgado antes hubo que descartar lo conservador, que era lo siguiente:


Y vosotros qué sois: ¿arriesgados o conservadores?

miércoles, 16 de abril de 2008

Romper las reglas

Aprovechamos uno de nuestros casos prácticos para presentar (un poco tarde, ya lo sé) el suplemento económico que El Mundo distribuye los domingos. Impreso en papel salmón, Mercados, nombre del suplemento, cuenta con cerca de 80 páginas de información económica, incluyendo las típicas páginas de anuncios laborales y las tablas con los indicadores financieros más importantes.

Pero volvemos al caso práctico. En el tema de apertura, una página doble (triple en ocasiones, más la portada, claro) se nos planteó un problema con un gráfico. No por el contenido sino por la forma con la que el departamento de infografía había decidido plantearlo. La forma era la siguiente:


Lo único que condicionaba el gráfico era que tenía que ir en la segunda página del tema porque la primera va ocupada (casi) siempre por una foto y un titular a 5 columnas. Por lo tanto tendría que ir con la continuación del texto. Pero se nos planteaba un problema: si colocábamos el gráfico de esa manera, el ritmo de lectura se rompía. Es decir, al ir las páginas enfrentadas (son las páginas 2 y 3) el salto de texto entre una y otra se interrumpía con el gráfico y eso no favorecía la legibilidad del tema. La página quedaría (y quedó) de la siguiente manera:


La infografía cortaba el ritmo de lectura y cabeceaba con la foto de la izquierda. Así no podía ir, pero no tenía fácil solución. Me explico. Había que cambiar todo de orden, ponerlo todo a la derecha, es decir, las barras más grandes al lado de la columna de opinión que había en la salida de la página y trasladar las pequeñas a la izquierda. De esta forma conseguíamos, además, que separaran la información de la opinión. El gráfico tendría que ser así:


Perfecto, era viable, pero no nos venía nada bien, la verdad. ¿Por qué? Porque deja un blanco en la página inconcebible cuya única solución era un absoluto disparate: dejaba una columna totalmente aislada. Así era la "no-solución":


Se nos ocurrió intentar cambiar el gráfico y poner la columna grande a la derecha del todo, para que así no dejara el blanco y separara más claramente la información de la columna de opinión. Pero eso era imposible. La columna grande representa los datos de 2007 y la mediana los datos de 2008. Poner los datos de 2007 a la derecha de los de 2008 no era la mejor solución porque nuestro orden de lectura (al contario que en la escritura árabe) es de izquierda a derecha e interpretaríamos los datos al revés, es decir, los de 2007 como los de 2008 y viceversa. Por lo tanto, la mejor opción que teníamos era imposible de llevar a cabo. Y no nos quedaba más remedio que incumplir la regla de no interrumpir el ritmo de lectura, sobre todo de manera tan descarada. Pero, a veces, hay que saltarse las reglas. Para eso dicen que están...

jueves, 27 de marzo de 2008

Romper el ritmo

Igual es cosa mía. Quizás sean los años, pero... a mí las siluetas me cansan. Me agotan. Y cuando veo muchas juntas... me aburro. Supongo que no os pasa a todos y que puede ser una manía mía. Entiendo que eso es algo que depende de la línea gráfica de la publicación, y que igual que en el periódico pueden ser útiles pero con medida, no sea que se nos arreviste demasiado la cosa, en un suplemento son fundamentales, por lo espectaculares y dinámicas que son. A ver. ¿Podríamos hacer una publicación sólo con siluetas? Pues sí, supongo. ¿Y sin ellas? Pues también, imagino. Pero a lo que yo voy es que no hay que ser dogmáticos. Porque al final, no hay soluciones buenas malas en sí mismas, si no mal empleadas o páginas torpemente resueltas.

De todas formas, soy firme defensor de la teoría de "menos es más" (o como decía acertadamente mi colega Mario en su último post, mejor un puñetazo que dos sopapos). Y me gusta utilizar siluetas como al que más, pero cuando se repiten mucho, pierden su capacidad de sorpresa y por encima de todo, se trata de controlar el ritmo gráfico en toda una publicación. Y a veces, romperlo puede ser una buena opción.

Este ejemplo me ocurrió en el último suplemento de motor del periódico. Tradicionalmente, las siluetas de coches funcionan y las aperturas o las pruebas, comparativas, etc. las emplean profusamente. Y está bien, porque es una forma de decir: son los absolutos protagonistas, fija en ellas toda tu atención. Y son espectaculares, y te imaginas dentro del coche... Y cuando llevo diez páginas así, a mí me parecen todos los coches iguales. Lo ideal es buscar un contrapunto, un equilibrio. Para una apertura fuerte, las siluetas funcionan. Fijaos en la serie de tres páginas. Bien resueltas, creo yo. El orden de la página influye mucho en esto, ya que con mucha foto el ojo necesita equilibrio, y éste se obtiene con orden. Tras la apertura, otro par de páginas más y el tema empieza a pedir a gritos algo más, algo distinto, quizá un fondo, algo de contraste. O empieza todo a ser lo mismo.

Ejemplo de apertura. Las siluetas funcionan adecuadamente.

Un simple fondo negro vuelve a llamar la atención del lector.

Con la página de Jaguar lo intentamos y creo que quedó bastante resultón. Utilizamos la foto tal cual, sin tocar para nada el fondo, y colocamos el texto calado en positivo y negativo (que a muchos no gustará, pero hay que asumir riesgos ¿no?) y los filetes de puntos para darle algo de volumen a la mancha negra y así evitar el posible efecto que todos temíamos: que pareciera una publicidad a mitad de página. Y para no restarle impacto visual, las fotos de abajo las pusimos con fondo, normalitas, para que se vieran los coches y algo más, por poquito que fuese. A mí, personalmente me gusta. Y consigue que me vuelva a parar en el tema tras las abundancia de siluetas en las primeras páginas. Vuelve a llamar mi atención. Y eso, precisamente era lo que intentábamos.

martes, 19 de febrero de 2008

El 'tres-dos', ese gran desconocido

Hoy, vamos a hablar de ese gran desconocido, el título a tres (a tres columnas, se entiende). ¿Por qué esta forma de titular una noticia está infrautilizada? ¿Por qué siempre triunfa el discreto título a una, el estándar a dos, el correcto título a cuatro o el espectacular a cinco?

Vayamos por partes, que diría Jack 'The ripper'. Cuando nos enfrentamos a la temida página en blanco, realmente no está tan en blanco como podríamos hacer creer. En un periódico, una página tiene límites de ancho y de alto. De los de alto, ya hablaremos otro día. Ahora nos interesa la parte horizontal de la página, el ancho.

La mayoría de periódicos que se publican en España tienen cinco columnas de texto ocupando la extensión horizontal de una página. El pasillito blanco que queda entre el texto y la nada sería el margen. Cuanto titulamos una noticia, tenemos que valorar su importancia, su extensión de texto y las fotos que va a llevar; por ejemplo, durante la guerra del Golfo la apertura de internacional siempre se titulaba a cinco columnas, con dos líneas de texto, una gran foto de la batalla y algún apoyo u opinión, amén de algún gráfico que localizara la zona. Las siguientes páginas alternaban los títulos a dos columnas con los títulos a cuatro. Los de dos columnas son muy prácticos cuando tienes fotos muy verticales y te permiten titular al lado de la foto. Los de cuatro son más versátiles y nos permiten poner una foto horizontal o una vertical. Con estas dos fórmulas existen innumerables combinaciones en la colocación de fotos, texto, gráficos, apoyos y demás elementos informativos y nos desviaría de nuestro principal objetivo, el título a tres.

Cuando titulamos a tres es porque no nos queda más remedio. Es tal el guirigay de elementos informativos que te obliga a hacer una página denominada 'un tres-dos'. Una página en la que no hay nada que mande, o sea ninguna noticia destaca por encima de las demás que es una de las premisas básicas. Hace unos días apareció esta curiosa variante del 'tres-dos' en el periódico:

¿Parece rara no? Una foto de entrada con un título en helvética debajo como noticia principal, un segundo tema en Century a dos columnas y debajo una foto acompañada de un pequeño texto a una columna. Todo englobado por un cintillo que une todas las noticias en un mismo tema (precampaña electoral). Lo raro de esta página es la colocación de la foto de abajo y sobre todo que el texto que le acompaña esté a su derecha. ¿No sería más adecuado algo parecido a esto?

Esto sería lo correcto según nuestra forma de diseñar en el periódico. Pero queda más raro. Hay una mezcla de tipografías y textos que confunden la continuidad de la lectura. Lo intentamos arreglar enmarcando la parte de abajo con líneas verticales:


Bueno, vamos mejorando. Pero esa especie de zeta tumbada que parece el texto no acaba de convencernos. Volvemos a cambiar. Todo esto con los mismos elementos y la misma cantidad de texto. El redactor no va a escribir ni a cortar nada a estas horas.

Finalmente queda así. Le vamos a hacer escribir al periodista un pequeño sumario en la quinta columna... Y al final la página salió como al principio. Maldita sea.

Minutos después un redactor jefe vino con la página dos de nacional en la quería un tema grande con foto, un apoyo de reacciones, otro tema grande con un 'careto' y además un 2x2 de publicidad. Para quitarnos la frustación, esto fue lo que hicimos.



Otro 'Tres-dos', ese gran desconocido que en este número salió dos veces.

martes, 1 de enero de 2008

Ideas preconcebidas

Ha pasado más de una semana y todavía me acuerdo. Del partido, claro. Y de las páginas que hicimos después también. Del partido porque a pesar de que nuestro eterno delantero Raúl no tuvo una actuación destacada, sí confirmó sin embargo el triunfo del juego colectivo, ¡y qué juego!, que tan denostado está en estos tiempos de figuritas de mazapán. De las páginas, porque el cierre de aquel inolvidable domingo no creo que lo vayamos a olvidar.

Cada vez que se disputa un partido del siglo, en los periódicos es necesario tener previstas las páginas de antemano, al menos para la primera edición. Estos acontecimientos, sobre todo los que más importan para las audiencias televisuales, empiezan, y por lo tanto acaban, muy tarde. Por eso, en cuanto el colegiado sopla los tres pitidos de rigor y da por finalizado el encuentro las páginas tienen que enviarse a la rotativa prácticamente ya. Deben estar hechas de antemano, tienen que estar ya casi escritas, porque se redactan según sucede el partido, y a la vez hay que buscar las mejores fotos de las primeras que envíen las agencias o nuestros fotógrafos para huecos pintados antes. Después, en segunda edición, tenemos tiempo para cambiar lo que sea necesario en función del material gráfico que vaya llegando, declaraciones que se produzcan después, etc. Hay que trabajar, pues, con ideas preconcebidas.

Pero, a veces, las ideas preconcebidas nos impiden ver lo que tenemos delante. Para la crónica del partido del siglo entre el Barcelona y Real Madrid, ja, ja, ja, perdonen que me ría pero es que cada vez que me acuerdo me entra una alegría... decía que para la crónica de ese partido, je, pues decidimos maquetar una página que no fuera la de siempre (la típica con su gran foto por arriba) y dispusimos una imagen vertical a tres columnas de arriba a abajo. Las ideas preconcebidas del responsable de deportes pasaban por una foto de juego en esa página y para la página enfrentada tres imágenes con gestos de distintos protagonistas de aquella noche. En cuanto terminó el partido, hicimos esto con el material que llegó:


No está mal. Pero... no sé. No llegaba a funcionar. Le falta fuerza. En la página impar nos resultó imposible encontrar tres gestos de manera que los jugadores no estuvieran tan desproporcionados. Y en cuanto a la primera página no tengo espacio suficiente para relatar lo que sufrimos buscando "una foto de juego" que tuviera ese corte tan extremo. El esquema de las páginas estaba bien pero las ideas preconcebidas sobre su contenido nos impedían ver, por ejemplo, que estábamos desaprovechando la foto, el fotón más bien. Como nos condicionaban a buscar una foto de juego que no existía con ese formato, mientras que había muchísimas con un formato horizontal. Me costó algo convencer al subdirector del periódico, porque las ideas preconcebidas se suelen agarrar y nos clavan las uñas. "Yo tenía otra idea", repetía cuando le propuse las páginas que finalmente salieron. "Pero bueno...".



Porque el Madrid titánico, como titulábamos, era más bien esto, ¿no? Se tratraba de dar grande la foto de Pepe, enorme como estuvo el central, y de dar una foto de juego a cinco columnas en la segunda página. Nada más. Y nada menos. En segunda edición, finalmente, lo volvimos a estropear. Pero esa es otra historia.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Una batalla perdida

En ocasiones es necesario perder algunas batallas para ganar la guerra. Porque no nos engañemos, lo nuestro es una guerra, aunque dentro del buen rollo y en sentido figurado, pero una guerra al fin y al cabo. En ocasiones nosotros somos los buenos, pero en otras somos los malos, malísimos de la película.

En esta lucha sin cuartel, el pasado jueves perdimos una batalla. Nuestras tropas avanzaban sin resistencia, hasta tomar las posiciones enemigas. Les habíamos derrotado y parecía que de ahí no nos movía ni Perry. Nuestra arma era insuperable, lo tenía todo. Un titular a una línea muy limpio y una foto en color con mucha fuerza (aunque luego la publicaran en blanco y negro), que salvaba la página de la mina (o como quieran llamar a ese 9x2) que nos habían colocado nuestros "enemigos" de publicidad, una de los miembros del nuestro eje del mal particular. Aquí está nuestra baza.

Mientra celebrábamos la victoria se acercó sigilosamente Alfonso Mateos, redactor de Opinión, y contraatacó rápida y hábilmente. Joven (aunque sobradamente preparado) comentó amablemente que teníamos que cambiar la página porque ahí no entraba el texto del corresponsal. "No será para tanto" dije. Pero efectivamente, sobraba casi la mitad del texto. Antes de admitir nuestra derrota luchamos hasta la extenuación. Cortamos la foto al máximo, intentamos darle una vuelta, pero no había manera, estábamos rodeados. La foto había que darla a dos columnas sí o sí, lo contrario sería desaprovecharla.

Rendidos a la evidencia, cambiamos la maqueta. Y optamos por una foto a tres con bastante menos fuerza pero que nos venía perfecta para poder encajar casi todo el texto del corresponsal. Este es el resultado final y artífice de nuestra derrota.

"Habéis vencido, pero no convencido", como dijo Unamuno. Volveremos.

martes, 27 de noviembre de 2007

Una ‘patata americana’ de muerte

Al parecer hay dos cosas que nunca tiene en cuenta un director de arte. La primera es la publicidad: a la espera estamos de ver algún prototipo en el que se incluyan alguna de las tantísimas "páginas reales" a las que invade la publicidad desde abajo, desde los lados, desde arriba e incluso desde el centro, como a la espera estamos también de que se diseñen páginas, de esas tan monas, que se puedan modificar añadiéndoles módulos de publicidad, como sucede todos los días, y que una vez modificadas sigan quedando tan monas. Mucho me temo que seguiremos esperando. La segunda cuestión que no tienen en cuenta es la inevitabilidad de la muerte, que siempre llega, tan callando.

De tener previsto que somos mortales y que la publicidad cambia no hubiera tenido que utilizar un recurso que detesto, que me parece tan mala opción que yo mismo he bautizado en este insigne blog como "patata americana", y que consiste en subir las dos últimas columnas de texto a la altura del título, o incluso más si hubiera una foto por encima de ese título como repite una y otra vez el nuevo El País con su obsesión por dar fotos a cuatro columnas, lo merezcan o no. Intenté evitarlo, pero la publicidad empezó a hacerse hueco a codazos.

¿Y la muerte? Pues la muerte se acomoda en los periódicos, además de en muchísimas de sus noticias, en forma de esquelas (esa especie de anuncios que pagan familiares y amigos cuando pierden para siempre a un ser querido) y de obituarios, que son artículos para glosar la vida y obra de un reciente fallecido. Sobre los obituarios me he visto incluso en situaciones mucho más comprometidas que la que hoy comento, porque me han llegado a pedir, y tengo testigos de ello, "una página mucho más divertida para los obituarios". La conversación no terminó bien. Pero a lo que íbamos: estos son los distintos cambios que sufrió la página de obituarios la otra tarde.


Son transformaciones debidas a la publicidad y a la muerte, esos elementos que os decía que no se suelen tener en cuenta. La publicidad, en este caso son esquelas, crece porque según avanzaba la fría tarde del sábado se iba muriendo gente, es inevitable que suceda porque ya sabéis que nuestras vidas son ríos que van a parar al mar, que es el morir. La tercera versión tuvo otro motivo menos fúnebre que también les sucede a veces no a los directores de arte sino a los redactores: la fotografía que ya estaba metida en la página, y que hemos eliminado aquí por motivos obvios, no era la del fallecido. Del fallecido, no había foto. Y, además, la muerte continuó subiendo por la página en esta su versión final en la que tenía que respetar exactamente el mismo texto sin cortarle ni añadirle ni una coma hasta obligarme a hacer lo que no quería: una "patata americana" mortal de necesidad.

sábado, 24 de noviembre de 2007

A veces no hay que hacerles caso

A los redactores nos referimos, por supuesto. Y hay que decirles que no. Porque en su afán de tener la sección pintada (qué bonito símil) cuanto antes, no tienen en cuenta el ritmo del que hablamos en anteriores artículos. Se enfrentan al folio en blanco y se obcecan, se atoran, se bloquean. Y no están nada inspirados, la verdad. Para muestra un botón.


Esto es lo que nos traían el otro día para pintar varias páginas de M2 la revista de Madrid (hablaremos de ella y sus peculiaridades un día de estos). ¿Cuál es el fallo?. Fácil. Todo titulado de la misma manera: a cuatro por arriba, excepto la primera, que va a cinco por abajo. En definitiva, todos los títulos similares, parecidos, miméticos. En este caso lo atribuimos a las prisas porque conocemos al [gran] redactor que nos trajo el "paginero" (bonita palabra, también) y sabemos que se preocupa por estas cosas de que "no quede todo igual".

Total, que hubo que rehacerlo todo para que tuviera una estructura un poco más elaborada, con un poco más de ritmo, a lo "Rehab", de la tan polémica y poliadicta Amy Whinehouse.

Pero cuando pinten sus secciones, por favor, tengan en cuenta las páginas como un todo, no como estructuras independientes. Las páginas, al igual que la Historia, no son departamentos estanco, todas tienen una relación entre sí.

viernes, 16 de noviembre de 2007

A veces coincidimos

Y entonces se produce la solidaridad editorial, o un poquito de ella, porque el último término ideado por el mutante Baruch es, cómo no, muy ambicioso. Si mutante se refería a ese nuevo periodista multiforme del que el Norbi es precisamente el máximo exponente, su solidaridad editorial "no es otra cosa que establecer una red de trabajo donde el periodista piense visualmente y los diseñadores piensen periodísticamente". Cito textualmente porque no podría resumirse mejor. En tan pocas palabras, con toda la sencillez de las grandes ideas. Y la contundencia.

Algo de esto sucedió la otra noche, no sé si de Luna llena porque desde el interior de la redacción no se ve y desde la calle, en Madrid, apenas distinguimos el cielo de la noche cubierto como está con una lona anaranjada de luz artificial, pero sí disfrutamos de una conjunción solidaria de planetas periodistas y satélites maquetas, alineados en este caso con una estrella brillante en forma de fotografía.

Esta es la página de primera edición de la sección Mundo con la que apareció el redactor jefe de cierre anunciando, sonrisa encantadora por delante, que "había que darle una vuelta". Y me dio una vuelta el corazón. Llegaban por agencia noticias sobre incidentes violentos entre estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas (esto sucedió sin que fuera allí ningún rey español ni nada parecido, ¿eh?, en este caso concreto creo que se pelearon entre ellos sin ayuda externa), con el resultado de varios heridos de bala. "Claro que lo que más nos interesa son las imágenes, poder dar alguna en esta página... están llegando fotos muy buenas de AP" (la agencia Associated Press). Y me dio el sobresalto cardíaco porque lo habitual en ocasiones así es el desbarate absoluto, en un minuto, de lo que se ha pensado y hecho durante todo el día. Y no, las arritmias desaparecieron al ver las fotos, en realidad, al ver la foto; el zafarrancho lo propuse yo entonces: la foto, el fotón, había que darlo a cuatro columnas. Para eso, eliminamos la anterior imagen a tres del tema principal sobre la crisis en Paquistán manteniéndolo no obstante como tema principal porque si ellos habían pensado visualmente la noticia de Venezuela (al menos un poco, en términos de fotografía) yo recompuse la página pensando en términos periodísticos (otro poquito, sin abusar ninguno) de manera que lo más importante tipográficamente seguiría siendo Paquistán. Se pudo recolocar la publicidad en otra página y conservar todo lo demás prácticamente igual.

¿Por qué es tan buena la fotografía? Pues aparte de que porque nos gusta mucho, como todos decíamos solidarios la otra noche, porque lo tiene todo, absolutamente todo. Porque ella sola cuenta la historia con esa fuerza y contundencia visual a la que no llegan las palabras, al menos no tan rápido. Fuerza y contundencia que se producen por una mágica unión de forma y contenido que alguna vez sucede, y por eso nos gusta mucho, como decíamos que decíamos.

La fotografía muestra la lucha de dos jóvenes contra otros dos (grupos de estudiantes enfrentados) separados por una puerta (dos bandos diferenciados), y a uno de ellos empuñando una pistola contra los otros (heridos de bala). Los rostros nos transmiten el dramatismo del momento, pero hay más, la forma, la composición casi perfecta con una línea vertical creando tensión (es de las veces que más claro he visto esa teoría de la gramática visual sobre tensión vertical y reposo horizontal). Y qué me dicen del fuerte contraste entre la zona oscura en el lado izquierdo, precisamente de donde emerge el pistolero, frente a la zona clara de sus oponentes, contraste que, casualidades del destino, es uno de los elementos visuales que más acentúan el dramatismo. El toque de color es ese naranja central, naranja de peligro. Un prodigio de imagen disparada en centésimas de segundo por la propia intuición del fotógrafo que, como todos comprenderán, en medio de un tiroteo no creo que se ande analizando encuadres. Un pequeño milagro que nos puso de acuerdo aquella noche de solidaridad editorial.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Cuando menos es más

A los redactores les encanta meter muchas fotos en sus páginas. Sí, es así. Vienen con una pila de fotos y te espetan: "Vamos hacer un álbum chulo [sic] con estas fotos que te traigo". Ahí te echas a temblar... Hay ocasiones en las que el álbum está justificado e incluso le viene bien al tema porque así los lectores pueden ver los personajes que han asistido al evento. Pero hay otras en las que merece la pena apostar por una sola foto que sea capaz de acompañar y complementar el mensaje que transmite el texto de la página. Una sola foto para dominarlas a todas.

Las páginas que hoy os traemos son un ejemplo de esto que os comentamos. El tema del día era la inauguración de la ampliación del Museo del Prado. Los Reyes le querían dar una dimensión especial al acto, de ahí la elección del cuadro Fusilamiento de Torrijos. Todo está milimétricamente preparado en la Casa Real, no se deja nada al azar.

Precisamente se elige una foto con fuerza para la portada. Los Reyes y las autoridades en una curiosa escalera sólo rota por la reina, custodian y casi imitan el cuadro. En la portadilla de la sección de Cultura se apuesta por otra gran foto. Los personajes ante la inmensidad de la ampliación. Como en la anterior imagen, un elemento que "rompe" la foto, la mirada del Príncipe Felipe hacia la claraboya que da luz a la sala.

Las tres páginas en cuestión. La última, finalmente, no salió

Y en la tercera página está la "polémica". Dar varias fotos, cuadradas, con varios personajes o apostar por una gran foto que acompañe al titular y lo explique. Porque no hay que olvidar que texto y fotos deben ir de la mano. No se entiende el uno sin el otro.

La primera opción de los chicos de Cultura fue dar un collage con cuatro fotos, cuatro planos con varios personajes, como un póquer de ases. Un poco plano, la verdad. No apostaban por nada y no ayudaban a comprender el título de la columna. ¿Quién se reconciliaba, Aguirre, el mandamás del BBVA? ¿Quién?... No quedaba claro.

Sin embargo un rato después bajó Fran, responsable ese día de la sección de Cultura y decidió cambiar la foto. "Vamos a dar esta más grande", dijo. Y mejoró el asunto, vaya si lo mejoró. Una foto grande con los personajes aludidos en el título bien centrados y pillados en un momento de "complicidad". Una foto que complementa perfectamente a la columna que acompaña, algo que no siempre sucede. Hasta el propio Fran, sorprendido, reconoció que quedaba "mucho mejor". Lo dicho, menos, a veces, es más.

Las tres páginas con la página que sí salió publicada

miércoles, 24 de octubre de 2007

De la pata al plano (americano)

En el diseño en prensa hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de dar forma a una información. El orden, la jerarquía, la carga informativa de las imágenes, son un ejemplo. Además, hay que tener en cuenta otros factores menos tangibles, como el ritmo y el movimiento. Sobre el ritmo ya hemos hablado en alguna ocasión, algo que deriva de la disposición de los distintos elementos en la página en sí y entre otras páginas. El movimiento consiste en algo parecido,en una página o en toda una sección, quizás más sutil. El movimiento lo puede aportar una imagen, o la correcta utilización de los elementos que conforman los distintos niveles de lectura. También la composición de la página puede inferir un inusitado movimiento al conjunto de la edición. Dentro de los elementos dinamizadores de la información resulta muy efectiva la pata americana. Se denomina así a la última columnade un texto que subiendo, cierra una pieza, de forma que arropa toda la información. El ritmo de lectura se desquilibra, la valoración gráfica gana peso por encima de los titulares, y en consecuencia, se obliga a el ojo del lector a recorrer la página buscando el arranque de la información. ¡Voilà! Se crea el movimiento.



Ejemplo de pata americana. La última columna
de la información
sube y acompaña a la imagen


Sinceramente, desconozco el origen de este recurso. He preguntado a compañeros y amigos si conocían la historia de la pata americana y no ha habido suerte. Parece evidente su origen trasoceánico, pero no hemos sido capaces de precisarlo. Desde aquí aprovechamos la dimensión de la blogosfera y la gran cantidad de amigos que nos leen (muchísimos de ellos en el continente americano) para que en este blog se arroje luz sobre el tema. Cualquiera que sepa de dónde surge el término pata americana, por favor, esperamos ansiosos vuestros comentarios.


¿Fruto de un elaborado planteamiento o recurso surgido de la necesidad? Pensando en ello, me vino a la cabeza la historia de otra aportación típicamente made in USA, el plano americano. Ese plano en el que se encuadra al protagonista desde las rodillas hacia arriba, dejando el fondo del decorado en un segundo plano sugerido. Es la transición entre el plano medio y el general, un plano que nos acerca al personaje, pero sin vincularnos emocionalmente con él, una prudente media distancia. Lo curioso es que este plano, que hoy se utiliza como un recurso dramático habitual, surge de una necesidad de lo más primaria. En la época del dorado western, los cineastas se dieron cuenta de que necesitaban un plano que permitiera que a los protagonistas se les vieran...las pistolas. Así de simple. Y hasta hoy.



John Wayne, en plano americano


Una necesidad que se convierte en recurso dramático. ¿Como la pata americana? Lo cierto es que es una técnica útil, pero de la que se puede caer preso. Requiere una apuesta gráfica que lo sostenga. Y esto me viene al pelo para una pequeña reflexión sobre el rediseño de EL PAÍS. Nos han contado durante los últimos meses que este nuevo diseño iba a apostar decididamente por la imagen. Eso está muy bien. Y es cierto que las imágenes han crecido en el nuevo diseño. Como los cuerpos. Ha crecido un poco todo. Ahí entra la pata americana, con su dinamismo. Pero las fotos a cuatro columnas sobre cinco posibles encierran una trampa. Condicionan la titulación y el resto de la página, a menos que trabajes en La Vanguardia, claro. Combinadas con un apoyo, por ejemplo, no te dejan muchas opciones. Y si abusas de este recurso, resulta que a fuerza de dar todas las fotos grandes y querer mover las páginas... te repites. Y buscando nuevas soluciones das con el tercer ejemplo, al que no sé muy bien cómo llamar: ¿doble pata americana? ¿repata americana? ¿remilpata americana?




Tres ejemplos de las muchas patas americanas que hemos
podido ver en las ediciones de este pasado domingo y lunes de EL PAÍS


A mí, personalmente, me parece que este nuevo PAÍS ha renunciado a signos de identidad propios del periódico. Se ha simplificado el nivel de lectura, han desaparecido los ladillos, los cierres y con tanta foto a cuatro o cinco columnas la edición gráfica (tradicionalmente muy bien valorada) se me queda un poco plana. Eso sí, con tanta foto a cuatro columnas, ahora hay muchísimas patas americanas.

viernes, 19 de octubre de 2007

Una portada distinta


No es muy ortodoxo, no. Hay que reconocerlo...

El equipo de encajabaja.