lunes, 26 de enero de 2009

Diseñario (XLV)

Ni se han enterado de las polémicas. O si se han enterado, disimulan, porque aquí están de nuevo como si tal cosa el equipo de expertos de encajabaja a quienes encargamos hace ya la friolera de cuarenta y cinco entregas la redacción de este Diseñario, obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa en general, irreverente y abierto a la participación de cuantos quieran aportar algo, amigos y críticos incluidos.




Silueta. Preocupación habitual en maquetadoras y en maquetadores metrosexuales. Se suele perder por pasar largas horas sentados ante el ordenador y por malcomer en la redacción, equipada como está de máquinas expendedoras de "comida".
En otro orden de cosas, la silueta es el recurso fácil para conseguir una página "bonita". La ejecución es la siguiente: se extrae de una foto al personaje que se quiere destacar. Se le deja sin contexto. Su figura aparece en la posición en la que le han pillado, rodeado de la nada. Flota en el aire, levita. En este etéreo estado se le sitúa en la página, a ser posible grande, derruyendo las columnas de texto con sus piernas, brazos o cualquier otra protuberancia. En numerosas ocasiones una silueta mal ubicada dificulta mucho la lectura y además la colocación del título, pie y demás elementos imprescindibles se convierte en una labor imposible, un puzzle diabólico.
Con esto no decimos que no haya habido grandes páginas elaboradas con una silueta como imagen gráfica protagonista, pero últimamente el uso y abuso de este recurso le está haciendo perder el valor que tenía. Mención aparte merece ese redactor que nos dice: "Hazme una página artística, ponme una silueta", mientras te entrega una foto de un medio plano de Madonna bailando en donde no se le ven las piernas. Si haces una silueta de esto, pareceras un mago cuando mete a alguien en una caja y divide su cuerpo en dos. Enhorabuena, tronco.

Símbolo. Es la forma que representa una idea o concepto abstracto. Un signo que da forma gráfica a un significado que todos hemos aceptado, por convención bien sociológica, cultural, etc. Dicho de otro modo, un símbolo es la manera de dar una forma a una imagen que valga, previo acuerdo, para todo el mundo.
Los símbolos dan formas simples a ideas complejas, aglutinan conceptos, identifican valores e incluso hacen que las personas nos identifiquemos en grupos (símbolos religiosos, o nacionales, por ejemplo). Hasta constituyen tipos de escrituras, como los jeroglíficos egipcios, o las runas nórdicas.
Con el auge de los ordenadores se fueron introduciendo tipografías de símbolos, es decir, tipografías formadas no por letras, sino por gráficos. No sirven por lo tanto para escribir textos, sino que incluyen imágenes, signos, ilustraciones y todo tipo de motivos gráficos o caracteres propios de lenguas extranjeras. Existen muchas y muy variadas, desde la clásica Symbol de Monotype, formada por símbolos matemáticos, de puntuación y caracteres griegos y que está instalada en prácticamente el 100% de los ordenadores del mundo, hasta tantas como la imaginación y la creatividad de los tipografistas puedan concebir.
Resultan muy útiles a la hora de introducir pequeños guiños gráficos en las páginas de los periódicos, por ejemplo. Os sorprendería la cantidad de caracteres de símbolos que se utilizan en una sóla página de periódico. Cada vez que vemos un bolito, un triángulo, una manita, un pequeño avioncito... estamos ante una tipografía de símbolos. Incluso hay rayas que en vez de pintarse están formadas por varios caracteres consecutivos de símbolos para poder manejarlo como si fuera un texto. Y es que al final, rindiéndonos a la evidencia, debemos constatar el tópico de que una imagen vale más que mil palabras, o trayéndonoslo a nuestro terreno, que un símbolo siempre destacará visualmente entre un mar de letras.

Subtítulo. ¿De verdad lo tenemos que explicar? Si llevas siguiendo este Diseñario habitualmente sabrás que es uno de los términos que se autodefinen ("sub" más "título", vamos, lo de debajo del título, concebido para leerse después del mismo y complementarlo aportando información). Insistamos, porque nos consta que hay periódicos que al antetítulo ("ante" más "título", lo de antes del título, la frase que se escribe encima del título) lo llaman subtítulo: el subtítulo es el elemento que dentro del bloque entero de titulación se sitúa inmediatamente debajo del título. Es posterior a él y, lo adecuado, es leerlo a continuación. Porque está concebido precisamente para complementarlo. En cambio, si eres un cultureta que sólo ve las películas en versión original y no tienes intención de dedicarte al diseño periodístico, subtítulo es la traducción de un título escrito en lengua foránea y la consiguiente traducción escrita que aparece en pantalla de todos los diálogos. Desajustada a veces, desincronizada, como también sucede a veces con algunos subtítulos en la prensa... que no se ajustan a lo que deben ser. En los títulos de reportaje, suele ser su función parecida a la cinematográfica porque se encargan de "traducir", o sea explicar, esas frases ingeniosas y cortas del título. Lo que no deben ser, en ningún caso, es una triste continuación de un mal título compuesto en una frase demasiado larga: pongo en el subtítulo lo que no me cabe en el título. Ambos elementos son complementarios, pero independientes.
Conviene aclarar que, a pesar del comienzo de nuestra definición, no todo lo que va debajo de un título debe denominarse por norma subtítulo. A veces, utilizando esquemas no demasiado ortodoxos ni generalmente aceptados en el diseño de periódicos se coloca una fotografía bajo el título, separándolo del texto. Pues bien, una imagen situada debajo de un título... no es un subtítulo.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.

viernes, 23 de enero de 2009

Walker Evans en Madrid

Granjero de Alabama, uno de los retratos más famosos de Evans.


En cierto modo nos recuerda un poco a Eugene W. Smith y a Robert Frank. No por el uso de una fotografía en blanco y negro realista, dura, que también. Sino por la temática en la que se centra Walker Evans: la vida cotidiana de sus conciudadanos, la mayoría de las veces injusta y descarnada. Por eso sus retratos se convierten en imanes, de los cuales no puedes escapar además sin una sensación de desazón.

Y estamos de suerte, no sólo por no protagonizar una de las duras imágenes de Evans, sino porque en la sala de Exposiciones de la Fundación Mapfre (Avenida General Perón, 40, Madrid) podemos disfrutar hasta el 22 de marzo de una amplia selección de sus fotografías. Más de un centenar de copias en gelatina de plata procedentes de la más importante colección privada de obras de este fótógrafo, que engloba todas sus etapas. Y, aunque estemos en tiempos de crisis y apreturas, tal vez podamos comprar el magnífico catálogo de la misma.

martes, 20 de enero de 2009

Algunas puntualizaciones

Hemos dejado pasar un tiempo relativamente prudencial para hacer algunas puntualizaciones sobre el rediseño de El Mundo, periódico en cuya sección de Diseño trabajamos algunos miembros de encajabaja. La perspectiva de los días es importante en casi todo, imprescindible en lo que al diseño periodístico se refiere.

La primera puntualización ya la hicimos cuando os mostramos el nuevo diseño la semana pasada indicando que os correspondía a vosotros juzgarlo. Parece obvio que sean los demás quienes tengan que valorar lo que uno mismo no puede hacer de manera objetiva, porque desde dentro no se puede ver igual que desde fuera. Además, hacía falta una mínima perspectiva de varios días, y cierta reflexión, ¿no?, elementos que no han tenido en cuenta la mayor parte de las críticas, virulentas, implacables y algunas desconsideradas hacia el trabajo de otros. Alguna de ellas incluso se diría que ya estaba escrita de antemano para que su autor, en cuanto el reloj nos llevó hasta las primeras horas del 11 de enero, apretase con saña el botón de "publicar comentario". ¿Era necesaria tanta prisa para juzgar un trabajo de meses que además pretende ser punto de partida desde el cual desarrollarse? Seguramente no, pero podemos estar equivocados y lo pertinente fuera denostar el rediseño de El Mundo lo más rápidamente posible porque la "desilusión" de los artistas era ¡tan grande!...

Precisamente con la decepción artística tiene que ver la segunda puntualización. Comprendemos que desde el punto de vista del diseño a secas, y no del diseño periodístico, el rediseño de nuestro periódico haya podido resultar decepcionante. No es espectacular, no está lleno de adornos... pero porque no quiere serlo ni tenerlos. Lo que lleva a desmentir a quienes desde la ignorancia, la falta de educación o la mala fe, juntas o por separado, lo han llamado "cobarde" o más finamente "poco atrevido". Cobarde es quien no se atreve a hacer algo porque le da miedo hacerlo, ¿no? Y El Mundo ha hecho LO QUE QUERÍA HACER en función de la información que quiere hacer llegar a sus lectores. Ni más, ni menos. No es un producto dirigido a diseñadores, más o menos artísticos. Y no se ha dejado de hacer algo novedoso porque sus responsables (que no somos nosotros, evidentemente) no se atrevieran (me parece que al director de El Mundo se le podrán hacer otras críticas, pero no la de que no sea atrevido...) sino porque quieren hacerlo así: un producto puramente INFORMATIVO dirigido a SUS lectores. El tiempo, y no críticas apresuradas desde planteamientos estéticos, algunos incluso ideológicos, establecerá si acertaron.

Esto nos lleva a la tercera puntualización, porque la anterior deja claro que nadie tuvo en mente hacer "propuestas innovadoras en el diseño periodístico" mundial, como reclaman desde nuestro blog amigo y vecino Quintatinta de Diego Areso, jefe de diseño del periódico madrileño Público. Mira Diego, alguno de nosotros vamos a tener que ir al médico, algo raro nos pasa porque en este 2009 que recién comienza empezamos a aburrirnos con lo de polemizar. No nos apetece, y mucho menos contigo porque sabes, y lo hemos manifestado tanto en público como aquí en encajabaja, que tenemos una gran consideración y respeto tanto a ti como a tu blog, pero nos quieres aclarar en qué, exactamente en qué, ha contribuido tu periódico -que sinceramente no deja de ser otro Cases más sin nada que no tengan sus magníficos diseños anteriores- en el avance y desarrollo del diseño periodístico mundial. Tenemos la impresión de que te va a resultar difícil mostrarnos algo de Público (el tuyo, el de Madrid, el de Portugal es otra cosa) que no se haya hecho ya antes. Lo de la "portada póster" o portada de revista, como se quiera llamar, se lleva haciendo desde comienzos del siglo XX, cuando los condicionantes tecnológicos lo permitieron. También podéis consultar en una hemeroteca lo que hacía Anson en ABC con su portada y luego, ideologías aparte, compararlo con lo que hacéis unos cuantos años después vosotros. No estamos seguros de que ni siquiera hayáis consegudio batir el récord mundial de rayas en una página que os debísteis proponer... si es que eso tiene algo que ver con el periodismo y cómo se diseña. Tal vez sí hay que reconocer que haber conseguido vender en un quiosco un diseño que para algunos es más propio de gratuito tiene su mérito. Porque el parecido, tema éste que tanto te gusta y con el que tantas bromas haces, de Público y ADN (anterior rediseño de Cases, claro) parece evidente, ¿no? O con The Independent cuando se transformó de sábana a tabloide en 2005, o con el croata de esa misma "cosecha" de final de 2007 Jutarnji list, o con el último rediseño de Clarín unos meses antes de la salida de Público, por poner algunos ejemplos más. ¿Pagáis vosotros también ese canon de fotocopia del que hablas cuando te refieres a nuestro periódico, Diego? ¿O por fotocopiar esas portadas americanas que tanto te gustan? ¿Algún derecho por "utilizar" las ideas de The New York Times para vuestros gráficos? Nada de esto impide, no obstante, considerar Público como un periódico con un diseño de muy alta calidad... como El Mundo, porque tal vez más que hacer algo nuevo de lo que se trata es hacer algo mejor.



Imagen de Chiqui Esteban, infógrafo del diario Público de Madrid durante su intervención en el "Tercer Encuentro de Comunicación Visual, Tendencias, Visiones e Inspiración" organizado por la Universidad de Salamanca el pasado 11 de diciembre. En este momento explica a los asistentes las bondades de "copiar", tal y como se ve en la proyección, para después confesar cómo desde su periódico se sigue muy de cerca lo que hace The New York Times. Junto a él el director de arte del periódico, Fernando "Rapa" Carballo. Estamos absolutamente de acuerdo con Chiqui y con su manera de rerconocer sin complejos lo que TODOS hacen y hacemos en el diseño, aprovechando ideas de otros e intentándolas hacer avanzar.


Lo que nos lleva a la cuarta puntualización. Los parecidos, "la copia" que hemos hecho de nuestra más directa competencia, o sea, del diario El País. ¿Desde el punto de vista de la estructura de las páginas? Tarde parecen haberse dado cuenta entonces algunos de esta "copia" porque la estructura de las páginas ha evolucionado desde hace unos meses, pero nuestro punto de vista es el de que nuestras páginas, teniendo cinco columnas como ellos y el mismo formato y estilo de periódico desde el comienzo, van un poco más allá en lo de buscar nuevas fórmulas al tradicional diseño modular, y no hemos hecho nada más que empezar. Lo que decíamos antes del director sobre la audacia vale también para el diseño, porque El Mundo ha sido de lo más rompedor -y premiado- del panorama nacional ¿no? A ver si ahora van a venir cuatro fundamentalistas del corondel y se van a colgar medallas que otros ganaron hace mucho tiempo. Nunca hemos tenido en El Mundo el encorsetado prejuicio de querer ser muy serios, más serios que nadie incluso en la forma, por lo que si alguien ha mirado con cierta calma se habrá dado cuenta de cómo se disponen títulos y fotografías ahora, de dónde se colocan los destacados, del tamaño de las imágenes, de un nuevo juego de equilibrios. ¿Desde el punto de vista tipográfico, tal vez? Porque resulta curioso que a tantos ojos tan avispados y tan críticos se les haya olvidado comentar que no hay ni un sólo tipo de letra del actual El Mundo que utilizara antes El País. En anteriores etapas, en concreto en la primera de todas, cuando menos nos parecíamos, entonces sí utilizábamos el mismo tipo de letra para todo el texto principal, la insuperable Times. Pero ahora, no. Que la Valencia -una variante de la Century- se parece a su nuevo tipo Majerit... nosotros veníamos utilizando Valencia y Century desde hace ya diez años. El texto principal no cambia, seguimos utilizando la impecable Imperial subida en un cuerpo y medio aproximadamente. Y en cuanto a la Neo, pues qué quieren que les digamos, que en El País no hay nada ni parecido. Por cierto, la crítica de Herminio J. Fernández en nuestro otro blog vecino y amigo Cuatro Tipos (de las más ponderadas y objetivas, tal vez porque él si pudo esperar al menos dos números para hacerla o porque nuestros títulos son en Valencia, ciudad donde escriben, en vez de en la "centralista" Majerit, nombre del que proviene la palabra Madrid), su crítica, decíamos, tiene toda la rázón cuando señala el desliz de nuestro periódico sobre la utilización de esta fuente porque no hemos sido los primeros como se decía en las páginas de presentación del rediseño (la utilizó antes el propio Herminio en Diari de Girona, y antes aún que él la utilizó al parecer Gara), un fallo que no debería haberse cometido porque, en definitiva, tampoco nos parece relevante el dato de quién la utilizó primero. Aunque no somos los responsables del contenido de esa página doble, entonamos el mea culpa por lo que nos toca.


Páginas actuales y páginas de hace un año (enero de 2008). Los cambios en la estructura de las páginas comenzaron a producirse este verano. Como puede apreciarse el cambio es radical... a pesar de quienes afirman que "tanto para nada", o "¿rediseño?". Parece ser cierto aquello de que no basta tener ojos para poder (o saber) ver. Y se pueden poner ejemplos todavía más espectaculares.


En lo que nadie ha encontrado parecidos es en la edición, nuestra siguiente puntualización. Posiblemente porque nadie ha reparado en ella, tan importante. Y es que el principal aporte de este rediseño reside en la edición de los temas. Lo sentimos por los que esperaban tipografías rompedoras, tramas imposibles, o colores revolucionarios. Lo realmente relevante de este rediseño consiste en la forma de preparar y presentar la información. El nuevo periódico apuesta por una edición de la información mucho más directa y ágil, potenciando la imagen, hasta el punto de convertirla, si informativamente lo merece, en la piedra angular sobre la que recae todo el peso de la página. Los temas ahora son más arrevistados, mucho más poderosos gráficamente, y los clásicos formatos modulares de composición se reservan para la cola de las secciones, de modo que el ritmo de las mismas (del que ya nos duele la boca de hablar aquí) es notablemente mayor y lo que es mejor, mucho más fácil de apreciar para el lector y de controlar para el maquetador. La lectura de las páginas también se reinventa, de modo que ahora se pueden plantear las composiciones tanto en vertical (preferiblemente en las páginas sencillas) como aprovechar la máxima horizontalidad que ofrecen las páginas enfrentadas, de enormes posibilidades gráficas. De esta manera la apertura de las secciones pasa a ser mucho más espectacular, para luego ir decreciendo en intensidad, jerarquía e información. En esta línea, unos breves marcarán preferentemente el final de las secciones, completando el ciclo informativo. Este nuevo modelo de editar la información, que tan exitosamente se ha ido desarrollando durante este pasado año en cuadernillos como los de los Juegos Olímpicos, la Eurocopa o las eleccciones estadounidenses, se traslada, ahora, a la totalidad del periódico. Por lo tanto, el cambio nos parece más que ambicioso. Y para nosotros, el equipo de diseño, formado por periodistas (con formación académica o con una amplia experiencia profesional en prensa), supone un reto mayúsculo. Porque se trata de centralizar y dar forma a toda la información del periódico, evitando esquemas clásicos y reconduciendo secciones que llevan años con rutinas de trabajo concretas, muy adaptadas a los modelos preconcebidos, las 1-3-1 o los 4-1. Todos estos cambios, en definitiva, están dirigidos a aumentar la legibilidad del periódico, a hacerlo mucho más moderno y atractivo para el lector. A nosotros, y no sólo a nosotros porque la recepción por parte de los lectores ha sido positiva, nos parece un cambio mayúsculo. Y nos sorprende que haya pasado desapercibido para tanto crítico, que se supone que sabe de lo que está hablando. Estamos convencidos que se debe a la impaciencia de muchas de las opiniones, que sin esperar a ver la evolución de las páginas, han saltado a criticarlas desde el primer ejemplar del domingo pasado. Si ahora, una semana después, esas mismas voces siguen manteniendo que no hay evolución en el periódico, les recomendamos urgentemente una visita al oftalmólogo. O que repasen los temas referidos a la identidad de un producto informativo cuando los estudiaron en la facultad (si es que no faltaron a clase entonces) o los aprendieron trabajando en una redacción (si es que no libraban ese día). Porque lo que sucede es que el periódico, habiendo cambiado, ha mantenido su identidad. "Me sigue pareciendo que leo El Mundo, aunque lo veo distinto", nos confesó una redactora con muchos años de experiencia profesional pero que de diseño afirma no saber ni una palabra. "Y eso me parece un acierto, porque El País, del que soy lectora desde hace muchos años, me lo han cambiado del todo. Ya no me parece estar leyendo mi periódico."




Dos ejemplos bastante ilustrativos del nuevo diseño de EL MUNDO. El cambio de concepto es, como podréis comprobar, total. Más moderno, más limpio, mucho más dinámico, en defintiva, mucho más apetecible para el lector. Entre este periódico y el de hace un par de años media un abismo. ¿De verdad no lo veis?


La última puntualización se refiere a la campaña de publicidad. No ha sido buena. No conocemos a nadie (y nos incluimos nosotros entre aquellos a quienes conocemos) a quien le haya gustado. No ha hecho llegar al público lo que realmente se proponía este proyecto y, además, ha generado un mito absurdo: "tanto ruido" para luego nada. ¡Pero cómo que tanto ruido! Pero si los anuncios en televisión han durado una triste semana. "Al igual que El País, tanto para nada." ¿Al igual que El País? Aquí no ha habido especiales en el periódico; ni blog explicativo antes, durante y después; ni el enorme bombardeo publicitario de hace aproximadamente un año; ni debates sobre un acento; ni estudio escocés de por medio, ni tipografía de encargo a un prestigioso tipógrafo portugués... El tanto ruido para nada es una falacia porque no es cierto que hubiera "tanto ruido". De la promoción tan sólo merece la pena destacar la magnífica película que se regaló a los lectores (de nuevo mención a Cuatro Tipos que son los únicos en reconocerlo y no ser pierdan ‘Primera Plana’, de verdad), una de las pocas promociones que en los últimos tiempos tienen algo que ver con los periódicos. Desde el momento en que se produjeron las primeras declaraciones del director, las reacciones de "a ver qué hacen" fueron ya desmedidas, se creó una enorme expectativa más por parte de la audiencia que del emisor. Y claro, tanta expectativa sólo podía resultar defraudada como ya manifestamos públicamente en la Universidad de Salamanca donde, sin que nosotros mencionáramos siquiera el tema, no dejaba todo el mundo de preguntarnos por él. No sabemos dónde está el "tanto ruido". Más en vosotros que en nosotros. Pero los fenómenos de la comunicación son a veces así, en la mayoría de los casos mucho menos controlables de lo que suponen los profanos. Por lo tanto, ¿de dónde sale ese tanto, tanto, para nada? Porque puede que sea nada, pero nunca hubo tanto.

En definitiva, que estamos inmersos en medio de un proceso difícil y fascinante. Os lo podemos asegurar. Un proceso que comenzó hace meses y que el 11 de enero dio un paso más, importante, mucho más importante y profundo que lo que se ha querido afirmar en comentarios apresurados y superficiales. Porque, además, la propuesta pretende ser un punto a partir del cual seguir desarrollando el periódico. Es difícil, muy difícil, porque para que salga bien debe implicarse toda la redacción en esa nueva manera de editar el periódico y quienes desconocen el interior de una redacción con ciertos años de rodaje no pueden saber de qué hablamos, ni entender el nivel de dificultad de lo que decimos. Pero vamos a intentarlo. A cambiar cada día, aunque sea sólo un poquito, como sucede y ha sucedido siempre en todos los periódicos vivos... y lo haremos hasta que podamos, hasta la última gota de tinta y el último trozo de papel.

Mario Benito y Javier Vidal

lunes, 19 de enero de 2009

Diseñario (XLIV)

Todavía no se han apagado los ecos del criticadísimo rediseño del diario El Mundo, sobre el que encajabaja publicará mañana un artículo ofreciendo nuestro punto de vista, pero ese griterío no ha podido callar a nuestro asombroso equipo de expertos que un lunes más nos ofrecen una nueva entrega de su afamado Diseñario, obra colectiva e irreverente sobre el diseño periodístico y la prensa en general que, además, está abierta a vuestra participación.




Sección. División temática que se realiza en un periódico para distinguir entre sí los temas que lo conforman. Normalmente la división suele ser en ámbitos muy generales, tales como Nacional, Internacional, Local, Economía, Deportes, Cultura, Opinión. O sinónimos de los mismos: España, Mundo, Madrid (u otra ciudad cualesquiera, aquella en la que se imprime el diario), Dinero, Deportes (única sección que se llama igual en todos los periódicos), Arte y literatura, etcétera. Podríamos pensar que la nomenclatura de las secciones es baladí o que no tiene intención, pero nada más lejos de la realidad. Muchas veces la división en secciones de un medio puede marcar el tono en el que quiere tratar las noticias. No es lo mismo llamar a tu sección España (o Nacional) que Política. La primera es un contenedor de casi todo lo que pasa dentro de nuestras fronteras y la segunda está más centrada en la actividad política y sus consecuencias. Y no es lo mismo decir que trabajas en Programación, que en la sección de Comunicación.
También es muy importante el orden en el que se presentan, porque señala la jerarquía que cada medio establece entre los temas. Un medio puede dar más importancia a la política internacional o a la opinión que tenga el propio medio sobre los asuntos más importantes del día u optar por abrir siempre con un tema de actualidad, independientemente de la sección a la que pertenezca. En este aspecto, el orden de los factores sí altera el producto. Y mucho. Es una seña de identidad, y un cambio en esta ordenación de secciones puede, o no, suponer una pérdida de lectores importante.
Pero sección también es una división física que se establece en las redacciones. Todas están compartimentadas por secciones, encargadas de rellenar sus respectivas páginas y que no suelen mezclarse con las otras al menos que sea absolutamente imprescindible. Casi cuentan con sus propias fronteras y pasaportes. Porque pertenecer a una sección es como pertenecer a una tribu urbana y, como en Romeo y Julieta, los Capuleto no pueden juntarse con los Montesco. Cada una tiene sus manías, sus filias, sus fobias, sus modos de hacer... los cuales adquieres con el tiempo, gota a gota, día a día, marrón a marrón. Y cuando cambias de sección (ya sea a gusto o disgusto), e intentas traspasar todo lo aprendido, rápidamente te dirán: "lo siento, pero aquí no se hacen las cosas así, estás en otra sección".

Sensacionalismo. Desviación del ideal periodístico consistente en la divulgación de noticias por su valor emotivo en vez de por su valor informativo. La palabra deriva, evidentemente, de "sensación", o sea "impresión que las cosas producen por medio de lo sentidos", según nuestra docta Academia. Hablamos pues del escurridizo y manipulable ámbito de los sentimientos en vez del ámbito de lo racional, al que supuestamente pertenece el "interés general" que la mayor parte de los manuales de periodismo señalan como el legítimo fin de las noticias. Claro que no siempre los sentimientos son algo que debamos dejar de lado, tal vez no debamos hacerlo nunca, ni el "interés general" aparece definido en ningún sitio de manera que todos estén de acuerdo. En la práctica diaria del periodismo resulta todavía más difícil equilibrar ambos términos.
Sucede que como decíamos, el sensacionalismo es una desviación y, por tanto, es un desequilibrio deliberado en favor de lo "sensacional" con el fin de vender más. Periódicos o espacios publicitarios en televisión, radio o internet, que ningún soporte se escapa. Para Martínez de Souza esto se consigue "presentando materias que exploran las bajas pasiones y los inteses menos nobles del público", esos instintos irracionales relacionados sobre todo con el sexo y la violencia, vamos. Para conseguirlo se utilizan fundamentalmente dos recursos: la exageración y la dramatización. Y exagera el sensacionalismo hasta tal punto que llega a deformar la realidad, a inventarla y falsearla, a hacer un espectáculo con cualquier cosa, incluso con el dolor y la tragedia humana. Ejemplo clásico de este estilo periodístico es la "guerra inventada" de William Randolph Hearst entre EEUU y España para vender más periódicos en su dura competencia con Joseph Pulitzer, quien por esas ironías del destino (y del dinero con el que consigió lavar su imagen) da nombre ahora a los premios periodísticos más prestigiosos del mundo al periodismo de calidad... que nunca se practicó en sus sensacionalistas diarios norteamericanos.
El sensacionalismo necesita del diseño periodístico en los periódicos, en cuyas páginas va unido indisolublemente a una forma determinada, e incluso a una palabra concreta: "amarillismo". Aunque ahora ambos términos son sinónimos, en su origen el amarillismo se refería al aspecto formal del sensacionalismo. Como se puede imaginar, hablamos de una presentación espectacular, a técnicas donde también se exagera el tamaño de letra en los titulares, la edición fotográfica, portadas estilo "póster", colores llamativos... precisamente se asocia tradicionalmente el color amarillo con tan desprestigiada práctica por las tiras cómicas Yellow kid aparecidas en 1896 en The Journal, editado por Hearst.
Nada mejor que terminar con un pequeño caso práctico para entender del todo a qué nos referimos con sensacionalismo. Transcribimos a continuación una conversación entre el director del periódico The Examiner de Chicago, Walter Burns, con su periodista estrella Hildy Johnson:
Johnson: ...estafadores y gángsters... (tac, tac, tac de máquina de escribir) ciudad del pecado... (tac, tac, tac) sangre en los bajos fondos... (tac, tac, tac) una rapsodia en rojo... (tac, tac, tac)
Director: ¡Rojo!, ¡así es como lo pondremos! Los titulares en tinta roja.
Johnson: ¿Tipo de letra 180?
Director: ¡Nada de 180! ¡360!
Johnson: Como cuando Lindberg aterrizó en París...

Serif. Como "rasgo" pero en fino. Queriendo parecer que sabemos mucho, mucho más que los demás. Nada que ver con agentes de la autoridad con una estrella de latón prendida en el pecho.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.

miércoles, 14 de enero de 2009

Revista de Blogs (VIII)

Nueva entrega de nuestra revista de blogs, una vez más escogiendo de entre nuestros muchos rastreos por la inabarcable blogosfera tres entregas de blogs de muy reciente aparición. Sus autores, eso sí, contrastan entre sí en lo que nos proponen y en la forma de contarlo.

Fuchicadores. Aunque lo incluimos en nuestra galería de enlaces desde su reciente aparición no hace todavía dos meses (el 1 del pasado diciembre, para ser más exactos, es la fecha de su primera entrada), todavía no habíamos dado la bienvenida como se merecen a la gente del departamento de Diseño de "El Progreso" de Lugo, Ignacio Fouz, Manuel Freire y Adrián L.P. El nombre de su blog es ya todo un acierto, nos dicen que "fuchicar" en Galicia es "darle la vuelta" a algo y, ciertamente, "dale otra vuelta" es una de las frases que más veces escuchamos en nuestra profesión, irritados las más de las veces. Pero es que no se trata sólo del nombre. Nos muestran su trabajo, de calidad, con una actitud modesta que desgraciadamente no abunda en lo que al diseño se refiere. Enhorabuena y bienvenidos a la blogosfera.

Blog de América Latina (Rodrigo Fino en garciamedia.com). Desde el comienzo de encajabaja figura Garcia Media, la empresa del superdiseñador de prensa cubano norteamericano Marío García, como uno de nuestros enlaces imprescindibles. Para hablar de Mario García necesitaríamos no este pequeño espacio, ni siquiera un post entero, más bien una serie de ellos (que no descartamos hacer cuando la vorágine nos lo permita). No hace mucho, el propio Mario García puso en marcha su propio blog dentro de su página web, en inglés, y hace mucho menos lo hizo, en español, dentro también de este portal, el diseñador argentino Rodrigo Fino, presidente del área de Latinoamérica para esta empresa global que es Garcia Media desde 1993 y responsable en ella de más de 50 proyectos. Mantiene también el blog segúncomosemire, y el nivel de sus artículos es comparable al de su muy importante trayectoria profesional. Incluso podéis encontrar en este blog que ahora os presentamos una interesantísima entrevista con nuestro querido gurú Juan Varela. Solamente un pero, resulta difícil encontrar el blog de Rodrigo Fino entrando directamente al portal de García Media. No aparece en ningún sitio un enlace directo al blog, ni siquiera en el apartado donde se habla de Rodrigo Fino. Imperdonable en quien diseña información, ¿no? Lo más fácil para llegar a él es pinchar, pues, en el enlace que os ponemos al comienzo de esta entrada.

Triviumyquadrivium. Nuestro colaboradorador de encajabaja, guitarrista del grupo musical Asuntos Propios (del que forman también parte los encajabaja Quique Falcón al bajo y Mario Benito, en la otra guitarra, además del batería Fernando), compañero en la sección de Diseño del diario El Mundo y, por encima de todo, amigo, Nacho Arbalejo, ha puesto en marcha una bitácora personal para escribir en ella sobre lo divino y lo humano. Hombre de inquietudes y querencias asociadas al clasicismo y a la metafísica, periodista de formación, nos explica él mismo el significado del nombre del blog: "trivium y quadrivium, voces latinas, se refieren al compendio de las siete artes liberales que se estudiaban en la Antigüedad y en las primeras universidades europeas del medioevo. Se designaban así, liberales, porque su propósito consistía en formar hombre libres". Acaba de empezar, pero ya en sus primeros artículos se puede descubrir algo de alguien tan interesante, despistado, y distinto a lo habitual como es nuestro querido Nacho.

lunes, 12 de enero de 2009

Diseñario (XLIII)

Aquí están de nuevo los intrépidos miembros del comité de expertos de encajabaja con una nueva entrega de su Diseñario tras el pequeño paréntesis vacacional de las Navidades. Ni el cambio de año; ni los negros augurios de un 2009 que, a pesar de las dificultades, afrontamos dispuestos a que sea mejor que el año que dejamos atrás; ni el enorme revuelo de cierto rediseño criticado en ocasiones con cierto ventajismo, desde el anonimato algunos, o con tanta prisa como si se estuviera esperando a que saliera a la calle para disparar contra él, fuese como fuese, han podido distraer la labor de estos esforzados desentrañadores de los términos relacionados con el diseño periodístico y la prensa en general reunidos en esta obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación.




S


Sábana. Se denomina así al formato de página gigante, con 749x597mm de papel por cada doble página. Muy utilizado en la prensa anglosajona y en Estados Unidos, se ha ido retirando gradualmente a lo largo de los últimos años y se ha transformado en un periódico más pequeño y fácil de manejar, cosa que agradecen todos los ingleses que cogen el metro a la hora punta (no se dejen engañar por aquellos tradicionalistas británicos que hablaban maravillas de los dobleces de sus extensos periódicos). Hay otros formatos como el berlinés (bautizado así según cuenta la leyenda en honor al mismísimo Kennedy y su famosa frase "soy un ciudadano berlinés" cuando visitó Europa), más pequeño que el formato sábana; el tabloide, más pequeño que los anteriores. Quizá por un sentido ecológico en el gasto de papel por comodidad para los lectores, o por razones económicas, se utiliza el berlinés (sobre todo en el Reino Unido) y el tabloide (el más utilizado en España). Podríamos decir: ¡El periódico de formato sábana ha muerto! ¡Larga vida al formato pequeño!

Sangre. La que a veces cuesta (junto a sudor y lágrimas) resolver una maqueta o terminar un periódico. La que muchas veces te gustaría hacer correr por los suelos de la redacción, en pleno brote psicótico, cuando ves que tú vas en una dirección y parece que el resto de los mortales se empeñan en empujar hacia otra, repleta de fotitos, donde todos opinan sobre lo bonitas que son las páginas...
En artes gráficas, se denomina imprimir a sangre a imprimir el documento sin dejar ningún margen con restos de blanco. Esto se consigue desplazando la zona de impresión más allá del borde de la página, lo que hará que quede cortado (y por tanto, sangrando) por la guillotina. Para ello se establecen las marcas de sangrado, que suelen situarse a 3 o 4 mm. del borde del papel. El sobrante que resulta del afrancesado método de corte, que por lo general acaba en la papelera, se denomina sangre (bleed, en inglés). Y de este modo se garantiza una impresión en la que no existen ni zonas en blanco, ni posibles desajustes a la hora de cortar. A la sangre también se le conoce como "sangría" o "demasía", principalmente en América Latina, porque aquí en España "sangría" se denomina a lo que explicamos a continuación.

Sangría. No haremos más bromas con su significado alcohólico, tan sólo indicar que esa jarra fresquita a la hora de la comida y que después rezuma por las orejas es posiblemente el origen de muchos de los diseños concebidos de 16 a 19 horas, entre cabezadas veraniegas, modorra lo llaman. Sangría es también el espacio que hay entre el límite izquierdo de la columna y la primera letra de la primera línea del párrafo.
Hay dos tipos de sangría, la sangría de párrafo que es cuando sólo la primera línea de cada párrafo deja un espacio. Y la sangría francesa, que además de los fusilamientos del Dos de Mayo, consiste en que la primera línea no deja espacio y lo hacen todas las demás hasta la primera línea del siguiente párrafo, que se comporta igual. El párrafo que no tiene ninguna sangría se denomina párrafo alemán.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.

domingo, 11 de enero de 2009

El nuevo Mundo

Bueno, pues ya está en la calle el último rediseño de EL MUNDO. No nos corresponde a nosotros opinar sobre él, así que aquí tenéis una muestra de las páginas de la edición del domingo y vosotros mismos...