miércoles, 9 de diciembre de 2009
viernes, 4 de diciembre de 2009
Wecom: diseño, comunicación y tecnología en Salamanca
Un año más, el profesor Fernando Suárez y la Universidad Pontificia de Salamanca organizan unas jornadas dedicadas al diseño. Este año la temática varía un poco y cambia de nombre para adecuarse a ella.
Wecom, que se celebrará los próximos días 10 y 11 de diciembre en la Facultad de Comunicación, estará centrado en el packaging, el diseño gráfico y la publicidad, la identidad visual, los motion graphics o los libros digitales, entre otros temas. Y como otros años, también contará con cursos intensivos y talleres prácticos a los que es muy recomendable asistir. Entre los ponentes podemos encontrar a profesionales de la categoría de Mario Tascón, Álvaro Sobrino. Sergio de la Varga, Nacho Astudillo, Javier Gorriti, que compartirán mesa con muchos otros.
En cuanto a los cursos intensivos, Diego Areso (Público/Quinta Tinta) impartirá "Las Revistas, de la R a la S", Pablo Ramírez, Rodrigo Silva, Matías Cortina, Germán Pizarro impartirán "5w+2h = i Fórmulas magistrales para contar historias" y cerrará el colectivo E-Cultura con "Design Thinking".
También habrá un taller sobre Software libre y Diseño gráfico a cargo de Roberto Izquierdo Manzanera y Fernando Maes Ortega. Podéis ver el programa completo en su web oficial y recordar las jornadas del año pasado en nuestro post.
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Congresos
jueves, 3 de diciembre de 2009
encajabaja apoya el manifiesto por los Derechos Fundamentales en Internet
Algunos pensarán que no tiene mucho que ver, pero si están leyendo esto se darán cuenta que sí. Recientemente nuestro Gobierno ha decidido promover una Ley de Economía Sostenible a través de la cual quiere sacarnos de la famosa crisis que arrastra nuestro país. Hasta ahí, bien. O no, ya veremos, porque mucho consenso no suscita.
Pero de rondón (como si no fuéramos a leernos la ley, o como si fuéramos tontos, directamente) pretenden colarnos una merma de nuestros derechos fundamentales en Internet con la triste excusa de salvar la industria obsoleta de la distribución (que no de su creación como insisten falazmente en hacernos tragar) de música, vídeo y del resto de contenidos protegidos por derechos de autor. El punto más polémico es el de la clausura de páginas web sin ¡autorización judicial! Así, como el que no quiere la cosa. Y además dejan en manos de una "comisión" (qué bien suena todo esto) la terrorífica posibilidad de cortar el acceso a Internet a los usuarios que descargaran contenidos protegidos con derechos de autor... ¡sin que lo dicte un juez!
No hace falta un alarde de imaginación para entender el revuelo que se ha montado en Internet y la batalla que quieren, queremos, plantear desde la comunidad cibernética española. Antes que usuarios de Internet somos personas y como tal, tenemos nuestros derechos fundamentales, peleados y conquistados hace mucho. No vamos a entrar en si esto es propio de un gobierno de izquierdas o de derechas, de centro, de arriba o de abajo. Esto no es propio de un gobierno democrático, simplemente. Así que desde encajabaja firmamos y suscribimos todos los puntos del manifiesto "En defensa de los Derechos Fundamentales en Internet". Podéis leerlo completo aquí, y sumaros a la iniciativa si estáis de acuerdo.
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Otro punto de vista...
La Voz de Trébago (o Trévago, a elegir)
Puede que sea el momento de volver a Trébago, en el Norte de Soria, ahora que el otoño casi termina en los calendarios y empieza un poco a serlo en los bosques del Moncayo. Caminar por sus calles empedradas; subir junto a Esteban al torreón de origen árabe si puedes seguir sus zancadas enérgicas de 80 años por una escalera de vértigo, y luego de comer setas, asado de cabrito y algún postre poderoso de orígenes monacales, acabar el día frente a una puesta de sol detrás de los aerogeneradores de la Sierra del Madero hojeando despacio "La Voz de Trébago", el periódico del pueblo que publican sus vecinos dos veces cada año.
Un periódico modesto en el que no podemos hablar de diseño, bueno o malo, porque sencillamente no lo hay. Lo que encontramos en sus páginas de buen papel son las fotografías con la historia del municipio, imágenes antiguas del campo, junto a las fotografías que hacen ahora en su concurso fotográfico anual, que lleva ya quince ediciones. Historias sobre la gente que vive allí, pocos, no llegan al centenar; menciones en libros y prensa antigua al nombre de Trébago, o Trévago, que de las dos maneras lo llaman como atestiguan además las señales de tráfico a la salida y a la entrada del pueblo, una con "b" y la otra con "v"; noticias, propuestas, nacimientos, muertes... Cosas, como llaman a sus últimas páginas donde mezclan un poco de todo, textos e imágenes.
Es asombroso todo lo que hacen, todo lo que consiguen con empeño. No me extrañaría nada que a pesar de ser un pueblo pequeño, con muy pocos habitantes, no les faltara incluso su propio gurú, el señor Paco, o un tal Juan, pongamos por caso, hombre serio como presumen todos sus colegas proféticos de serlo. O más que serio impostado. Sin ocupación definida desde que podemos hacer memoria y cuyas predicciones sobre la lluvia, de vez en cuando acertadas y otras veces no, habrían perdido valor cuando la agricultura dejó de ser la principal actividad económica. Tal vez porque no le quisieron dar la página de los horóscopos o porque se rieron cuando les habló, muy serio, de un rediseño, el desaire le llevaría ahora a despotricar clamando en las esquinas empedradas la muerte de "La Voz de Trébago" en papel. "¡Arrepentíos!", les gritaría si existiera este supuesto señor, claro, "y haced el periódico en Internet, con una campaña viral de máxima usabilidad".
Les daría igual. Además de que todos los números con todos sus contenidos, imágenes y textos, están ya en internet, ellos utilizan a diario la red para gestionar el negocio de sus casas rurales, o estar al día en lo que se refiere a su parque de aerogeneradores, mientras que prefieren seguir publicando el periódico en papel. Larga vida a "La Voz de Trébago", pues; mucho más larga que este otoño que comenzaba al escribir el post y que parece haber terminado ahora que termino yo de escribirlo, en pleno y crudo invierno. Larga vida a "La Voz de Trébago". Y a sus gentes.
Un periódico modesto en el que no podemos hablar de diseño, bueno o malo, porque sencillamente no lo hay. Lo que encontramos en sus páginas de buen papel son las fotografías con la historia del municipio, imágenes antiguas del campo, junto a las fotografías que hacen ahora en su concurso fotográfico anual, que lleva ya quince ediciones. Historias sobre la gente que vive allí, pocos, no llegan al centenar; menciones en libros y prensa antigua al nombre de Trébago, o Trévago, que de las dos maneras lo llaman como atestiguan además las señales de tráfico a la salida y a la entrada del pueblo, una con "b" y la otra con "v"; noticias, propuestas, nacimientos, muertes... Cosas, como llaman a sus últimas páginas donde mezclan un poco de todo, textos e imágenes.
Es asombroso todo lo que hacen, todo lo que consiguen con empeño. No me extrañaría nada que a pesar de ser un pueblo pequeño, con muy pocos habitantes, no les faltara incluso su propio gurú, el señor Paco, o un tal Juan, pongamos por caso, hombre serio como presumen todos sus colegas proféticos de serlo. O más que serio impostado. Sin ocupación definida desde que podemos hacer memoria y cuyas predicciones sobre la lluvia, de vez en cuando acertadas y otras veces no, habrían perdido valor cuando la agricultura dejó de ser la principal actividad económica. Tal vez porque no le quisieron dar la página de los horóscopos o porque se rieron cuando les habló, muy serio, de un rediseño, el desaire le llevaría ahora a despotricar clamando en las esquinas empedradas la muerte de "La Voz de Trébago" en papel. "¡Arrepentíos!", les gritaría si existiera este supuesto señor, claro, "y haced el periódico en Internet, con una campaña viral de máxima usabilidad".
Les daría igual. Además de que todos los números con todos sus contenidos, imágenes y textos, están ya en internet, ellos utilizan a diario la red para gestionar el negocio de sus casas rurales, o estar al día en lo que se refiere a su parque de aerogeneradores, mientras que prefieren seguir publicando el periódico en papel. Larga vida a "La Voz de Trébago", pues; mucho más larga que este otoño que comenzaba al escribir el post y que parece haber terminado ahora que termino yo de escribirlo, en pleno y crudo invierno. Larga vida a "La Voz de Trébago". Y a sus gentes.
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Pequeños medios
miércoles, 2 de diciembre de 2009
En algún lugar de China
Hay cosas que son muy complicadas de explicar a los niños pequeños. De entre todas las que se te puedan ocurrir, seguro que la más difícil es la pregunta que todo padre/madre espera algún día: "Papá, mamá, ¿de dónde vienen los niños?"
Este interrogante suele desembocar en un pequeño dolor de cabeza en busca de una metáfora lo suficientemente clara para que el niño lo entienda pero sin entrar en detalles innecesarios para la corta edad del que pregunta. Si el asunto biológico ya tiene miga, imagínate explicarle a un niño qué es la adopción. El tema se complica hasta extremos insospechados.
Eso mismo le pasó a Ana Folguiera. Como madre, ella quería transmitir a sus hijas la sensación de tenerlas en sus brazos, de acariciarlas y arroparlas todas las noches. Contarles cómo viajó muy lejos, las vio e invadieron su corazón. Pero quería hacerlo lejos del frío y distante papeleo que implica toda adopción. Y la mejor manera que le vino a la cabeza fue a través de un cuento, al que tituló En algún lugar de China.
Y como todos los cuentos, tenía que tener un protagonista, en este caso el pájaro Calisto, y unas princesas. Aunque este cuento era un poco especial porque la princesa tenía que ser, tal y como solicitó su hija Claudia, ella misma. De esta manera, y basándose en la leyenda del Libro Rojo que dice que todas las personas que se quieren están unidas por un hilo rojo invisible, Ana forjó la historia de cómo volaron de China a España.
Pero un cuento infantil no está completo sin unas ilustraciones, porque los niños leen, pero también ven. Así que Emilio Amade, compañero, amigo y, lo más importante, tío de las niñas, entra en juego y decide "por necesidad" hacer las ilustraciones del libro. Ya había hecho un mural de bienvenida en casa de las pequeñas, así que sólo había que completar el círculo: las niñas tienen que ver cómo han llegado hasta sus vidas.
Seis años después, y gracias a la editorial Syllabus, el proyecto es una hermosa realidad que ayer presentaron en El Corte Inglés (distribuidor oficial). Los beneficios van destinados al tratamiento médico de los niños de varios orfanatos chinos, con la esperanza de que algún día el pájaro Calisto visite a todos los niños y se los lleve, volando, a un hogar mejor.
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Libros
martes, 1 de diciembre de 2009
Desatándose el corsé (aunque sólo sea un poco)
Muchas veces trabajar en un periódico de tirada nacional puede resultar un poco "encorsetado". No hay mucha cabida para las "locuras", aquellas páginas que no dudarías hacer en un medio más pequeño y con más libertad creativa pero que para un periódico grande, con un público muy amplio, pueden resultar un poco arriesgadas, fuera de contexto incluso. Y si hablamos de un suplemento económico los corsés se aprietan un poco más, casi hasta ponerte un poco azul. Ya se sabe, la seriedad de los medios salmón, etcétera, etcétera.
Pero cuando tienes la oportunidad de hacer algo un poco distinto hay que atraparla al vuelo y tirar `palante´. Nunca se sabe cuándo puede volver a presentarse una oportunidad así. Tampoco decimos que haya que cometer una locura y hacerse el hara-kiri. Basta con forzar un poquito la máquina e intentar conseguir algo diferente.
Yo soy un confeso adicto a la tecnología, así que cuando Juan Delgado, responsable del suplemento Mercados, me comentó que quería hacer un tema de móviles y portátiles, no lo dudé. Teníamos que hacer algo distinto, forzar un poco. Siempre es más fácil cuando un tema te atrae. Tras darle un par de vueltas a una idea y con la ayuda del iPhone que tengo siempre en la mesa, salió esta página:
La hicimos a principios de semana y estuvimos toda la semana diciéndonos que era cojonuda, pero que era tan arriesgada, tan diferente a lo que normalmente hacemos que igual no veía la luz. Afortunadamente, no fue así y salió publicada el pasado domingo 22. Os puede parecer poco arriesgada, pero nosotros pudimos tomar un poco de aire cuando la vimos publicada.
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Casos prácticos
lunes, 30 de noviembre de 2009
Diseñario 2.0 (XII)
Hay equipos que llevan jugando mal toda esta temporada, pero que como ganan consideran injustas las lógicas críticas que reciben. Ahora, en su mejor partido del año, por el que ya están recibiendo elogios... pierden. Mundo mágico de contradicciones que lo hacen más interesante. También son un equipo los miembros del comité de expertos encargados del Diseñario, alejados evidentemente de desmedidos elogios y críticas furibundas a pesar de que es posible que merezcan un poco de ambas por esta obra colectiva, irreverente y abierta a la participación de todos, sobre el mundo del diseño periodístico y la prensa en general.
Compacto. No es un sinónimo, sino un eufemismo. Y es que en la prensa anglosajona el formato tabloide (que es el tamaño del papel de los periódicos "pequeños") ha estado tradicionalmente asociado con el periodismo sensacionalista hasta el punto de que sensacionalimo y tabloide sí que son sinónimos allí. Por eso compacto es un eufemismo, porque es "otra" manera de llamar a este tamaño de papel sin tener que pronunciar el para ellos maldito término tabloide.
Y no es un sinónimo porque en realidad tabloide y compacto no son exactamente el mismo tamaño de papel: el compacto es un poco más pequeño, es el resultado final de la batalla entre "sábanas" (el tamaño del papel de los periódicos "grandes") y tabloides que se libró en Gran Bretaña a comienzos de este siglo XXI. En uno de los bandos, el enorme peso de las tradiciones británicas por dar las noticias serias en un formato incómodo y antieconómico, frente a la racionalidad y el sentido común de los nuevos tiempos impresos tabloidianos. Como se trataba de una operación de alto riesgo, durante un año The Independent, primero, y The Times, un poquito después (representantes de la prensa de calidad progresista y conservadora, respectivamente), se pusieron a la venta de forma simultánea en los dos formatos para que eligiesen sus lectores. Ya que no se podían comprar rotativas nuevas hasta que hubiera un vencedor, se decidió utilizar las que ya tenían imprimiendo a la mitad exacta de tamaño del sábana, que es lo único que técnicamente se puede hacer. Resultado: un compacto, como dicen en Londres. Que es ligeramente más pequeño que un tabloide (NO es un tabloide, entonces), y así no tenemos que llamarlo con esa palabra maldita.
Ha quedado claro, pues, que con compacto no nos referíamos al tipo de diseño periodístico resultante de eliminar cualquier blanco de la página por pequeño o justificado que esté (el famoso "horror vacui"), y que en algunos casos llega a extremos patológicos, aprovechando para entintar hasta la última molécula de celulosa. No, hablábamos de un formato. ¡Ah, sí!, y la batalla de Londres la ganó... el compacto. ¿O fue el tabloide?
Compromiso. No se estudia en las facultades de periodismo, a pesar de ser una de las características por las cuales se publican algunas noticias. Es decir, que junto al interés general, la proximidad a los lectores, las consecuencias para una comunidad, la curiosidad, extrañeza, asombro o el entretenimiento entre otros criterios clásicos, algunos hechos de la realidad se convierten en noticia por compromiso. Suelen estar inversamente relacionados con el interés que despiertan en el lector y en relación directa con los intereses personales de quienes las publican. De ahí que cuanto mayor sea el porcentaje de noticias que publica un medio de comunicación "por compromiso", menor sea el interés de sus menguantes lectores por esa misma publicación. De persistir en esta práctica de una manera continuada es posible que se afiancen las amistades y se satisfagan los intereses de los editores en la misma medida que disminuyen las ventas. No se descarta que parte, aunque sea pequeña, de la crisis de confianza que padecen actualmente todos los periódicos de los países desarrollados tenga que ver con lo "comprometidos" que sean, o estén.
No tiene nada que ver el compromiso que hoy definimos con el grado de implicación de las personas en un proyecto colectivo, como es un periódico. Las empresas, en general, ya se encargan de acabar con esta quimera en cuanto pueden.
Desde el punto de vista del diseño periodístico es una de las peores frases que podemos escuchar al hacer una página. Porque cuando algo se hace "por compromiso" no existen normas, ni razones perodísticas, o estéticas, ni de cualquiera otra índole que no sean las de hacer el engendro que salga con tal de quedar bien no con lectores, o contigo mismo siquiera, sino con el amigo o los intereses personales de "alguien", la mayor parte de las veces desconocido para nosotros. "Tú deja eso así", o "tú haz eso así, sí así mismo, que esto es un compromiso".
Corresponsal. Lo que soñaron ser todos aquellos que soñaron y sueñan con ser periodistas... Thomas Fowler escribiendo desde la indochina francesa mientras disputa el amor de la jovencísima vietnamita Phuong con un americano impasible.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Y no es un sinónimo porque en realidad tabloide y compacto no son exactamente el mismo tamaño de papel: el compacto es un poco más pequeño, es el resultado final de la batalla entre "sábanas" (el tamaño del papel de los periódicos "grandes") y tabloides que se libró en Gran Bretaña a comienzos de este siglo XXI. En uno de los bandos, el enorme peso de las tradiciones británicas por dar las noticias serias en un formato incómodo y antieconómico, frente a la racionalidad y el sentido común de los nuevos tiempos impresos tabloidianos. Como se trataba de una operación de alto riesgo, durante un año The Independent, primero, y The Times, un poquito después (representantes de la prensa de calidad progresista y conservadora, respectivamente), se pusieron a la venta de forma simultánea en los dos formatos para que eligiesen sus lectores. Ya que no se podían comprar rotativas nuevas hasta que hubiera un vencedor, se decidió utilizar las que ya tenían imprimiendo a la mitad exacta de tamaño del sábana, que es lo único que técnicamente se puede hacer. Resultado: un compacto, como dicen en Londres. Que es ligeramente más pequeño que un tabloide (NO es un tabloide, entonces), y así no tenemos que llamarlo con esa palabra maldita.
Ha quedado claro, pues, que con compacto no nos referíamos al tipo de diseño periodístico resultante de eliminar cualquier blanco de la página por pequeño o justificado que esté (el famoso "horror vacui"), y que en algunos casos llega a extremos patológicos, aprovechando para entintar hasta la última molécula de celulosa. No, hablábamos de un formato. ¡Ah, sí!, y la batalla de Londres la ganó... el compacto. ¿O fue el tabloide?
Compromiso. No se estudia en las facultades de periodismo, a pesar de ser una de las características por las cuales se publican algunas noticias. Es decir, que junto al interés general, la proximidad a los lectores, las consecuencias para una comunidad, la curiosidad, extrañeza, asombro o el entretenimiento entre otros criterios clásicos, algunos hechos de la realidad se convierten en noticia por compromiso. Suelen estar inversamente relacionados con el interés que despiertan en el lector y en relación directa con los intereses personales de quienes las publican. De ahí que cuanto mayor sea el porcentaje de noticias que publica un medio de comunicación "por compromiso", menor sea el interés de sus menguantes lectores por esa misma publicación. De persistir en esta práctica de una manera continuada es posible que se afiancen las amistades y se satisfagan los intereses de los editores en la misma medida que disminuyen las ventas. No se descarta que parte, aunque sea pequeña, de la crisis de confianza que padecen actualmente todos los periódicos de los países desarrollados tenga que ver con lo "comprometidos" que sean, o estén.
No tiene nada que ver el compromiso que hoy definimos con el grado de implicación de las personas en un proyecto colectivo, como es un periódico. Las empresas, en general, ya se encargan de acabar con esta quimera en cuanto pueden.
Desde el punto de vista del diseño periodístico es una de las peores frases que podemos escuchar al hacer una página. Porque cuando algo se hace "por compromiso" no existen normas, ni razones perodísticas, o estéticas, ni de cualquiera otra índole que no sean las de hacer el engendro que salga con tal de quedar bien no con lectores, o contigo mismo siquiera, sino con el amigo o los intereses personales de "alguien", la mayor parte de las veces desconocido para nosotros. "Tú deja eso así", o "tú haz eso así, sí así mismo, que esto es un compromiso".
Corresponsal. Lo que soñaron ser todos aquellos que soñaron y sueñan con ser periodistas... Thomas Fowler escribiendo desde la indochina francesa mientras disputa el amor de la jovencísima vietnamita Phuong con un americano impasible.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
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