Atención. Este post incluye información sobre Lost que, a lo peor, te puede reventarte la serie. Si la estás viendo, léelo bajo tu propia responsabilidad. Si no la ves, te dará igual, no vas a entender nada aunque te demos tantas pistas. Avisados estáis.
Han pasado tres días desde el esperadísimo final de Lost. La tierra sigue en su sitio y los que aborrecen de la serie no han sido expulsados de este planeta por el humo negro. Incomprensible, todos creíamos que se vengaría, pero no ha sido así. El universo sigue su curso, los colegios siguen abriendo y los periódicos siguen existiendo. El final de Lost ha sido menos traumático de lo esperado. Aunque no menos polémico.
Pero de quien sí parece haberse vengado ha sido del que suscribe estas líneas y de Eduardo Fernández, redactor de la sección de Comunicación. Ambos somos "losties" reconocidos y Raúl Piña nos regaló la posibilidad de hacer una página doble. Un buen puñado de horas invertidas para que luego la publicidad, cual Mr. Ecko con su palo, destroce la página de un plumazo. En cualquier caso, muchas menos horas que las necesarias para ver todas las temporadas.
Todo estaba preparado para dar este domingo, en paralelo al último episodio, dos páginas que pondrían fin (ja!, no puedo parar de reír) a la ficción que más expectativas ha creado desde la mítica Twin Peaks.
Manos a la obra.
Dándole vueltas, como hacemos todos después de cada capítulo, buscamos una imagen para la primera página, donde se contará un poco cómo ha cambiado la forma de hacer y ver televisión. Reportaje que irá acompañado de una opinión de Alberto Rey, bloguero de elmundo.es y adicto confeso a las series. Uno de tantos, porque, pese a quien le pese, somos legión.
El resultado es mucho menos vistoso, pero como buen `Lostie´(gilipollismo para designar a los seguidores de la serie), nos sugestionamos y creemos que ha quedado cojonudo y que es el mejor final que podrían haber hecho. A pesar de que muchas de nuestras dudas, tantas, han quedado sin resolver. Pero es Lost, todo se le perdona. Pues con nuestra página, igual. Ha quedado cojonudísima. Y punto pelota.
Buscar material es fácil, hay tantas fotos oficiales como agua que rodea a La Isla. La jodida Isla. Las descartamos automáticamente: "es lo que van a dar todos", concluimos. Y no nos falta razón. Son posados con decorados muy chulos, pero sin nada de vida. Además, dimos una en otra doble con motivo de la nueva temporada. Con darla una vez, vale.
Tendría más millones que Hurley si me dieran un dólar por cada vez que he visto publicadas estas fotos.
Tenemos que encontrar algo que represente a la serie sin llegar a ser una foto y que, al abrir la página llame la atención lo más posible, tanto a los adictos a Lost como a los que reniegan de ella como si fuera una cerveza sin alcohol.
La iniciativa Dharma, quién si no, tenía la solución. Su logo de la estación cisne sería la imagen perfecta para ilustrar la página. Reconocible para los amantes de la misma; impactante, por diferente, para los que no. Lo tiene todo. ¡¡¡¡Viva Lost, qué grandes son!!!!! Pero tiene que ir grande. Lost es una serie de amor u odio. Y la página tiene que ser similar, no nos vamos a quedar a medio camino. Así que grande, ande o no ande. Si lo viera el Doctor Chang se cae de culo, fijo.
Costó llegar a ese punto, porque lo veíamos demasiado grande en pantalla. Pero una vez impreso, funcionaba. Igual de bien que el dichoso ordenador de la escotilla con sus puñeteros números (4, 8, 15, 16...). Tenemos la primera página. Primera incógnita resuelta. El Mundo 1- Lost 0
Pasamos a la segunda. Seis temporadas dan para mucho y hay que intentar explicar un poco, para profanos y entendidos, las claves que rodean a la trama. Perfecto: un diccionario lost. ¡Mola! Siguiendo el criterio de la anterior página, tenemos que ilustrarla con algo que no tenga todo el mundo. Un dibujo. Tendrá que representar a La Isla y sus habitantes, el vuelo Oceanic 815, el humo negro, etc. Nadie más lo tendrá y representará casi toda la serie.
24 letras, 24 conceptos. Una mínima entradilla para explicarlo y la ilustración. Tras varios formatos, optamos por algo discreto para cada letra del diccionario, no queremos recargar al lector. Suficiente tiene con intentar contestar a las preguntas que ha ido acumulando a lo largo de seis largos años. Somos malvados, pero no guionistas.
Varias de las alternativas con las que trabajamos para el diccionario
Es viernes y la doble está lista. Ahora a esperar al domingo de madrugada... El humo negro se irá a tomar viento y todos los interrogantes quedarán más que resueltos... O no.
Propuesta inicial. Qué bonito queda el logo de la Estación Cisne.
Pero es sábado y nada es tan bonito como parece. Y con esta serie no va a ser menos. Eduardo viene a la sección y me suelta en plan Locke, sin anestesia: "Han calzado un 4x5 en la segunda página". "No jodas", se me escapa. Ha sido el cap**** de Locke, fijo.
Hacemos todo lo posible para quitarnos ese 4x5, pero no hay manera. La publicidad es sagrada y no se puede cambiar a otra página. Vale. Resignados, lo aceptamos. Es Lost, todo vale. Pero cuando vemos la publi que meten, ojipláticos, avisamos de que en una página sobre unos tipos que se estrellan con un avión en una isla no puede ir un anuncio de... ¡¡¡¡¡una agencia de viajes!!!!! Maldito Locke, humo negro o lo que carajo seas: está boicoteando la doble a base de bien.
Una breve negociación sirve para cambiar esa publicidad por un listado de Lotería. Alborozo generalizado por lo bonito del 4x5. Ni un póster de Evangeline Lilly puede superarlo.
Así quedó la doble tras el sabotaje de John Locke
Pero todavía hay que resolver el tema de tener media página menos. Hay que sacrificar algo, y ya que no podemos cargarnos el departamento de publicidad ni a los guionistas de la serie, decidimos suprimir el logo de Dharma y pasar la ilustración a la primera página. Malestar, resquemor, mosqueo. Es más "clásico", pero, a veces, lo bueno es enemigo de lo bello, como dicen por aquí. Resuelta la primera parte, hay que retocar la segunda.
"Tenemos que quitar algunas palabras para meter una imagen", le digo a Edu."Vale", dice resignado. Quitamos tres y alrededor de las 21 entradas restantes colocamos una silueta de Jack, protagonista y una especie de yerno que todas las suegras quieren.
El resultado no se parece mucho a la propuesta inicial, pero acaso la última temporada se parece al episodio piloto. Ni por asomo. Hugo, con una dieta a base de fruta tropical, está más gordo que la primera temporada, Swayer no es un timador, es ¡policía!, Locke sigue sin tener un pelo en su brillante calva, los coreanos hablan inglés mejor que Obama y el humo negro va y viene sin explicación alguna. La escotilla desapareció pero la isla viaja más que un jubilado con la tarjeta dorada de RENFE. Charles Widmore, una especie de Bill Gates con mala hostia, tan pronto es bueno como un grandísimo cabrón. Y los cuatro millones de parados en España quieren trabajar para la iniciativa Dharma, que te pone casa y todo.
Pero es Lost; se lo perdonamos todo. Y como es una doble sobre Lost, pues también.