martes, 14 de diciembre de 2010

Periodiquerías (XXVII)





Como (Italia, 2010) / Óscar Bailador





Oporto (Portugal, 2010) / Elena Costa





Plasencia (España, 2010) / Luis Blasco




Enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías" antes de que todas sean iguales y se llamen iPad. Fotografiad esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.



Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)
Periodiquerías (XXV): Denia (España) - Seúl - Nápoles
Periodiquería de la Paz (XXV): Pekín

lunes, 13 de diciembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLVI)

La libertad lucha su última batalla en una red de ordenadores que abraza el planeta con el peligro de que el poder la convierta en un medio domesticado en el que tan sólo compremos, para que les compremos cosas y servicios, y sus noticias, pero no para que publiquemos en ella "sin autorización del rey", como sucedió con los primeros libros. No es que los miembros ocultos y caprichosos, contradictorios, del comité de expertos teman que les censuren; tan sólo observan el presente algo preocupados, no tanto, eso sí, como para no ofrecernos una nueva entrega de su infinito Diseñario, obra irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




Registro. Marcas de registro, a las que se suele denominar tan sólo con esta palabra y que, como ya definimos, son unos símbolos de referencia que se imprimen fuera de los márgenes de las páginas y que sirven para alinear las distintas planchas en la impresión a varios colores.
También son un tema que suele dar bastante juego periodístico, porque de los distintos registros que efectúan jueces y policías siempre se puede después contar algo, o no... lo que lo hace más interesante.

Reportero. A simple vista, se podría decir que es todo aquel periodista que realiza un reportaje. Pero no.
Un reportero es una especie en extinción de la tribu. Es un periodista que baja a las trincheras, que busca la noticia, que con su pinta de antihéroe sale a la calle en busca de los personajes que alimentan la sociedad, de las historias que pincelan la vida cotidiana. Un periodista que es testigo, no juez ni parte, de la realidad. Un periodista que deja a un lado los dogmas, para buscar su propia visión de la realidad. Haciendo lo que mejor sabe: observar y preguntar.
Un periodista que quiere visitar un país en guerra para contar que los hombres se odian y se matan, que el pueblo sufre y que el hambre azota a los más desfavorecidos.
Un reportero está a disgusto en la redacción, no tiene horario e intenta mimetizarse con el entorno, observar historias incómodas, como a veces es la realidad. Y contarlas, a cualquier precio. Porque eso es lo que significa ser reportero. Contar, contar y contar.
Pero sobre todo es, antes que nada, PERIODISTA.

Retícula. Contrariamente a lo que los artístas suelen pensar, el diseño es cuestión de orden y repetición, más que de inspiración y de genialidad. Porque aunque luego uno tenga un brevísimo lapso de estado de gracia, una página se compone sobre una estructura organizada en módulos verticales y horizontales... Y sólo ajustando los elementos a esas guías imaginarias (o no tan imaginarias) es como se consigue que la repetición proporcione orden y estabilidad. Y desde ahí, la información. Para eso sirve una retícula, esa imantada rejilla que Quark se empeña en mostrar en un insoportable rosa chillón que no deja ver nada más allá de ese infame tapiz rosado. El conjunto de columnas, módulos y líneas base que componen el esqueleto sobre el que construiremos nuestras páginas, ciñéndonos a él la mayor parte de las veces, vulnerando conscientemente sus límites en otras ocasiones, en las que la información nos permita alguna licencia de más...
Tradicionalmente, los periódicos tabloides se maquetan sobre una retícula de cinco columnas en su estructura informativa básica, aunque últimamente hemos disfrutado de la claridad compositiva de cuatro magníficas columnas bien editadas. Hay periódicos que emplean retículas múltiples, que lo mismo van a seis, que a cinco, que a cuatro, que incluyen columnas falsas de menor tamaño para elementos de segundo nivel de lectura, o para arrojar blancos cuando estás más preocupado por la forma que por el contenido...
Decía un histórico de nuestra redacción que buscaba "un maquetador sin miedo a romper las columnas". Creador compulsivo de frases inolvidables, se lo consentimos prácticamente todo, excepto eso. Porque para nosotros, sorprendentemente ortodoxos, impropiamente clásicos, las columnas son intocables y la retícula sagrada. Porque en esos trazos invisibles, en esas guías de referencia se contiene gran parte de la identidad de un periódico. De su naturaleza y de su vocación. De su manera de contar las cosas. Porque todo, repetiremos hasta el infinito, todo en una página maquetada aporta información. Incluso los límites invisibles que te impiden hacer cosas que no parezcan páginas de tu propio periódico.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Periodiquería de la Paz

Hoy es la entrega en Oslo del Premio Nobel de la Paz. El disidente Liu Xiaobo ha sido el seleccionado como merecedor de dicho galardón por el Comité Noruego. Ni el propio Xiaobo ni ningún miembro de su familia ha podido salir de China para asistir a la ceremonia en el ayuntamiento de Oslo. El gobierno chino, empeñado en cercenar los derechos humanos, se lo ha impedido. Al igual que ha presionado, con éxito, a gobiernos de todo el mundo (Cuba, Venezuela y otros 16 países) para que no asistieran a la ceremonia.

Nosotros desde aquí, protestamos enérgicamente contra esta actitud, mostramos nuestro total apoyo a Xiaobo y pedimos que un acto tan simple, pero heróico en algunas lugares, como el de disentir, recoger un galardón o comprar un periódico se puedan hacer en total libertad. Como lo hacen los protagonistas de esta periodiquería de Pekín, que nos manda nuestra compañera y amiga Ana Alonso.


Pekín (China, 2010) / Ana Alonso


Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)
Periodiquerías (XXV): Denia - Seúl (Corea) - Nápoles (Italia)

jueves, 9 de diciembre de 2010

Wikileaks en cuatro columnas de papel

Es algo extraordinario. Modificar el número de columnas en las páginas de un periódico, que no son otra cosa sino los pilares de su estructura. Es algo extraordinario. Publicar cientos de miles de documentos públicos a los que no tiene acceso el público que mantiene con sus impuestos a quienes los redactan. Simples cotilleos, banalidades conocidas, secretos que necesitan las democracias para funcionar y que no deben ser divulgados, información de altísimo interés que aportan una necesaria transparencia a la acción de los gobiernos para que los ciudadanos que los eligen tengan elementos de juicio... o una mezcla de todas estas cosas, lo cierto es que no había sucedido algo así hasta que Julian Assange, cabeza visible y portavoz de la organización Wikileaks (observen que hay que enlazar directamente con una dirección ip debido a los intentos de bloqueo que está sufriendo el sitio por parte de distintos gobiernos y empresas supuestamente privadas "dirigidos" por la Administración norteamericana), eligió a un pool de medios de comunicación, todos impresos en papel, para "compartir" y de esta manera ¿lograr de ellos "donaciones"? y una mayor difusión de los 250.000 documentos filtrados que posee sobre la diplomacia norteamericana, o sea mundial. A saber: The Guardian (Reino Unido), The New York Times (Estados Unidos) aunque al parece fue el periódico británico quien le incluyó en el grupo y no el propio Wikileaks, Le Monde (Francia), el semanario Der Spiegel (Alemania), y el diario El País (España).












Tampoco había sucedido hasta el presente, al menos no lo recordamos, que el diario El País, el más ortodoxo de los que se publican en lengua castellana en lo referido a su "seriedad" formal, cambiara el número de columnas de todas las páginas dedicadas a una unidad temática, y durante un día tras otro como está haciendo ahora —con enorme acierto y muy necesaria oportunidad— con el asunto de Wikileaks que ¿la fortuna? ha puesto en sus manos.

Desde la misma portada, maquetada ahora toda ella EN cuatro columnas en la parte donde se sitúa este tema y no A cuatro columnas de las cinco que dispone en su configuración "normal", a la apertura de Internacional, en cuatro columnas también, y con un destacadísimo encabezamiento formado por el antetítulo "Los papeles del Departamento de Estado" que luego se utiliza en todo el resto de páginas a modo de cintillo con la misma tipografía y color; una amplia entradilla que explica y resume qué parte de esos "papeles" se publican y qué contienen; un título y subtítulo con un cuerpo el primero mucho más grande lo habitual y a todo el ancho de la página que, volvemos a insistir por si no había quedado claro, se divide en cuatro hermosas columnas. Que vuelven a ser cinco cuando las páginas del diario se ocupan de los distintos temas de la actualidad, como sucedió, por ejemplo, con las elecciones catalanas que aunque pareza inimaginable quedaron relegadas en este medio a un segundo plano informativo.



Uno de los debates, o de los interrogantes, que genera la manera de publicar información por parte de Wikileaks es si de esta manera nos encontramos con un nuevo periodismo sin periodistas ("Soy un editor. Actualmente, dado el estado de impotencia del periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista", declara el propio Assange en una entrevista, también del diario El País, evidentemente, y que se debió celebrar aproximadamente en las fechas en las que negociaron colaborar juntos). Y es que Wikileaks más que como un medio de comunicación se ha comportado ahora como lo que tradicionalmente se ha llamado una fuente, que, además de proporcionar información en bruto a los periodistas, además de buscar la todavía existente fuerza del papel (todos los medios a los que ha cedido sus cables se imprimen en papel), la proporciona también "sin cocinar" a los receptores finales de la misma, a los lectores, como absoluta novedad y gracias a la tecnología de internet (antes de la existencia de la Red era sencilla y técnicamente imposible).

Ante un panorama de esta naturaleza, a los medios de comunicación les quedaría, además de la selección y valoración del material (un material en bruto ingente y difícil de entender para un lector medio) un papel fundamental como editores de la información. Función en la que cobra especial importancia la puesta en página y que el diario en cuestión que analizamos está haciendo de una manera sobresaliente en este caso desde nuestro punto de vista. Páginas para leer. Por eso la elección de las cuatro columnas que además de indicar con una estructura absolutamente excepcional que nos encontramos con un tema excepcional (forma y contenido siendo uno en el mensaje periodístico, porque ya sabéis que maquetar es informar), permiten
detener el ritmo de lectura de la publicación porque quienes editan así quieren que ahí se pare el lector, que lea y reflexione de una manera más atenta, sosegada y profunda que además se refuerza con el mayor ancho de las líneas, distinta a la lectura aparentemente más rápida de las líneas más cortas que generan las cinco columnas; con la habitual edición gráfica de este diario que situamos a la altura de la de los mejores periódicos del mundo. Imágenes poderosas y rotundas, llenas de información y de impacto (obsérvese por ejemplo, con el reposo que pide esta propuesta, la de Hillary Clinton tras el escudo del Departamento de Estado de la primera doble que os mostramos). Una gran fotografía por página y un texto, nada más en muchas de ellas... páginas para leer.








Julian Assange está ahora mismo detenido en una prisión británica acusado de dos delitos de agresión sexual cometidos presuntamente este verano en Suecia, país en el que curiosamente buscaba refugio. El banco suizo PostFinance ha bloqueado una cuenta suya, es decir, no le permiten acceder a su dinero, ¡por no vivir en Suiza! Visa, Mastercar, y Paypal han anulado también sus cuentas con Wikileaks y Amazón y otros proveedores de acceso a internet le han echado a su vez de sus servidores... todo ello sin resoluciones judiciales de ningún tipo. Internet libre y una red neutral, que se dice. Aunque las motivaciones últimas de un personaje tan escurridizo necesitarían tal vez también de un Wikileaks para Wikileaks.

Encontramos en el blog del periodista Ignacio Escolar, Escolar.net, esta entrevista con el personaje en la que él mismo habla algo de sí mismo:



Y el blog sobre periodismo Paper Papers, auténtica referencia en lengua castellana y que no nos cansamos de enlazar y recomendar, nos ofrece una vez más claves para entender algo de lo qué está sucediendo con un artículo en el que enlazan ellos a su vez a varios artículos de opinión de primer nivel aparecidos en la prensa con puntos de vista distintos sobre el acontecimiento de Wikileaks.

Wikifiltraciones que junto a cotilleos y banalidades contienen informaciones sobre presiones de los Estados Unidos a casi todos los Gobiernos amigos o enemigos, incluido el español (a quien supuestamente se llega a proponer que cometa delitos para excarcelar "y poner en un avión rumbo a Estados Unidos" a traficantes de armas); presiones también a nuestro sistema judicial (cuando están implicados ciudadanos norteamericanos, civiles o militares, y a las que supuestamente ceden algunos fiscales); en las que nos enteramos de que el Gobierno español ha ofrecido al norteamericano acoger más presencia militar en la base de Rota para que se instale allí el nuevo mando del Pentágono para África; en las que se detalla cómo "EEUU pidió a sus diplomáticos que robaran material e información de oficiales de la ONU y de grupos de derechos humanos, incluyendo ADN, huellas dactilares, escaneos de iris, números de tarjetas de crédito, contraseñas de internet y fotos de carnet, violando los tratados internacionales"; así como también se muestra la manera en la que "se amañaron los informes del Reino Unido sobre la guerra de Irak para favorecer los intereses de Estados Unidos" y facilitar así la entrada de ese país en la guerra; o se conocen los perfiles que elaboran los diplomáticos sobre mandatarios de todo el mundo, entre otras cosas que pueden ser, o no, de interés público no ya para periodistas o historiadores (que nunca hasta esta circunstancia habían podido trabajar con documentos así justo cuando se acaban de redactar y cuando están sucediendo los acontecimientos que describen, porque para esto tenían que esperar décadas que varían según las distintas legislaciones), sino para todos los ciudadanos que quieran estar informados y que son sus dueños, como lo son de toda la información relevante.

Documentos que ahora podemos leer, convenientemente filtrados y/o ¿censurados? (estos medios han admitido haber negociado con el departamento de Estado de EEUU qué publicar y qué no, por lo que habrá que esperar a su publicación completa en Wikileaks, si es que pueden hacerlo) en páginas de papel maquetadas en cuatro columnas...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Publicidad "integrada" (2)

En nuestro post anterior sobre "publicidad integrada" os mostrábamos varios ejemplos que cuestionan, y socavan, el principio de separación entre publicidad e información que regía hasta hace no mucho tiempo como norma ortodoxa para garantizar cierta independencia informativa, o al menos para que al lector le quede claro cuál es una y cuál otra. Es un tema que se debate desde hace ya tiempo, evidentemente, y muestra de ello es el texto que nos ha enviado nuestro maestro de periodistas preferido y maqueta mayor del reino, Pedro Pérez Cuadrado, escrito junto con la profesora Laura González Díez, para complementar y aportar alguna idea y alguna opinión más, porque en él se citan a diseñadores muy importantes del actual panorama del diseño periodístico español como Javier Errea o Alfredo Triviño, quienes parecen haber aceptado "sin complejos", incluso de buen grado, que la publicidad se mezcle con la información para conseguir páginas más atractivas visualmente.

El texto forma parte del libro "30 años de diseño periodístico", editado en el año 2007 y recoge tal y como reseñamos ese mismo año, las conferencias de Julio Alonso, Isabel Benito, Toni Cases, Ricardo Curtis, Reinhard Gäde, José Juan Gámez, David García, Carlos Pérez de Rozas, Rodrigo Sánchez, Carlos Tejero, Alberto Torregrosa y Fermín Vilchez (casi nada, ¿verdad?) durante distintas ediciones de las Jornadas de diseño periodístico que organiza la Universidad San Pablo Ceu de Madrid. Un pequeño tesoro en lo relativo al diseño periodístico en nuestro país.





Publicidad en la prensa impresa

(…) se puede entonces afirmar, por encima de otras consideraciones, que la prensa gratuita ha modificado fundamentalmente el modelo de negocio informativo tradicional al prescindir de una fuente de ingresos (la venta) y quedar en manos de la publicidad. Este hecho, que de por sí plantea interrogantes sobre la neutralidad empresarial, también afecta de forma extraordinaria –lo hemos podido comprobar– al diseño, porque propicia una mezcla de mensajes en la puesta en página.
Ya no vale la norma ‘publicidad abajo, información arriba’, y los mensajes pagados se sitúan al mismo nivel que las informaciones. “En los medios impresos –escribe Pilar Diezhandino (1994: 51)–, donde los periodistas se han sentido tradicionalmente orgullosos de mantener la sagrada separación entre editorial y anuncio, ha sido precisamente donde la invasión de la publicidad ha tenido más éxito. Hasta los márgenes de separación tipográficos han sido erosionados”. El resultado, a veces desconcertante para lo que había venido siendo ortodoxo, nos presenta a menudo anuncios que ‘levitan’ en la parte superior de las páginas o entremedias de las informaciones. Y se multiplican los formatos publicitarios que rompen la modularidad, forman escaleras o adoptan formas caprichosas con el claro objetivo de destacar a los ojos del lector.
Este ‘problema’ de diseño no sólo afecta ya a la prensa gratuita. Muchos diarios de pago están en la tesitura de aceptar estos nuevos modelos publicitarios que buscan, por encima de todo, el impacto.”Libres de viejas ataduras –escribe Javier Errea (2004: 39)–, los anuncios se escapan de la prisión en la parte inferior de las páginas y se anuncia una era en la cual información y publicidad vivan una junto a la otra sin complejos.” Otros medios como la televisión y las revistas ya lo hacen.
“No estamos inventando nada nuevo –insiste al autor–; es suficiente echar un vistazo a los archivos para descubrir que nuestros predecesores mostraban menos reticencias que nosotros.
(...) Incluso si nos obligan a saltar de un lugar a otro, estos anuncios no hacen la lectura incómoda. Ya no habrá más ‘áreas nobles’ libres de anuncios (...) y a lo mejor es una solución visual para páginas abarrotadas de texto” (Errea, 2004: 41 a 43).
Parece claro entonces que, de ahora en adelante, “la publicidad es parte del mensaje y no un obstáculo. No se perfila la identidad del medio contra la publicidad, sino con la publicidad” (Triviño, 2007: 54).

-DIAZHANDINO, Pilar: ‘Periodismo de servicio’. Bosch Comunicación. Barcelona, 1994.

-ERREA, Javier: ‘New ads, new ages? Advertising is on the loose’, en Design número 91.
Verano de 2004.

- Triviño, Alfredo: ‘Organic media’ en Cuadernos de Periodistas, número 9; Madrid, enero de
2007.



Laura González Díez y Pedro Pérez Cuadrado
"30 años de diseño periodístico". 2007. Madrid

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Publicidad "integrada"

¿Se acuerdan de aquel viejo principio de "la separación entre publicidad e información", de su necesaria "diferenciación", de dejar absolutamente claro qué es una y qué es otra... incluso cuando la una financie a la otra? ¿Se acordará de ello la "nueva" publicidad?

Y es que no sólo aparecen nuevas formas de publicidad en internet donde todos estaremos de acuerdo en que todavía hay mucho, muchísimo por explorar, empezando por la manera en que esa publicidad pueda sostener económicamente al periodismo si no hay forma de conseguirlo con el "pago por contenidos". También, aunque suene a contracorriente y aunque parezca que en el papel estaba todo ya inventado, en su publicidad aparecen nuevas formas de hacer anuncios. Lo que es una muy buena noticia en sí, aunque no lo sea tanto en lo que al "viejo principio" que mencionábamos se refiere. Porque si algo la carateriza es, precisamente, esta obsesión por "mezclarse" con la información.



Primero fueron estos anuncios en mitad de una página que llevamos viendo ya desde hace unos años, pocos, y que conseguían muchísimo más impacto visual que yendo en la parte inferior de la misma, como era habitual, a pesar de que ocupasen idéntico espacio. Cuestan más dinero, eso sí, pero si al clásico 7 por 4 se le llama cariñosamente "robapágina" a esto habría que denominarlo "atracaamanoarmadapágina" aunque nos hacemos cargo de que su difícil pronunciación no garantiza éxito al término. Como difícil resulta disponer la información en la página con este tipo de anuncios tan condicionantes del espacio.



Son mucho más burdos esos otros casos en los que la información intenta imitar una página de periódico, y nos tememos que además son bastante menos eficaces. Nunca están logrados del todo desde el punto de vista formal (porque de estarlo al cien por cien posiblemente no podría publicarse) y además requieren mucho texto. Por eso se han buscado fórmulas alternativas, como "tapar" una página de periódico con una hoja en blanco... que uno desea levantar para ver qué hay debajo:

Y encontrar que no es otra cosa sino un fantástico coche blanco sobre fondo blanco bajo aquella página en blanco.



Lo último que hemos visto es de nuevo publicidad "entre" la información, pero a dos niveles y jugando a ser algo parecido a "interactiva". En este último caso, la publicidad del coche ocupa un 2 por 2 en la segunda y tercera columna y, ADEMAS, un pequeño módulo de 1 por 1 en la columna de salida.


¿Lo ven? Pues al parecer hay que "pulsar para abrir y pasa la página"... sí, pulsar en el papel y después pasar la página, vamos...


...para en la página siguiente encontrarnos con el maletero abierto, dotado con un "portón con apertura y cierre automático". No te piden que hagas con la boca el ruido de apertura aunque podrían hacerlo, claro, siempre encontrarían además a gente dispuesta a ello. En el botón de esta página puedes "pulsar para cerrar y pasa la página". Una gilipollez como otra cualquiera, ingeniosa eso sí, y mezcladísima entre la información, eso también. Los condicionantes de espacio para maquetar aquí, son todos los que uno pueda imaginarse y más. Y para después intentar cambiar esa página si la actualidad lo demandase, pues.... pues que no, que la dejamos así.

Los distintos ejemplos de publicidad "integrada" que hemos mostrado proceden exclusivamente de páginas del diario El País, aunque pueden encontrarse en todos los demás diarios. Y no es casualidad que hayamos elegido este diario porque se trata, o se trataba hasta ahora, del más ortodoxo en cuanto a sus criterios para seleccionar la publicidad, debido posiblemente a que es quien más ha podido hacerlo hasta el momento debido a la enorme demanda de páginas que tenía. El País PODÍA permitirse mucho más que otros medios descartar campañas publicitarias que no cumpliesen unos requisitos, porque tenía otras que sí los cumplían para compensarlo. Pero si ahora la crisis económica en general y muy en particular la propia crisis del periodismo impreso consigue que hasta el primer diario en circulación y recaudación por publicidad de nuestro país decida "integrarla" con la información... olvidémonos entonces todos de aquel viejo principio. ¿Recuerdan?

lunes, 29 de noviembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLV)

Conmocionados por la nueva entrega de documentos secretos de Wikileaks acerca de la diplomacia de Estados Unidos con el resto de países de todo el mundo. Ni elecciones catalanas, ni Guardiola versus Mourinho, ni el "rescate" de Irlanda para que los dueños del dinero sigan sin perder ni un céntimo a costa de empobrecer a países enteros, ni la ola de frío que viene pero que no viene. Esta nueva manera de ofrecer información brutal en bruto (filtrada, o censurada, en principio por "grandes medios") ha conmocionado una vez más a los miembros del comité de expertos encargados de la redacción del Diseñario (cualquier día, Wikileaks lo mismo filtra quién son y dónde se esconden) aunque no hasta el punto de imposibilitarles a que nos ofrezcan una nueva entrega de esta obra colectiva, infinita, irreverente y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




R


Rataplán. Sonora palabra de la jerga periodística. Tan sonora, y tan ajena al mundo de los mortales, que su significado, dentro las propias redacciones, a veces es confundido y definido de distinta manera. Aunque parecida, en realidad.
En algunas, es un título a una columna con un pequeño texto que lo acompaña. Este texto no llega a ser un arranque, porque el texto no tiene una continuidad lineal dentro del periódico, ni un subtítulo, porque tipográficamente no se distingue de un texto base. Es, se podría decir, un breve resumen de la misma.
Sin embargo, en otras redacciones, un rataplán es una serie de títulos de noticias que se colocan en la portada porque merecen ser destacadas. Títulos, simplemente, ni arranque ni subtítulos. Simplemente unos títulos. Suelen estar a un lado de la portada (según el diseño de la misma) y ocupar parte de una columna. Nunca más.

Recurso. Pequeña pieza de publicidad que se utiliza para rellenar algún hueco que se haya podido crear a lo largo de la jornada, o que los maquetadores hábilmente solicitan para equilibrar algún despropósito publicístico y recuperar la iniciativa en la confección de la página. El recurso cada vez se utiliza menos, sobre todo en estas épocas de crisis, en las que no se discute fórmula de publi, con tal de que la paguen...
Hay otro tipo de recursos, en los que los maquetas han de ser auténticos especialistas. Son aquellos recursos que hacen que siempre mantengas la cabeza fuera del agua, pese a los intentos denodados de los redactores por ahogarte en peticiones, difíciles algunas, otras imposibles, algunas decididamente absurdas. Tanto que en muchas ocasiones, maquetar se convierte en un desafío, en una lucha entre alguien que no quiere dar su brazo a torcer y alguien que pretende torcértelo a toda costa. Y para entonar el himno del maqueta, y exclamar con fuerza y honor "¡NO!" no basta con plantarte con cara de mala leche. Hacen falta argumentos, y para eso, hacen falta recursos. Recursos que vienen dados o por la experiencia, por los años de solucionar y ver solucionar a tus compañeros rompecabezas en forma de noticias, o por una capacidad innata para detener el tiempo por unos segundos y conseguir pensar un poco más las cosas. Y así, un buen día, después de miles y miles de maquetas, descubres que te enfrentas a una maqueta en blanco y las soluciones, una tras otra, se van presentando, como los números se le aparecen a los matemáticos... Y casi sin pensar ves dos, tres, cuatro posibles soluciones. Soluciones que por supuesto, no compartes con nadie. Aplicas una y te guardas las demás, que se convertirán en recursos para la próxima ocasión. Porque la información es cambiante y caprichosa, pero también es recurrente. Y la experiencia y la memoria se convierten en un valor añadido importantísimo para un maqueta. Y tirar de recursos es fundamental cuando tu vida es una reválida continua, diaria, un careo perpetuo con la información, cual Sísifo subiendo la pendiente con su piedra a cuestas.
Por último, también se recurren a una instancia superior las decisiones arbitrarias, como la de algún sabio de este consejo, que pretendía elegir voz desde la lejanía, saltándose a la torera todo orden y turno correctamente establecido...

Rediseño. Esfuerzo descomunal que hacen los periódicos, todos, de cuando en cuando para que la competencia pueda criticarlos sin piedad.
Desde las empresas periodísticas editoras de los diarios se considera ingenuamente que este derroche económico y humano, porque suele haber bajas en tales menesteres, tiene como objetivo renovar y modernizar el periódico, o incluso aumentar sus ventas (fenomeno éste que se logra los primeros días del resideño gracias a una campaña publicitaria por lo general de costes mucho más abultados que los ingresos que luego se obtienen con esos efímeros y puntuales aumentos de difusión). Incluso se conocen casos de empresarios que pretendían... ¡llegar a un público más joven! con esta medida que, si no va acompañada de un replanteamiento de los contenidos como suele suceder, se queda en meros fuegos artificiales a corto plazo, o en maquillaje para enfermos... a veces terminales.
No obstante, se han dado casos de auténticas renovaciones en la redacción de algunos diarios acompañadas de una nueva manera de contar la realidad puesta en página de manera distinta, todo ello en función de sus lectores. De verdad.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.