viernes, 4 de julio de 2008

El alma inmortal de los periódicos (I)

Ha pasado una semana y, tal y como os prometimos, aquí tenéis la primera entrega sobre las Jornadas de Diseño Periodístico.

El pasado jueves dos miembros de encajabaja tuvimos el enorme privilegio de asistir al primer encuentro profesional de Diseño Periodístico, organizado por Unidad Editorial y la Asociación de la Prensa de Madrid. Hay que decir que estuvimos invitados, porque de lo contrario no habríamos podido asistir dado el desorbitado precio que se estableció y que superaba los 1.000 euros por cada asistente, algo inaudito y desacostumbrado en este tipo de eventos. Desconocemos la razón. El programa anunciado sufrió algunos cambios en los ponentes iniciales, pero los sustitutos estuvieron a la altura y disfrutamos de un encuentro más que interesante.

El encargado de abrir la jornada fue Miguel Ángel Mellado, director editorial de Unidad Editorial. Mellado se encargó de dejarnos claro desde el principio el papel del diseñador, que es, ni más ni menos que el de "resolver problemas, lo que no significa someterse al redactor. "La página no es del redactor". Primer mensaje esperanzador, parece que hay un redactor que entiende que el diseño del periódico no forma parte de su negociado. Aunque el diseñador "debe trabajar con libertad, pero al unísono del resto del equipo periodístico". Terminó su breve e ingeniosa introducción preguntándose y preguntándonos si un diseñador y un redactor pueden ser amigos o es imposible. Y seguimos dándole vueltas a tan peliaguda cuestión.


Dino do Santos

Portugués de nacimiento y tipógrafo de profesión, Dino do Santos ha sido el encargado de rediseñar la tipografía del semanario portugués "Courrier Internacional" o del diario deportivo también luso "A Bola" entre otros. Rediseños en los que intentó integrar un cambio tipográfico con un cambio general en el resto de los diarios, como un nuevo columnaje, un nuevo tamaño o una nueva periodicidad. "Con el rediseño se levantan nuevas posibilidades, nuevos tipos de letra", nos decía Dino, tipos que tienen que organizar una estructura coherente tanto en la portada como en las páginas interiores. Lo más curioso para profanos como nosotros en el secreto arte de la tipografía fue verle utilizar el programa Fontlab de Abobe para mostrarnos cómo pequeñas modificaciones en los tipos de letras dan como resultado enormes cambios. Como curioso resultó que pudiéramos entenderle porque su exposición fue en un portugués rapidísimo y el sistema de traducción simultánea consta de unos auriculares con los que se puede oír al ponente por los altavoces de la sala a la vez que una voz a no muy alto volumen te lo traduce un ratito después, mientras el orador en su lengua original sigue hablando. Una locura.

Dino do Santos durante su exposición.

Para finalizar, nos contó cómo trabaja: "cuando diseño no tengo una voluntad inicial, voy haciendo las cosas a medida que van surgiendo", confesó. Porque todavía "hay muchas cosas que inventar".


Rodrigo Sánchez

Asistir a una charla de Rodrigo siempre es algo especial y divertido, no sólo por lo que nos cuenta, sino por cómo lo cuenta. Y si además lo hace con la presencia del inimitable Carlos Pérez de Rozas, más todavía. En esta ocasión, Rodrigo comenzó revlándonos lo difícil que le resulta explicarle a su madre en qué consiste su trabajo. Reproducimos (más o menos) cómo fue la conversación:

-Madre: Me gustan mucho las fotos que haces hijo, son muy bonitas
-Rodrigo: Mamá, las fotos no las hago yo, yo no sé hacer fotos, me salen fatal. Hay personas que se encargan de eso. Grandes fotógrafos.
-Madre: Ah, pues me gustan mucho cómo te quedan los dibujos, son preciosos...
-Rodrigo: Mamá, no sé dibujar
-Madre: Pues que textos tan bien escritos, muy bien los títulos que pones, todo bien explicado, qué maravilla
-Rodrigo: No los escribo yo tampoco.
-Madre: Entonces estás en la imprenta. Pues qué bien impreso está todo.
-Rodrigo: Tampoco, mamá, tampoco.
-Madre: Pues hijo, qué bien te lo has montado, te pagan por no hacer nada.

Rodrigo sonríe a un comentario de Carlos Pérez de Rozas.

Pero ese no hacer nada, como nos confiesa, es hacerlo casi todo, porque si no estás persiguiendo al ilustrador, estás persiguiendo al fotógrafo, al redactor o al publicista. Ese no hacer nada es, sobre todo, idear la portada. Tener la idea y saber cómo llevarla a cabo. Pero es que además a él también le gusta hacer portadas como las que nos enseñó. Algunas las conocíamos, otras no. Muchas de ellas están hechas solo en Quark, unas auténticas obras de arte.

Carlos Pérez de Rozas, de Casses y Associats, y Elena Rodríguez, de Unidad Editorial, antes de la exposición de Rodrigo.

También nos habló sobre la cabecera, esa suerte de tótem intocable que él siempre toca, cambia, le da la vuelta, hasta casi hacerla desconocida, aunque a veces, como "la hemos cambiado tanto, no tocarla ya es cambiarla". Porque quien arriesga, acierta, aunque arriesges por lo obvio "que muchas veces es lo más complicado porque es lo que nadie va hacer".


Gianni Valenti

El último en visitarnos durante la mañana fue Gianni Valenti, periodista de la Gazzetta dello Sport que salpicando su disertación con varios vídeos de escaso interés, presentaciones casi publicitarias, nos explicó el cambio del diario deportivo italiano, el segundo más leído del Mundo. "Hicimos un cambio gráfico, un cambio de contenidos y también de noticias, no sólo hablamos de deportes", lo que les ha convertido en el primer diario deportivo que incluye noticias generalistas. Sin embargo, hay algo que ni pensaron cambiar: el color rosa. "Es nuestro color, la fuerza de nuestro diario". Aunque confiesa que al imprimir el periódico a todo color les ha dado algún quebradero de cabeza con la carta de colores.

Gianni Valentti escucha a una pregunta del público de las Jornadas.

También han reforzado su presencia en Internet con distintos portales, "pero el centro de todo sigue siendo el periódico en papel". Pero, ¿por qué cambiar si funcionaba tan bien?. "Porque hay que ponerse al día, reconoce Valenti, "dar al lector algo más ágil, más bonito, más orientado, ordenado, de lectura más fácil". Además, en el terreno de la tipografía, han abandona la omnipresente Helvética.

¿Y cuál es la nueva filosofía de la nueva Gazzetta?. "Sorprender a los lectores cada mañana, hacer un diario opuesto a la televisión, dar lo que no dan ellos". Y eso lo hacen con las opiniones, buscando un público jóven y un lector medio. Pero eso sí, que nadie les quite el rosa.


Luis Blasco / Mario Benito

jueves, 3 de julio de 2008

Las páginas de los campeones

Todavía no ha pasado el tiempo suficiente para que se nos baje el shock de ver ganar a nuestra selección en la Eurocopa, todavía nos dura ese estado patético que algunos preferirían que celebrásemos en voz baja, porque les molesta, pero que hemos decidido seguir celebrando a pleno pulmón, con música, como se celebran los acontecimientos que nos hacen felices. Y es que somos tan raros, tanto, que a pesar de gustarnos el cine, la literatura, la fotografía, la música, la cultura en general como habréis notado quienes seguís el blog con regularidad, a pesar de eso, decíamos, nos gusta el fútbol. A todos nosotros. ¿Y qué?

Este vídeo es un pequeño homenaje a todo eso y, especialmente, a la gente de las secciones de Diseño, Deportes y Portada del diario El Mundo de Madrid. Hemos trabajado mucho juntos toda esta Eurocopa, coco con codo para ser más tópicos. Hemos trabajado bien además. Nos hemos gritado y, al final, en la Final, nos hemos abrazado en una inolvidable tarde de domingo aquí, en nuestro periódico. Va por ellos.


Eurocopa from encajabaja on Vimeo.

El vídeo está realizado por Quique Falcón en el montaje y edición; el fondo musical es una canción del grupo musical Asuntos Propios, formado por Nacho Arbalejo, Fernando Moreno, Quique Falcón y Mario Benito, titulada "Páginas blancas", con letra de Miguel Angel Majadas y música de Mario Benito.

miércoles, 2 de julio de 2008

La vida es supernormal

A los miembros de este blog nos da una alegría especial cada vez que una nueva revista o periódico decide salir a las calles en busca de un público al que ofrecerle un producto, porque somos de aquellos que creen que el papel nunca morirá, a pesar de que algunos se empeñen en enterrarlo de una vez por todas.

Y nos gusta mucho más si en esa publicación está implicado un compañero y, sin embargo, amigo, como es Darío Prieto, singular redactor de la sección de Cultura del diario El Mundo.

La publicación a la que nos referimos es Supernormal, revista tamaño A5 creada por el fotógrafo Ricardo Cases, el inimitable Darío aportando talento a los textos y Natalia Troitiño encargada de un diseño minimalista que encabeza una portada protagonizada absolutamente por nuestra querida helvética, negro profundo sobre papel anaranjado. Nada más.




Es una revista modesta, sin ningún alarde, que es mucho más de lo que podemos decir de otras publicaciones. La temática, a priori, parece sencilla, aunque tiene su miga. Personas normales, como tú y como yo, en su ambiente, su mundo, con todo lo que hace que su vida sea todo lo cotidiana que ellos quieren. El número cero, primero con el que salen a la calle, está dedicado a José Ramón, portero de una finca en la calle Vallehermoso de Madrid. Hay algo más normal que eso.

El resto, nos lo muestran Ricardo con sus fotos, Darío con sus textos y Natalia con sus maquetas. Fotos costumbristas, directas y sin artificio, retratos de toda una vida trabajando, textos que nos transportan a la portería y maquetas sencillas, limpias para transmitir eso, una vida, sencilla, una vida supernormal.

La podéis conseguir en todos estos sitios por 2 euros:

MADRID: Phanta Rey (C/ Hernán Cortés), Arrebato (Malasaña), La Santa (Malasaña), La librería del Musero Reina Sofía, Mad is mad (Chueca).

BARCELONA: CCCB, Ras.

Y también podéis visitar su página web: http://www.supernormal.es/

lunes, 30 de junio de 2008

Motivos para perseguir un sueño

Porque soñar con lo imposible sólo está permitido
a los valientes y a los locos.
Porque aquella falta de Platini se nos ha estado colando
por debajo del cuerpo durante 24 largos años.
Porque cada vez que llegaba una gran cita nos dolía España.
Porque 44 años sin triunfos eran demasiados.
Porque teníamos todos una losa encima llamada cuartos de final, que no nos dejaba levantar la mirada hacia metas más altas.
Porque la maldición sólo podía romperse en una tanda de penaltis contra Italia, ésa que siempre saca cara cuando el destino lanza una moneda al aire.
Porque por fin hemos encontrado el camino, ése que, como en la vida, se recorre con talento, compromiso, sacrificio y compañerismo.
Porque hemos ahuyentado a los fantasmas, nos hemos sacudido complejos y desterrado tópicos, ésos en los que España se consumía en su Furia y Alemania siempre termina ganando.
Porque hemos creído que juntos podíamos.
Porque esta selección tiene un ángel en la portería, un coloso de ébano en la medular y un demonio de pies de fuego en la delantera.
Porque el fútbol, como la historia, ya no nos podía arrebatar más sueños.
Porque hasta hoy, ser español era saber perder.
Porque ésta es una de esas noches por las que merece la pena trabajar en un periódico.
Porque no se nos ocurre una manera mejor de celebrar este acontecimiento histórico que compartirlo, emocionados, con todos vosotros.
Por el fútbol, por vosotros y por nosotros.
Porque por fin, hoy podemos mirar a los ojos a nuestros hijos
y decirles: “¡Somos campeones de Europa!”

viernes, 27 de junio de 2008

encajabaja en el primer Encuentro Profesional de Diseño Periodístico


encajabaja ha asistido como invitado al primer Encuentro Profesional de Diseño Periodístico organizado por Unidad Editorial y la Asociación de la Prensa de Madrid. La semana que viene os contaremos en detalle las interesantes intervenciones del tipógrafo portugués Dino Do Santos, del periodista italiano Gianni Valenti, que ha explicado el cambio de La Gazzetta dello Sport, de Rodrigo Sánchez director de Arte de las revistas de Unidad Editorial, de Spiros Polikandriotis, responsable de diseño del impresionante periódico griego "Eleftheros Tipos", premiado como mejor diseño europeo del año, y del director creativo de The Guardian, Mark Porter, siempre en la vanguardia del diseño mundial.

Mario Benito / Luis Blasco

miércoles, 25 de junio de 2008

El diseño como lenguaje (y III)

Concluye con esta tercera y última entrega el artículo "El diseño como lenguaje" que durante tres semanas ha enriquecido nuestro blog con sus inteligentes, irónicas y oportunas reflexiones sobre el diseño periodístico. Después de excursiones etimológicas, su autor nos habla ahora del origen reciente de esta nuestra profesión y termina concluyendo, como ya anuncia desde el título, que el diseño es un lenguaje, lenguaje periodístico y no arte, parte del mensaje y no un adorno; y que discutir sobre si los diseñadores son periodistas o no es absurdo, es algo ya superado. Esperamos que una vez superado el susto de su extensión (no muy frecuente en esta blogosfera nuestra de brevedades y prisas) el artículo os haya parecido tan interesante como nos lo parece a nosotros, y desde aquí agradecemos una vez más a su autor su generosidad por permitirnos publicarlo.




Bernardino M. Hernando es periodista, escritor, lector, ex profesor de Redacción Periodística de la Universidad Complutense de Madrid y en la actualidad Archivero y Bibliotecario de la Asociación de la Prensa de Madrid.




El Diseño como lenguaje
o las relaciones lenguaje-diseño (y III)



Los mil y un diseños del diseño

El diseño llenaba nuestras vidas mucho antes de que las empapara como ahora. Una mirada fuera de nosotros mismos, desde el último rincón exterior hasta lo que está en contacto directo con nuestra piel, nos convence de que el diseño es como nuestra sombra múltiple. Todo ha sido fabricado en serie y, antes, dibujado, diseñado, imaginado con más o menos originalidad. Y cada una de esas cosas es para algo, ha de servir para algo práctico, entendiendo por "práctico" hasta el hecho mismo de que una obra de arte, un cuadro, ocupe un lugar determinado en la pared. Ya se sabe que los cuadros grandes se venden (y se roban) peor que los pequeños y que la gran moda del arte moderno, las instalaciones, son, en la inmensa mayoría de los casos, invendibles. Si cada objeto y casi cada hecho humano tiene detrás un diseñador, un imaginador, un estructurador que ha de saber compaginar lo que crea con lo que ya está creado, es evidente que hay muchas clases de diseño. Pero el diseño no es, como a veces da la impresión de ser, exacerbada polisemia de quien todo quiere decirlo con una sola palabra: todo es diseño.

No. La "excursión semántica" nos ha advertido de la enorme riqueza de la palabra en cuestión. "Diseño" es proyecto y destino y hay tantos diseños como objetos diseñables, entendiendo por "objeto" no sólo lo tangible, abarcable, material sino todo lo proyectable y organizable: se diseñan unas fiestas, una estrategia militar o comercial y la fórmula mágica de una campaña publicitaria. O, lo que es peor, una campaña terrorista (22). Las siguientes frases, sacadas de un reciente reportaje periodístico sobre el turismo español ilustran bien y elevan a rango casi de parodia, lo que estamos diciendo: "El diseño organizativo peca de burocratización, jerarquización y centralización. El diseño de las tareas obstaculiza el éxito de los mecanismos de coordinación y de trabajo en equipo" (23). Pobre diseño.

Hay tantas clases de diseñadores como de diseños. Ya se ve que no todos los diseñadores necesitan dibujar físicamente, aunque todos deban proyectar, organizar, ordenar. Aquí nos ocupamos del diseño gráfico y, dentro de éste, del de los medios de comunicación social (MCS). Paralelamente, e incluso algunos años antes, a las actividades diseñadoras de la Bauhaus, se mueve en Inglaterra un oleaje gráfico cuyo impulso viene del otro lado del océano, de Estados Unidos. El cuidado y las diversificaciones gráficas, sobre todo en tipos de letra y modulación de sus formas y espacios, empieza a convertirse en preocupación generalizada. En 1919, el que luego sería uno de los grandes hombres de la tipografía del siglo XX, Stanley Morison (1889-1967) es nombrado "diseñador de impresos" (designer of printed matter) de la Pelican Press, un oficio nuevo para una nueva época del grafismo editorial, periodístico y publicitario. "La expresión 'diseño gráfico' (graphic design) se encuentra por primera vez en un famoso artículo de William A. Dwiggins publicado el 29 de agosto de 1922 en el Boston Evening Transcript" (24).



Stanley Morison, primer "diseñador de impresos", y muestra de la Times New Roman, tipo de letra que diseñó para The Times de Londres y por el que ha pasado a la historia de la tipografía


El diseño no llega al grafismo, y por tanto a los Medios, como derivación de la fabricación de objetos en serie. Nada tan en serie como los propios Medios, pero en esto del dibujo y la invención nadie puede ya tomar la delantera a los inventores-dibujadores de letras, impresores, tipógrafos y editores de libros que llevan diseñando, sin llamarse diseñadores, 600 años. El nombre del italiano (¡otra vez los italianos!) Aldo Manuzio (1450-1515) basta para ilustrar este extremo (25). Al que pueden añadirse los tipógrafos venecianos del siglo XV, los valencianos y catalanes del XVI (26), el alfabetista español del XVI, Juan de Ycíar o el impresor madrileño Juan de la Cuesta, autor de las primeras ediciones del Quijote.

Contra toda aparente lógica, el mayor honor que puede concederse a un nombre propio es convertirlo en genérico pero nos hemos ido acostumbrando a llamar a ciertas letras "una bodoni" o "una garamond" y ya no recordamos que tras esos nombres genéricos hay ilustres y olvidados nombres propios: los del punzonista francés Claude Garamond (1531-1561) o del tipógrafo italiano Giambattista Bodoni (1740-1813) (27). Dos diseñadores avant-la-lettre y nunca mejor dicho.

En los años setentas del siglo pasado empieza a aparecer en algunas revistas españolas, pocas y de carácter técnico o especializado, la palabra diseño casi siempre unida al adjetivo gráfico. Pero sólo en los ochentas se generaliza. Un ejemplo significativo puede ser el del desaparecido semanario Triunfo, puntero en tantas cosas, que sigue utilizando la palabra "confección" hasta 1982 en el que la cambia por "dirección técnica y diseño". Y no deja de ser curioso que en un diccionario especializado en comunicación publicado en 1972 (28) sólo aparezca la palabra diseño referida al diseño industrial o que en otro diccionario especializado de 1981 ni siquiera aparezca (29). La palabra "diseño" está ya hoy en la mayoría de las manchetas de las publicaciones. Ha venido a sustituir o a coexistir e incluso a polemizar con palabras como diagramación, maquetación, confección, compaginación... cada una de las cuales admite tantas definiciones que más vale no enredarse en ellas. En algunos casos, las cuatro palabras y la palabra diseño parecen equivalentes, casi sinónimas. De esas cinco denominaciones sigue utilizándose (con la novedad curiosa de la palabra "arte", según dijimos arriba), sobre todo, maquetación y la mayoría de maquetadores o confeccionadores siguen llamándose así, reservando diseñador para funciones de un cierto elitismo que tiene más que ver con la invención de nuevas líneas en la construcción de un Medio o en su renovación que con la tarea diaria de hacerlo. Podríamos llegar a un acuerdo: es diseñador el que inventa y es maquetador el que lleva a la práctica diaria el invento. Tarea esta última menos cómoda y rutinaria de lo que pudiera parecer. Alguna vez, maquetador y diseñador podrían ser la misma persona. Hay publicaciones que hacen la conjunción de "maquetación y diseño".

La siguiente cata en la prensa escrita puede dar una idea de la miscelánea terminológica que aqueja a las publicaciones españolas. Figuran en mancheta estas denominaciones: confección e ilustración (dos jefaturas de Redacción) y como secciones edición gráfica, confección, ilustración: en La Razón; maquetación: en La Gaceta de los Negocios (sección), Subastas siglo XXI, Marca, Sesenta y más; maquetación y edición (como sección):en Madrid y m@s; producción y maquetación: en Cuadernos de Seguridad y La Clave (en esta diseño aparte); diseño y maquetación: en El Semanal TV, Epoca (y suplemento Salud de ABC; diagramación: en Spic; compaginación: en El Ciervo; directora de arte, diseño (sección): en Diario 16 (en Cambio 16 hay dirección de arte, diseño como jefatura de sección y un redactor jefe para edición gráfica); director de arte: en El Mundo, en cuyo Magazine dominical figura un director de arte, un subdirector de arte y tres encargados de diseño en la Redacción; diseño e ilustración (jefes de Redacción) y diseño y fotografía (secciones): en ABC; director de arte (subdirector del periódico) y diseño, infografía y fotografía (jefaturas de Redacción): en El País; director de arte (director adjunto del periódico), diseño y fotografía (jefaturas de Redacción) infografía (sección): en La Vanguardia; directora de arte y en apartado especial diseño con un Redactor Jefe y jefe de maqueta, maquetación y edición gráfica: en El Semanal; y solo diseño (lo que es muy de agradecer) en 5Días (jefatura de Redacción) y en el Boletín de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Un notable batiburrillo no sólo por las diferentes denominaciones de un trabajo sino por la muy distinta ubicación jerárquica de ese trabajo que aparece como un tanto misterioso. Es posible que algunos empresarios no sepan qué hacer con sus diseñadores. Aunque no conviene olvidar que, con mucha frecuencia, las jerarquías de mancheta no lo son de quehacer periodístico sino de sueldo periodístico. Y esto último también tiene que ver con el lenguaje. Queda clara, no obstante, la naturalización del término diseño en la prensa escrita y su variadísima gama de funciones. Así como la permanencia de términos que uno creería desaparecidos: diagramación, maquetación, confección, compaginación... Bien está. Conviene imitar a la Naturaleza en la que nada se destruye, todo se transforma.


El diseño es lenguaje periodístico

La tentación de considerar el diseño como un adorno es todavía muy fuerte. Y la vana discusión sobre si los diseñadores de prensa son o no periodistas es tan vana como aquella otra sobre si son o no artistas y tan despistada como para nacer de quien no tiene idea de qué lugar ocupe el lenguaje en la actividad periodística. Los Medios de Comunicación Social transmiten información de una determinada manera. Volvemos a la caduca historia del fondo y la forma. El mensaje informativo no es una cosa y el modo de transmitirlo es otra. El mensaje informativo es el conjunto de sustancia y modo, de forma y función, de datos y su modo de emisión. De tal manera que los mismos datos emitidos por la televisión, por la radio y por la prensa escrita constituyen tres mensajes informativos distintos y complementarios. Esto es algo ya tan trillado por los estudios académicos de la Información que basta con recordarlo para pasar y terminar con lo que de verdad nos importa.

Bruno Munari, en su libro ya citado, pone un ejemplo que puede servirnos para alguna derivación periodística. Dice así: "Es sabido que un buen impresor, cuando coge un libro nuevo y lo mira y vuelve a mirar por todas partes, abre la cubierta, acompañándola con la mano, observa los caracteres tipográficos, la manera como están dispuestos y de qué tipo son, y si son originales o de fundición secundaria, observa y critica el papel, la encuadernación, el dorso del libro si es recto o curvado, la manera como empieza el texto (a qué altura), cómo son los márgenes, cómo termina, cómo está dispuesta la numeración, y tantas otras cosas. Un lector que nada sabe de impresión lee el título y el precio, compra el libro y lo lee, pero si le preguntais el carácter que tenía el título, no sabe responder, no le interesa. En su mundo privado de imágenes no existen puntos de contacto con estas cosas que no conoce; no ha visto la clase de carácter tipográfico que existía" (o.c., pg. 22).


Todos nosotros conocemos la diferencia entre el experto y el mero consumidor de Medios. Podemos trasladar esas imágenes suscitadas por Munari a la recepción informativa de cualquier consumidor corriente. Pero ¿es exacto decir que 'no sabe responder, no le interesa' si preguntamos por aspectos del diseño, de cómo está organizada y presentada la información? A Munari le ha faltado indicar que el lector disfruta, aun sin saberlo, del libro bien hecho y lo lee mejor. Como disfruta y capta mejor la información bien diseñada el consumidor interesado de los Medios. De cualquier Medio. Aunque no sea consciente de ello como para explicarlo en una clase.

Así como hay que pedir al informador literario o constructor de textos una serie de condiciones de todos conocidas, entre las que prima la corrección, la imaginación y la sencillez, hay que esperar del diseñador ese mismo servicio. Sólo así se producirá la mágica conjunción que terminará en la mente del receptor como mensaje informativo captado con claridad. Que es lo ideal, lo deseable y lo posible.

Obsérvese que al lado de conceptos que pueden considerarse fríos, como corrección y sencillez, se aplica también lo más cálido, vibrante y sorpresivo, que es la imaginación. Atribuyen a Santa Teresa de Jesús, aunque parece que ella nunca lo dijo, la frase "la imaginación es la loca de la casa" . Voltaire se la atribuye al filósofo ocasionalista Malebranche y hace esta acotación por su cuenta: "Desconfiemos de los arrebatos de la imaginación" (30). El redactor de textos y el diseñador tienen que desconfiar de los arrebatos de la imaginación que es tan necesaria como peligrosa porque puede convertir el mensaje informativo en un intragable enladrillado. "Frente a los neurolépticos, el aerobic y el zapeo ¿sigue existiendo el alma?", se pregunta irónica y retóricamente Julia Kristeva (31). Frente a tanto desaguisado publicitario, publicístico, radiofónico, televisual e informático, podemos preguntarnos nosotros: ¿sigue existiendo el receptor moderado e inteligente, imaginativo y sensato?

Creemos que sí y es el que más importa. Ciertos diseños, ciertos mensajes informativos o no informativos parecen destinados a un público loco o, por lo menos, mentecato. Ciertos mensajes parecen seguir al pie de la letra el sarcástico y conocidísimo consejo de Lope de Vega en su Arte nuevo de hacer comedias: "Porque como las paga el vulgo, es justo / hablarle en necio para darle gusto". Y ya se sabe que, en todo, el mal gusto o la falta de buen gusto suele ser retorcido y abigarrado. Siempre el mal gusto busca la complicación y huye de la simplicidad y claridad. Quizá para disimular, para esconder, para presumir, por la mema confusión entre cantidad y calidad. "Siempre se trata de un problema de claridad, de simplicidad. Se ha de trabajar mucho para quitar en lugar de añadir. Quitar lo superfluo para dar una información exacta, en lugar de añadir para complicar la información" (32). Lo dice escuetamente el viejo proverbio árabe: "No gastes dos palabras si una basta".

Los nuevos instrumentos del diseño que han ido sustituyendo al lápiz y al cartabón y que, por ahora, han recalado en el mar de la informática no han transformado la sustancia del diseño. Estamos únicamente ante sucesivos cambios de instrumentos. Muy importantes, pero instrumentos. El diseñador los maneja como antaño manejó los más elementales. Con un lápiz en la mano el artista hace maravillas y el bebé rayas y borrones. Con un ordenador ad hoc el diseñador inventa nuevas fórmulas de diseño y el indocumentado ejecuta naderías. La informática supone extraordinarios avances para el diseño, y en general para todo lenguaje periodístico, pero ningún cambio sustancial en el propio concepto del diseño. El diseño sigue siendo cuestión y oficio de diseñadores, es decir, de personas, no de máquinas.


Bernardino M. Hernando


Notas
(22) "La campaña contra el sector turístico diseñada para este Verano..." ("ETA recurre a sus 'comandos' de reserva para la campaña de verano", en El País, Madrid, 20-VIII -01, 1ª pg.).
(23) "Turismo de espaldas al sol", El País, suplemento Negocios, 19-VII-01, pg. 1.
(24) Este y otros datos y reflexiones sobre la tipografía en Inglaterra pueden encontrarse en el sustancioso y larguísimo prólogo (92 páginas para un folleto que Josep M. Pujol escribió para los Principios fundamentales de la tipografía, de Stanley Morison, Ediciones del Bronce, 1998.
(25) Satué, Enric: El diseño de libros del pasado, del presente y tal vez del futuro. La huella de Aldo Manuzio. Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1998.
(26) Peña Díaz, Manuel: El laberinto de los libros. Historia cultural de la Barcelona del Quinientos. Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1997.
(27) "...uno de los máximos impresores de todos los tiempos, Giambattista Bodoni, que a finales del siglo XVIII trabajó en Parma, siendo figura eminente entre todos los grabadores de fama, y que con su mente despierta y lúcida proyectó una serie no determinable de caracteres y los grabó con su mano de artista; no sólo caracteres antiguos de todo género, sino también caracteres alemanes, griegos, rusos, árabes e infinitos otros. Cuando se contemplan los tipos de Bodoni, no se puede menos de admirar la perfección de una fantasía extraordinariamente especializada; este hombre se sirve de las formas de las letras para cantar, tañer, danzar y edificar. No sólo era grande como grabador de caracteres de imprenta, sino también como impresor. El es el auténtico fundador de la idea de libro bello para la edad contemporánea, del libro que no debe su belleza al adorno, a las ilustraciones, al material de encuadernación, al derroche de oro, sino simplemente a la dignidad y al encanto de una labor manual perfecta" (Herman Hesse: Pequeñas alegrías. Alianza, 1979, pg. 162).
(28) Apuntes para un Diccionario de la Comunicación. (Publicado en fascículos por la revista Comunicación XXI, Madrid, 1972.
(29) Dictionnaire de la presse écrite et audivisuelle. La maison du dictionnaire, Paris, 1981 (diccionario de Unión Latina, 13 países de lenguas romances -español, francés, italiano, rumano)
(30) Voltaire: Diccionario filosófíco. Temas de Hoy, 1995. Tomo I, pg. 180.
(31) Las nuevas enfermedades del alma. Cátedra, 1993, pg. ll.
(32) Munari, o.c. pg. 74.


Entregas anteriores:
El diseño como lenguaje (I)
El diseño como lenguaje (II)

lunes, 23 de junio de 2008

Diseñario (XXII)

Hemos de reconocer humildemente que, a pesar del que creíamos enorme saber, dilatada experiencia y del talento creativo que atesoran en conjunto los miembros del comité de expertos de encajabaja, no encuentran explicación coherente para el inexplicable pase de la selección española de fútbol a una de las semifinales de la Eurocopa 2008, después de haber eliminado a ¡Italia! En fin, sumidos en el asombro, ni tan excepcional acontecimiento les impiden ofrecernos una nueva entrega del Diseñario, la que da comienzo a la letra "M", casi en el ecuador de esta obra irrevente sobre el mundo del diseño periodístico y la prensa, tarea colectiva y, ya sabéis, abierta a vuestra participación, que nos nos cansaremos de animar.





M


Mac. Ordenador, computadora. O, ¿es algo más?
Primera acepción: Estoy sentado frente a un Mac... y tengo que decir que desde entonces nada es igual. Cuando llego al trabajo el entorno informático se vuelve triste, anodido, monótono. Estoy sentado frente a un Mac y lo veo todo más claro, más nítido, más limpio. Estoy sentado frente al Mac y puedo tener varias aplicaciones abiertas sin tener sudores fríos por si alguna se cierra inesperadamente. Estoy sentado frente al Mac y veo cómo las imágenes que antes parecían tristes ahora cobran vida. Estoy sentado frente al Mac y admiro el sistema de ventanas que Windows (mal) copió. Estoy sentado frente al Mac y veo que no me tengo que preocupar de los virus ni de ataques remotos malintencionados. Estoy sentado frente al Mac y alucino con su potencia gráfica, con la nitidez de las imágenes, con lo bien que quedan las maquetas, lo distintas que parecen de un entorno a otro. Estoy sentado frente al Mac y todo, hasta lo que a priori puede parecer complejo, es mucho más fácil, hasta un macaco podría hacerlo. Estoy sentado frente al Mac y no tengo que comprar ningún programa para poder empezar a trabajar con herramientas casi-profesionales. Estoy sentado frente al Mac y no tengo que instalar ningún driver para poder utilizar mi cámara de fotos, mi impresora y mi tableta gráfica. Estoy sentado frente al Mac y apenas tardo 5 segundos en instalar una aplicación. Estoy sentado frente al Mac y me olvido de la "redundancia cíclica" y los pantallazos azules. Estoy sentado frente al Mac y el tiempo pasa volando, tanto que me tengo que ir a "disfrutar" de una anodina jornada informática enfrente de mi Windows xp...
Segunda acepción: Parece increíble que un ordenador que cuesta aproximadamente el doble que otro de similares características fabricado por cualquier empresa que no sea Apple, sea incapaz de conectarse con nada. De entenderse con nadie, de ser compatible, vamos. Y que te digan, además, quienes pagan de esta manera, que esta objeción es una falsedad, "eso sería antes", porque cuando entras en la secta macquera... entonces te conviertes en un ser sin sentido crítico para los productos que les compras a estos señores y para quienes te transmutas poco menos que en un agente de ventas, sin comisión claro, porque de lo que se trata es de que hables bien. Y de que pagues. Una secta que te obliga a ser alguien "moderno", "de diseño", "cultureta", "fashion" y despreocupado por la informática, porque en estos aparatitos todo está mascado, te guían por todo lo poco que se puede hacer fuera de los estándares de sus preciosos programas. Son tacaños con la memoria ram y con la capacidad de sus discos duros, con cualquier extra que nunca están incluidos y que incorpora el ordenador más cutre, pero tú no puedes serlo si quieres tener uno de ellos. Te venden la moto de que no sufren virus informáticos y hablas entonces de lo bien diseñado y protegido que está su maravilloso sistema operativo, pero no mencionas que en realidad siendo cuatro gatos conectados a la red, todavía no hay quien se interese mucho en infectarlos... pero tiempo al tiempo y entonces. ¡Pues habrá que pagar por desinfectarlos! Eso sí con un doctor maravillosamente diseñado que administrará una vacuna ¡tan bonita!

Una vez expuestas las dos antagónicas acepciones, escrita cada una por un miembro distinto del excelso comité de expertos, y como habréis comprobado absolutamente objetivas, ya podéis elegir. Pero teniendo en cuenta lo que os decíamos al principio, que un Mac es tan sólo un ordenador. ¿O es algo más?

Madrid. Nuestra ciudad. Metrópoli abierta, ciudad de encuentro de la que todo el que quiere puede ser, incluso los desconsiderados que viven entre sus brazos despreciándola a la menor ocasión. Urbe hospitalaria pero no siempre amable con sus gentes, muy por encima de sus mediocres gobernantes desde hace siglos, donde la música de sus noches y la cultura se ha tenido que abrir paso a pesar de ellos, con el empuje de los vecinos más traviesos. Acostumbrada a ser utilizada y a que desde fuera se la considere culpable de los males de quienes nos rodean, tal vez por ser capital. No hay lugar donde el cielo sea más bello, ni donde pueda beberse agua así, ciudad de frío y calor que ha prestado su nombre a tipos de letra y a periódicos, tan viva que da vida a quien de ella es.

Mancha. En maquetación, se denomina mancha el espacio impreso de una página, desde el folio hasta el pie de la misma, sin contar los márgenes. Es decir, la mancha es toda aquella zona en la que la tinta queda depositada (de ahí la sutilieza del término). Pero no es ésta la única acepción que el término mancha contempla. Existe la mancha objetiva, esa que no hace falta ser un experto para descubrir. Es evidente que una Helvética es más negra y grande que una Times. Es más, si profundizamos más en el diseño, es incluso posible que descubramos que se está utilizando por eso, porque su capacidad de emborronar aporta información. Al bueno de Reinhard Gäde le sugirieron utilizar la tipografía de palo típica de la prensa del movimiento, negra a más no poder, en su prototipo de EL PAIS. Menos mal que no es tan fácil convencer a un alemán. Gäde era consciente de que la mancha tipográfica informa (grita en este caso). Por eso intentó, con la discreta Times, que EL PAÍS susurrara las cosas al principio, algo mucho más elgante y sensato, dado el momento histórico, y menos peligroso porque no convenía gritar a las autoridades franquistas: "a nosotros nos hubieran cerrado en dos o tres semanas, y se acaba el asunto", en palabras del propio diseñador.
Sin adentrarnos en farragosas tesis tipográficas, se conoce también como mancha o color tipográfico a la impresión absolutamente subjetiva que produce un bloque de texto, con sus particularidades tipográficas, cuando está puesto en papel, negro sobre blanco. Y lo de negro sobre blanco no es una licencia poética gratuita. Precisamente, la mancha tipográfica será esa textura que forma el texto en el papel y que será en mayor o menor medida denso o gris dependiendo de lo modificada que esté la tipografía. Si la sensación es de mucho negro, se modifica para que el texto respire y adquiera un tono más gris, mucho más agradecido para la lectura.
Pero las manchas más socorridas, a las que se recurre más a menudo son aquellas a las que nos aferramos para sobrevivir. En un periódico es habitual escuchar cómo el personal (maquetadores, redactores, grafiqueros y foteros, de esto no se libra nadie) destaca la importancia de la mancha sin mucho criterio ni conocimiento (y no precisamente por afinidad con la hermosa tierra del sin par Alonso Qujiano). Es cierto que hay muchos tipos de manchas, algunas más obvias que otras. Y por eso, se convierten en la excusa perfecta para salir del paso en una discusión que se atasca. Si no sabes a que fenómeno apocalíptico recurrir para que tu argumento gane inusitado peso, recurre a la mancha... Porque es como la ley del fuera de juego: algo de lo que todos han oído hablar en alguna ocasión, pero casi nadie sabe definir con propiedad. Además es un tema delicado, porque esa percepción de mancha es algo absolutamente subjetivo y como tal sujeto al criterio individual. Y generalmente, cuando se recurre a la mancha como argumento, reconozcámoslo, se está desesperado. Y en esos casos, ya sabemos que los criterios son arbitrarios, cambiantes y caprichosos... que todo vale en el amor, en la guerra y cuando hay que cerrar una edición. Por eso, de delimitar una zona de impresión, la mancha muta en presencia tipográfica, en la ley del más fuerte, en caballo grande, en la autoridad de la voz en grito, de lo negro, negrísimo. Y por eso los redactores suplican que subas el cuerpo de un título, el suyo, "que mancha poco". Y te miran con ojos de perrillo abandonado en el arcén cuando les explicas que los cuerpos están medidos, y que las manchas están al servicio de la jerarquía informativa, y que por mucho que llore y patalee es totalmente inapropiado subirle diez o doce cuerpos al titular del breve en cuestión.
Al poder intimidatorio de la mancha recurren tanto los profesionales visuales (interminables batallas dialécticas se han emprendido por la descompensación de manchas en un gráfico a doble página o por el desasosiego producido por el simbolismo de la masa negra de una foto de retrato) como, todo hay que decirlo, los maquetas. Porque, a ver, que levante la mano el que no haya recurrido alguna vez a la mancha como factor de intimidación. Porque en boca de un maqueta, guardián de proporciones, espacios e intenciones, la mancha de los elementos suena a algo terrible y calamitoso. Por eso, luego ellos, una vez deslumbrados y conscientes de la treta, intentan usarlo en su propio beneficio, sin darse cuenta de que lo de la mancha, como lo del aire, el acero que repele y las lonchas es algo que surgió de una sección de maquetas... ¡Criaturitas!


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.