Hace ya un tiempo que nuestro amigo Baruch sufrió una de sus varias mutaciones y el periodista visual del otro lado del Atlántico, editor de nuestro blog hermano Visualmente, referencia digital obligada sobre el diseño periodístico en lengua castellana, se convirtió a ratos en el dueño perverso, o pervertido, de un enigmático Hotel. Hemos hablado ya muchas veces de nuestro querido Norbi, pero no lo habíamos hecho hasta ahora de sus últimas fotografías, porque sus últimas fotografías nos dejan sin habla...
Baruch comenzó a desnudarse desnudando mujeres en su Hotel Visual, poderosa revista online como él diría, de la que extrae después reportajes fotográficos para su voluptuoso blog Santa Carne. Lugar prohibido al que nunca, nunca, debéis entrar. Porque de hacerlo encontraríais peligro, pecado, posturas, pechos, pelo, pasión, profundidad de campo o poquísimo enfoque según lo que quiera que veamos, siempre mucho más de lo que esperas... Color, contraste, carne, culos, calor, cuerdas. Mujeres. Que desnuda y a la vez esconde este fotógrafo argentino que se esconde desnudándose, que nos ofrece su mirada ocultando sus ojos, lo suyos y casi siempre los de ellas. Que nos miran desde más allá del encuadre, desde el lugar al que nunca, nunca, deberíamos ir.
Al principio nos sorprendió, nos escandalizó, nos obligaba a cerrar la pantalla cuando alguien se ponía detrás para ver qué estábamos mirando, absortos, nos llenó de envidia imaginarle durante y después de las sesiones fotográficas, en esas habitaciones secretas de su Hotel Visual junto a las mucamas, detrás de su cámara pero allí con ellas dispuestas ellas a seguirle hasta donde su imaginación se atreve a llevarlas, a llevarnos... porque al principio nos sorprendió pero ahora nos tiene atrapados sobre ascuas ardientes esperando cada nueva imagen, cada nuevo número de su revista online, cada nueva entrada de su blog carnal.
Baruch comenzó a desnudarse desnudando mujeres en su Hotel Visual, poderosa revista online como él diría, de la que extrae después reportajes fotográficos para su voluptuoso blog Santa Carne. Lugar prohibido al que nunca, nunca, debéis entrar. Porque de hacerlo encontraríais peligro, pecado, posturas, pechos, pelo, pasión, profundidad de campo o poquísimo enfoque según lo que quiera que veamos, siempre mucho más de lo que esperas... Color, contraste, carne, culos, calor, cuerdas. Mujeres. Que desnuda y a la vez esconde este fotógrafo argentino que se esconde desnudándose, que nos ofrece su mirada ocultando sus ojos, lo suyos y casi siempre los de ellas. Que nos miran desde más allá del encuadre, desde el lugar al que nunca, nunca, deberíamos ir.
Al principio nos sorprendió, nos escandalizó, nos obligaba a cerrar la pantalla cuando alguien se ponía detrás para ver qué estábamos mirando, absortos, nos llenó de envidia imaginarle durante y después de las sesiones fotográficas, en esas habitaciones secretas de su Hotel Visual junto a las mucamas, detrás de su cámara pero allí con ellas dispuestas ellas a seguirle hasta donde su imaginación se atreve a llevarlas, a llevarnos... porque al principio nos sorprendió pero ahora nos tiene atrapados sobre ascuas ardientes esperando cada nueva imagen, cada nuevo número de su revista online, cada nueva entrada de su blog carnal.
1 comentario:
vaya vaya benito hablando de guarradicas
Publicar un comentario