miércoles, 30 de septiembre de 2009

Bakchich, un nuevo desafío

"Puede resultar paradójico. Salimos a la calle cuando se anuncia la muerte del papel. Y, sin embargo, nuestra impresión es que no hay vida en la web. Aceptamos el reto. Sabemos que es una especie de última oportunidad, pero creemos que es posible". Quien así habla es Xavier Monnier, director de 'Bakchich info', una página web satírica que aireó el embarazo de Rachida Dati y con importantes contactos con el Elíseo francés, en declaraciones a Rubén Amon (El Mundo). "La investigación periodística no sólo requiere una profundidad, también necesita un soporte adecuado. La información rápida vale para internet, pero el papel es mucho más sensible a la reflexión, a la opinión, al periodismo de fondo. De ahí nuestra aventura", apunta el director de la publicación parisina.


La edición on line de esta página ha mantenido el tipo desde mayo de 2006, pero la crisis publicitaria que también se ceba con internet ha 'provocado' esta iniciativa. "El mantenimiento de la web para una pequeña plantilla se elevaba a 50.000 euros y los ingresos en internet nos daban 7.000". El periódico semanal costará 1,80 euros y comienzan con una tirada de 100.000 ejemplares, aunque se espera su consolidación con 30.000 copias. Su protagonismo en la red continuará pero el peso de la información recaerá en su edición impresa. En su página web hay un video de la creación de su edición en papel.

En unos tiempos en los que a los agoreros del papel y de la red parecen preocuparles más quién es el mejor, resulta gratificante ver que hay gente que utiliza lo mejor de cada soporte. La red es una de los mejores inventos del pasado siglo. Gracias a él es posible tener ventanas como esta u otras para poder mostrar todo tipo de opiniones, ideas, creaciones, arte y expresiones de todo tipo pero sería absurdo renunciar a todo lo demás.

De todas formas, siempre nos quedará París.

martes, 29 de septiembre de 2009

A sangre con Madrid 2016

Tranquilos, no queremos decir que llevemos nuestro apoyo a Madrid hasta esos límites. La apoyamos, sí, pero dejamos la hemoglobina para otros asuntos.

Con esta manida frase me refiero a la portada que ofrecimos ayer a los lectores de M2, la revista diaria de Madrid. Como podéis ver un poco más abajo, utilizamos todo el papel de la primera página (y porque no había más) para dar una enorme foto del mosaico en apoyo a la candidatura olímpica de nuestra ciudad. La idea surgió de las altas esferas, como suele ser habitual en estos casos. El tema "lo merece" comentaron, por lo que no nos sorprendió cuando Antonio García, redactor jefe del suplemento el domingo, nos lo propuso, aunque antes lo había consultado con la jefatura, se apresuró a aclarar. Donde hay patrón...



Ningún problema. El resultado, en la línea de arriba. Pero la miga viene un poco después, cuando surge un pequeño debate, casi minúsculo comparado con nuestro apoyo a Madrid, sobre la conveniencia o no de usar este tipo de portadas. Si la usamos ahora, ¿qué haremos cuando nos den los Juegos?, ¿Gastamos el cartucho ahora en previsión de una mala noticia o repetimos si vienen bien dadas?. Nosotros, como siempre, insistiendo en todas esas cosas que defendemos aquí: el contenido es lo primero, no el diseño sobre el contenido. Si es un tema importante, impactante, que lo requiere, se da. El recurso facilón, no.

Incluso hay algún redactor, al que guardamos un enorme afecto, que se apresura a establecer, cual posología farmacológica, un número mínimo de portadas de este tipo: "Tres", se atreve a recetar. Y ni corto ni perezoso se dirige al departamento de documentación para buscar en la hemeroteca otros ejemplos.

"Mira qué bien ha quedado esta portada" nos señala en el grosísimo tomo de hace un tiempo. "Aunque con esta hubo un problema porque salió bastante parte en blanco", admite. Hay que tener cuidado con el envase del medicamento. Pero debería "haber tres por lo menos en un año: crímenes, alguna exclusiva que tengamos". Podría estar bien, le comento, porque el suplemento se presta mucho a ello, pero es un recurso que agotaríamos enseguida y provocaría, como efecto secundario, un claro síntoma de inmunidad al medicamento: "otra vez este tipo de portada, qué pesados".

¿Y vosotros qué creéis?


lunes, 28 de septiembre de 2009

Diseñario 2.0 (IV)

Extraña semana ésta en la que una revista digital satírica francesa ha decidido comenzar a editarse en papel, dejando su web como un lugar testimonial, para intentar así ser rentables, sobrevivir. Camino inverso del que proclaman tantos gurús y del que no se ha hecho eco ninguna web ni blog de los especializados en ir anunciado periódicos muertos, no porque les guste hacerlo sino porque "nosotros contamos lo que pasa". Algunas de las cosas que pasan, pues, igual que los medios tradicionales. Los miembros de comité de expertos encargados del Diseñario, ya sabéis: obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general, no tienen el menor prejuicio o preferencia para que sus voces se publiquen en papel, grabados en piedra, madera o bronce, o en los píxeles de esta nueva entrega que os ofrecemos.





B


Background. Hay voces inglesas que no se traducen por puro esnobismo, como aquellos ridículos que te piden una línea más para el "lead" incapaces de editar su entradilla; y otras que tampoco porque tenemos que reconocer, humildes, que nuestra amada lengua no cuenta con una que exprese adecuadamente lo que nos dice el término original. O todo lo que nos dice. En esta última categoría encuadramos nosotros background.
Y es que background no es exactamente antecedentes de lo que queremos contar, o no del todo. Porque son antecedentes o datos que además de suceder antes, explican, ayudan a entender, enriquecen; "material subyacente o circunstancial relacionado con la noticia" o "infraestructura del análisis", lo han llamado distintos autores. De entre las múltiples acepciones de su traducción literal ("fondo", "segundo plano", "antecedente", y unas cuantas más) no podemos quedarnos con una sóla palabra, pues, porque ya apuntábamos que ninguna recoge todo lo que incluye este término.
Desde el punto de vista formal, del diseño periodístico queremos decir, el background puede tener un tratamiento diferenciado si esos datos no están incorporados en la propia crónica, imbricados en cada una de sus líneas, enriqueciendo cada argumento en los géneros periodísticos más interpretativos (reportajes, crónicas, incluso entrevistas y, por supuesto, en toda opinión que quiera sustentarse y aportar algo más que pajas mentales). Cuando no es así existen destacados o apoyos en los que se pueden editar estos datos complementarios, con fondos de color, tipografía distinta, ancho de columna falso, entre otros elementos combinados o por separado, para aligerar la mancha de texto a veces excesiva, el plomazo de un artículo que demasiado largo pudiera asustar al lector, a la vez que valoramos más el background. Es, además, uno de los puntales de la infografía, puesto que es precisamente background lo que aportan en muchísimas ocasiones los gráficos.
Hay voces inglesas que no tienen traducción, decíamos, como hay expresiones puramente nuestras que traducidas, o translatadas, dicen mucho de quien las traduce: como background a esta voz podemos añadir que hemos llegado a contemplar en una redacción, asombrados, sujetando la risa en las tripas, a cierto caballero español golpeando una impresora atascada mientras gritaba "¡the fucking printer!" Sí, aquí, en Madrid.


Becarios. No son lo que eran. Hablan de seres a nuestro servicio cargados de deberes y despojados de derechos, dedicados en cuerpo e incluso alma a nuestro bienestar, dispuestos a traernos café a su cargo, y bollos, a llevar a cabo con una sonrisa juvenil en los labios cualquier tarea tediosa que en la redacción hubiera que sacar adelante para ya mismo, marrón los llaman a estos encargos que se diría hechos a la medida de estos esforzados estudiantes (de periodismo en el caso que nos ocupa) que al parecer, en esa época de oro mítica que ninguno de nosotros, ni de quienes conocemos, ha vivido en persona, dedicaban sus hasta entonces aburridos veranos a divertirse deleitándonos a cambio de un jugoso salario que pagaban sus universidades, y pagan eso no ha cambiado, mientras hacían méritos para llegar a ser redactores a quienes nuevos becarios agasajarían tanto como hubieran ellos agasajado.
En otro tiempo, claro, no ahora. Que nadie se lleve a engaño ni se frote las manos cuando se anuncia que vienen, a comienzos de cada verano, porque no son lo que eran. Incluso llegamos a oír de otros países lejanos en los que alguna becaria de buen ver, apellido eslavo y poco dada a lavar sus vestidos, se arrodilló con las mejores intenciones del mundo para mayor placer, disgusto y merecido escándalo posterior por mentiroso del beneficiario de sus atenciones orales. En otros países, lejanos, en otros tiempos tal vez en los que hermosas mujeres jovencísimas, a la manera de las cien huríes del paraíso islamita, ¿o ya son menos?, se desvivían y te admiraban, y montaban fiestas a las que estabas invitado, farras donde los límites los ponías tú, sin que te importase la belleza y simpatía de los jóvenes becarios masculinos que también estarían allí sirviendo copas, y lo que hiciera falta, a quien reclamara sus infinitos servicios.
En otros tiempos que pudieron no haber sido nunca porque nunca vivimos, decíamos. Ahora, ya no son lo que eran. Ahora son un proyecto estival de redactor, o maqueta, y lo que fueron la mayor parte de los redactores, o maquetas, hace no tanto tiempo. O sí, dependiendo de la edad de cada uno.

Billete. El significado más conocido de esta palabra casi siempre se refiere a ciertos tipos de documentos con algún valor; así podemos decir 'billete de tren', que es la tarjeta o cédula que nos da derecho a ocupar un asiento en dicho medio de transporte; billete de lotería, que acredita nuestra participación en una rifa y en el que volcamos nuestra ira rompiéndolo en mil pedazos cuando verificamos que no nos ha tocado. Además de estos y otros significados más mafiosos ('le dieron billete') descubrimos en el diccionario de la Real Academia Española una acepción que lo denomina 'carta, breve por lo común'. En diseño cuando alguien te dice que le metas un billete en una página no te está pidiendo que lo sobornes sino que le coloques un pequeño apoyo a la información. ¿Por qué no llamarlo apoyo entonces? Los 'billetitos' (ya de por sí pequeños además solemos ponerle diminutivo cuando nos referimos a ellos) tienen un ancho igual o un poco más grande que la columna general de la publicación y son utilizados para expresar una opinión breve. Muchos de ellos van dentro de pequeños recuadros de distinto color, entre filetes, recuadrados, etc. para resaltar dentro del texto general, como una especie de pequeño guiño.

Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Periodiquerías (IX)




Berlín (Alemania, 2009) / Mario Benito





Viena (Austria, 2009) / Alba Godino






Moscú (Rusia, 2009) / Luis Miguel Montero




Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Maestro de maquetadores

A algunos nos enseñó a maquetar trabajando en el diario El Sol de Madrid, a otros muchos, muchísimos más, en las aulas de las universidades en las que ha trabajado y trabaja ahora como profesor. Le pedimos que nos escribiera un artículo porque faltaba su firma entre las que ya hemos tenido la suerte y satisfacción de poder traer aquí, todas ellas muy importantes para nosotros, y que así esta sección pudiera llamarse como se llama: Firmas en Caja Alta. Y como además de enseñarnos nos quiere mucho, más que uno nos ha enviado el primero de una serie de artículos que será bautizada con el contradictorio nombre de "Centrado a la derecha", petición real de un redactor a nuestra sección de diseño en el periódico, para que todos sigamos aprendiendo.




Faltaba el nombre de Pedro Pérez Cuadrado porque la labor de este periodista en lo que se refiere al diseño periodístico es inmensa, muy importante. Especialmente en una ciudad como Madrid, que ha dejado bastante de lado esta disciplina desde... siempre. Las Jornadas sobre Diseño Periodístico que ha organizado en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid desde 1996 con un tesón y un esfuerzo nunca reconocido, o no como mereciera, fueron durante todos estos años prácticamente lo único que tuvimos y por las que han pasado infinidad de diseñadores, fotógrafos, infografistas, periodistas de todo tipo. Antes de ello fue profesor asociado en la Universidad Complutense, y ahora es profesor en la Universidad pública Juan Carlos I, en el sur de Madrid, donde nos consta que ya está organizando y movilizando gentes y medios para desde allí generar nuevos debates, compartir conocimientos y experiencias, mostrar trabajos, convocarnos a todos...
Pedro Pérez ha trabajado en los diarios
Pueblo, La Verdad de Murcia, Canarias 7, La Información de Alicante, o Cinco Días; fue jefe de producción del Diario El Sol (imprescindible su tesis doctoral sobre aquel enorme desafío técnico) y posteriormente de La Información de Madrid (del que ya hablaremos...). Es el autor de los diseños originales de Canarias 7 (1982), del deportivo gallego Deporte Campeón (1994) en el que alguno le echamos una mano, y Tribuna de Salamanca (1995), realizados desde su estudio Zona Impresa, del que es director.
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, es autor de varios libros sobre diseño de la información:
Principios Básicos de Diseño Periodístico (2001), junto a la profesora Laura González; El reto tecnológico de un diario de diseño. El Sol, 1990-1992, (2004), premio de la Fundación José Antonio Artigas; Tipos a diario: Prensa y texto fuera de contexto (2006); Cabeceras, cabezotes, rótulos, logotipos y manchetas (2007); o 30 años de diseño periodístico en España: 1976-2006 (2007), entre otros, además de infinidad de artículos especializados.
Es, además, columnista destacadísimo y de lujo en nuestro querido Visualmente (blog de referencia en lengua castellana en lo referido al diseño periodístico, en el que sus series de artículos sobre "El color en la prensa española" o "La homogeneización tipográfica en los diarios", son sencillamente para coleccionarlos).
Decíamos que a algunos nos enseñó a maquetar, y a quererlo, haciendo páginas en los periódicos de Madrid. Para encajabaja es todo un honor y el mayor de los privilegios tener hoy aquí a Pedro Pérez Cuadrado, periodista, maqueta, y maestro de periodistas y maquetas.




Centrado a la derecha (I)

La idea del ‘diseñario’ que viene publicando En Caja Baja desde hace tiempo es, cuando menos, loable. Incluida la puntita de humor que hace que leerlo resulte, amén de interesante, divertido.

Particularmente me seduce la idea de establecer la correcta nomenclatura a acciones, efectos y elementos que manejamos quienes nos dedicamos al diseño, ya sea en papel o en pantalla y que, como fácilmente se entiende, provienen de las artes gráficas de toda la vida y que ahora se entremezclan con otros términos, fundamentalmente de origen angloparlante.

Me refiero, claro es, a los términos ingleses que aparecen, sobre todo, en los diferentes programas (software). Es el caso más evidente para los que nos dedicamos a maquetar páginas de la palabra ‘corondel’ –no coronel–, palabra desconocida para la mayoría de los mortales y, desgraciadamente, también para muchos de los que se dedican a esta actividad que tiene mucho que ver con la tipografía. El ‘diseñario’ la define perfectamente.

La primera y segunda definiciones de ‘corondel’ en la vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española de la lengua dicen:
1. m. Impr. Regleta o listón, de madera o metal, que ponen los impresores en el molde, de alto a bajo, para dividir la plana en columnas.
2. m. Impr. Blanco producido por el uso de esta regleta.

Parece bastante obvio lo que explican las acepciones: Se llama corondel al espacio que, a la hora de armar una página, dejamos entre las columnas. Se conforma así una división horizontal de la caja o mancha que alterna columnas y corondeles y que nos sirve de guía para la distribución posterior de elementos textuales, gráficos y ornamentales.

¿Por qué entonces en los programas de maquetación al uso (Quark X Press e In Design fundamentalmente) se empeñan en llamarlo ‘medianil’?

Una de mis primera experiencias en diseño de periódicos tiene que ver con este tema. Cuando llegué al diario La Verdad de Murcia en 1980 el periódico se fabricaba aun en tipografía y tuve la ocasión de ver ‘in situ’ cómo se armaba la composición de texto en un tabloide de cinco columnas con unas rayas muy visibles entre cada una de ellas. Yo entonces ya sabía que aquellas líneas (‘column rules’ en inglés) se denominaban ‘corondel visto’ porque me lo había enseñado el profesor de Tecnología de la Información Impresa, doctor Francisco Martín González, maestro de periodistas, con quien, además, había hecho prácticas en el diario Pueblo de Madrid, también de elaboración tipográfica.

Una de las primera decisiones que tomé sobre la imagen de aquel periódico fue sustituir los ‘corondeles vistos’ por ‘corondeles ciegos’, es decir, eliminar las rayas y dejar el espacio en blanco (segunda acepción que ofrece la RAE) con la intención primera de descargar el aspecto plúmbeo del rotativo en aquel entonces. Aquello debió parecer una buena idea a quienes entonces dirigían el diario murciano y quedaron abolidas las rayas verticales. Muchas veces me he cuestionado la oportunidad de aquella decisión, máxime cuando en otras publicaciones posteriores en las que he participado he optado por la solución inversa, y he llegado a la conclusión de que los corondeles vistos son elegantes y ayudan a ‘vestir’ la página. Y lo que es mejor, bien utilizados, son útiles y sirven para valorar y ordenar la información, que es lo más importante.

Pues bien, como todo el mundo sabe, al corondel nos lo han rebautizado como medianil. ¿Qué es en realidad el medianil? Volvemos a la RAE, quien en su tercera acepción escribe:
3. m. Impr. Crucero más angosto de la forma o molde, que deja el espacio blanco de las márgenes interiores.

Está claro. Medianil es la suma de los márgenes interiores (márgenes de lomo dicen algunos) de una publicación. ¿Entonces? Dan ganas de empezar una campaña a ver si, entre todos, somos capaces de que Quark Inc. y Adobe apliquen la nomenclatura correcta a cada cosa.

Pero no echemos la culpa sólo a los programas. Hay infinidad de profesores y profesionales del diseño, de la maquetación, de Quark X Press y de InDesign que ni se molestan en indicar a sus alumnos el trastoque de términos (suponiendo que le otorguen alguna importancia) y así las nomenclaturas del idioma se van olvidando. Hay cientos de páginas webs donde consideran que el medianil es el espacio entre columnas y el corondel la raya que mancha justo al centro. He llegado a encontrar foros sesudos dedicados exclusivamente a dilucidar cómo situar “el corondel justo en el centro del medianil” ¿?

A este respecto me gustaría apuntar un detalle que –estoy seguro– muchos saben y utilizan: la raya del corondel no siempre aparece centrada respecto al espacio blanco o calle. En algunas ocasiones el maquetador, si quiere hacer énfasis en alguna de las informaciones (normalmente la más importante) deja una mayor espacio vacío de su lado con la finalidad de que éste dé resalte a la noticia.
Este recurso ni es nuevo ni supone error alguno. Ciertas publicaciones lo utilizan y punto. Muchos lo recordarán como de uso recurrente en las páginas de El Sol, entre 1990 y 1992, pero hay muchos más ejemplos.



Como en el caso de la controversia corondel-medianil, hay más casos en nuestro ámbito de actuación respecto a la denominación de los elementos, las acciones y los efectos. He formado parte de equipos de trabajo donde he escuchado, al definir las características formales de cierta revista, que utilizaba ‘filetes sangrados’ ¿?

Vuelta al diccionario de la RAE, que define sangrado como:
1. m. Impr. Acción y efecto de sangrar.
Y cuando acudimos a la opción de ‘sangrar’ nos dice en su quinta acepción:
5. tr. Impr. Empezar un renglón más adentro que los otros de la plana, como se hace con el primero de cada párrafo.

Es decir, primero, que el sangrado se aplica al texto; segundo, que tiene que ver con la posición donde comienzan las líneas (renglones), normalmente la primera (lo que se conoce como sangría de primera línea). Pero también he oído y utilizado el término sangrado para un número indeterminado de líneas dentro de un párrafo o columna. Así, decimos que un texto está sangrado cuando otro elemento de la página –sumario, fotografía, etc.– interfiere en su ancho de composición y efectúa un recorrido en el texto (otra forma de decirlo) con el que sangra un determinado número de líneas.

Total, que los filetes no pueden ser objetos de sangría ni pueden ir sangrados. Lo que nuestro interlocutor quería decir es que la revista llevaba filetes a sangre, es decir hasta el corte del papel (que es una cosa muy diferente). El ‘diseñarío’ lo explica muy bien e incluso ofrece una disculpa al protagonista de nuestra historia cuando dice:

“A la sangre también se le conoce como "sangría" o "demasía", principalmente en América Latina…” pero no era el caso.

Al hilo de lo que estamos comentando se me ocurre si no sería una excelente iniciativa (la idea no es mía) que, desde la plataforma inmejorable que nos brinda En Caja Baja, pudiéramos establecer un foro de reflexiones en torno al lenguaje utilizado en cada una de nuestras especialidades (maquetación, imprenta, infografía, fotogafía, periodismo, artes gráficas, etc.) y así poder concretar, desde una perspectiva más amplia, los usos que otorgamos a nuestros vocablos. Que seguramente no serán únicos ni cerrados y siempre nos ayudarán a tener una mayor visión del concepto.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Diseñario 2.0 (III)

No ha sido fácil dar con los términos que hoy traemos, acostumbrados como están los enigmáticos miembros del comité de expertos a que su docta y bastísima base de datos mental les proporcione definiciones como otros hacen churros. Tras una ardua labor de investigación periodísica que ya quisieran para sí algunos suecos fornicadores y suertudos, redactores de una revista con nombre de sistema informático redaccional, con todos ustedes una nueva entrega del Diseñario 2.0, obra colectiva, irreverente y abierta a la participación de todos, suecos incluidos, sobre el diseño periodístico y la prensa.





Aspirina. Nos ha supuesto un auténtico dolor de cabeza encontrar alguien en la redacción que supiera de alguna acepción de la aspirina más allá de la de combatir el auténtico dolor de cabeza que nos ha supuesto encontrar a alguien en la redacción que supiera de alguna acepción de la aspirina más allá de... ¡¡¡ahhggghhh!!!...mi cabeza...necesito una aspirina...
Pues existe. Aparte del famoso comprimido compuesto de ácido acetilsalicílico, que se consume a containers en las redacciones y cuyo uso a gran escala desterraría los problemas de alcoba de tantas parejas en el mundo, las aspirinas existen en las rotativas. La aspirina es el nombre con el que se conoce al rodillo donde se almacenan los ejemplares preimpresos. De ahí, pasarán al tambor, donde se unen al periódico junto con los encartes si los hubiese. Hay publicaciones que se imprimen unos días antes de su fecha de salida. Generalmente son suplementos o especiales, productos que llevan un ritmo de trabajo distinto del frenético sinvivir diario del periódico. En estos casos, el hecho de disponer de unas semanas de margen supone un auténtico lujo asiático. Con la preimpresión se busca un plus de control en la calidad del producto. Permite ver las copias del mismo días antes de su salida, con lo que se podría, en teoría, corregir algo en el caso de que fuera necesario. (Siempre en teoría, estos casos mejor que no se den... cuestan mucho dinero y seguramente más de una vida...)
Aparte de un mayor control del producto, preimprimir te permite que el suplemento o especial se elabore fuera del planillo del periódico (con lo que no depende de la paginación ni de la publicidad del mismo) y segundo, garantiza un estándar de calidad en todas las ediciones (por ejemplo el color, ya que algunas rotativas provinciales no soportan toda una tirada a todo color, y algunos pliegos se imprimen en blanco y negro. Si esto te pilla en uno que componga el suplemento, el resultado final desmerece un poco...) Así que en estos casos, se preimprime y listo. Esto en cuanto a los pros. En la columa de los contras, la preimpresión supone un gasto considerable, amén de la posterior manipulación de los suplementos para que figuren en el periódico. Esta gestión de los preimpresos puede ser manual (carísima) o bien mediante la dichosa aspirina, que los almacena hasta que pasan al tambor que los colocará sabiamente arropados por las páginas de la edición del día.
Pues dicho queda... No pocos dolores de cabeza nos ha provocado esta voz, que debemos reconocer, ninguno de los expertos del diseñario conocíamos. Nos ha desconcertado. Nos ha hecho desconfiar de su veracidad. Incluso, en una experiencia catárquica, nos ha hecho recordar los ya lejanos años de facultad en los que nos insistían en que no importaba tanto saber las cosas como saber dónde buscar las respuestas. Nos ha hecho renovar los votos que hicimos hace ya tropecientos años, nos ha sacudido de encima toneladas de excepticismo maquetil, nos ha devuelto el ímpetu de la juventud ansiosa de conocimiento... y sobre todo, nos ha provocado un insoportable dolor de cabeza. A ver si con una aspirina se nos pasa...


Autoedición. Acción que permiten aquellos programas informáticos (Quark, Indesign, PageMaker, entre otros) para la edición de documentos impresos en los que están presentes una combinación de los siguientes elementos: fotografías, dibujos, gráficos, textos. Con estos programas de autoedición, se pasó de los viejos sistemas de composición manual con tipos móviles, monos manchados de tinta, tipómetros y rotuladores rojos, linotipias (composición en caliente) y los primeros ordenadores de la fotocomposición (composición en frío) a sistemas informáticos que permiten a todo el mundo editar su propia revista o confeccionar su propio tríptico. Aunque no por saber manejar el programa el resultado va a ser mejor. No sólo hay que saber cómo, si no también qué, por qué y para qué.
El prefijo auto se refiere a que lo haces tú mismo, no a que lo haga la propia máquina, porque tú pones las cajas de texto, tú pones las cajas de imagen, tú creas los estilos, le das sangría a un párrafo, pones una capitular a un texto o guardas algún elemento en el catálogo. Y sobre todo tú cocinas todo eso para que tenga un aspecto digno y deseable para la lectura. Lo único que hace automáticamente el ordenador es colgarse, sin previo aviso.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Quinto mandamiento de todo resideño (II)

Segunda entrega del quinto mandamiento de todo rediseño que nos trae Miguel Buckenmeyer. Si queréis consultar la primera entrega podéis hacerlo aquí.


Los diez mandamientos para rediseñar
un medio de comunicación (V)


Mandamiento 5. Ve un paso más allá; usa la tipografía como un arma secreta (II)

La segunda estrategia: el punto medio

Se puede emplear la misma técnica de usar la tipografía como herramienta visual pero sin ser tan minimalista.

Esta estrategia del “equilibrio gráfico”, por así llamarlo, demuestra la misma capacidad de convertir la tipografía en un recurso gráfico principal pero sin renunciar a una gama tipográfica más amplia o al empleo de otros recursos gráficos como filetes, una paleta de color más amplia, etc. En cambio, una vez encontrada una combinación de recursos visuales adecuada, esta estrategia sí que mantiene un orden a través de la repetición de esos elementos.

Las portadas de Esquire en la última etapa de Robert Priest como director de arte cuando efectuó su rediseño usando la Vectora de Linotype.


Portadas de la época de John Korpics que amplían considerablemente el volumen tipográfico. Sobre todo, se nota una “densidad” en la tipografía y una renuncia al espacio negativo alrededor de ella. Pincha para ver las imágenes más grandes.

El mejor ejemplo del uso de la tipografía en este sentido viene de la revista americana Esquire entre los años 1999-2005 y su director de arte de entonces, John Korpics.

Aunque la mayoría de los diseñadores asociamos el diseño heroico de Esquire basado en la Mercury (que apareció por primera vez en Esquire en 1996) de Jonathan Hoefler y la Vectora de Linotype con Korpics, en realidad éste heredó un rediseño de la revista hecho por su director de arte anterior Robert Priest en 1998 que ya empleaba estas tipografías.

Korpics no solo respetó el diseño de Priest sino que lo mejoró considerablemente. Por su prodigioso cuerpo de trabajo en Esquire, Korpics ha ganado casi todos los premios más prestigiosos del sector.


Algunos reportajes de la era de Korpics empleando la Mercury de Jonathan Hoefler. Imágenes cortesía de John Korpics. Pincha para ver las imágenes más grandes.

El Esquire de Korpics era la versión “turbo” del rediseño de Priest; una versión que tomaba esteroides; mucho más llamativa y energética que la versión inicial de Priest.

Lo más notable del diseño de este dúo dinámico fue la concentración visual de la tipografía. Priest empezó a reducir el interlineado de los titulares hasta que las líneas de la tipografía se tocasen. Korpics adoptó este estilo y además empezó a apostar por un mayor contraste tipográfico además de crear masas concentradas de tipografía. Aplicó este método a casi toda la tipografía “display” (grande, de titulares, subtítulos y cabeceras) de la revista.

Además empezó a mezclar la paleta tipográfica entre serif, sans y egipcias de una manera mucho más notable. Mezcló colores vivos pero elegantes –naranjas, colores calabaza, verdes pastel, amarillos oscuros, marrones, grises azulados, etc.- y apostó por el uso liberal de filetes y cajas de varios grosores y colores además de numerosos iconos.

En suma, aplicó más diseño. En las imágenes que siguen se aprecia un estilo claro y contundente y muy consistente.


Páginas interiores del libro American Photography 18 diseñado por Korpics que emplean el estilo tipográfico y visual desarrollado por Korpics en Esquire. (Imágenes por cortesía de John Korpics.)

La tercera estrategia: barroco al máximo

Si Baron, Sánchez y Korpics son capaces de utilizar la tipografía como un arma secreta, Fred Woodward hace de ella una bomba atómica.

Portada de Rolling Stone durante la dirección de arte de Fred Woodward. (Imágenes de Rolling Stone cortesía de la AIGA.)

Woodward fue director de arte de la mítica revista americana Rolling Stone en los años 1987-2001 y es el actual director creativo de la edición americana de GQ. El trabajo de Woodward en Rolling Stone era “expresivo y ecléctico”, inspirado tanto en el modernismo como en el “vernáculo americano”, según la Asociación Profesional para el Diseño en Estados Unidos.

En su dirección de arte de Rolling Stone, buscó referencias en la propia de historia del diseño de la revista y devolvió algunos elementos característicos de su diseño original como, por ejemplo, el encuadernado de cada página con una caja “Oxford” para distinguir las páginas con contenidos editoriales de las de la publicidad.



Algunas dobles aperturas de Rolling Stone durante la época de Fred Woodward como director de arte. (Imágenes cortesía de la AIGA.)


Dobles aperturas de GQ -donde Fred Woodward es actualmente director de arte- en las que desarrolla su estilo centrado en el ajuste perfecto de tipografía y fotografía. (Imágenes cortesía de la AIGA.)


Más que cualquier otro atributo, la Rolling Stone de Woodward destaca por la fuerza de las combinaciones geniales de tipografía y fotos o ilustraciones. En muchos casos, la tipografía y la dirección de arte de los reportajes, recurrían visualmente a contextos visuales culturales e históricos. La ejecución del matrimonio entre tipografía e imagen además de la imitación de ese “vernáculo” histórico y cultural del diseño gráfico era perfecta y asombrosa. En muchos casos, contrataban a Jonathan Hoefler – a quien si no—para crear tipografías ad hoc para el reportaje en cuestión con claras referencias a tipografías históricas.

En cualquier otra revista, el uso de tantas tipografías diferentes y de maneras tan barrocas, resultaría ofensivo para el lector y llevaría a la falta de coherencia gráfica. En la Rolling Stone de Woodward, la consistencia y la perfección con que lo ejecutaba, se consolidó como el distintivo de marca de la revista.

Último consejo

Woodward dijo una vez que hay un uso apropiado para cada tipografía que se haya diseñado jamás y que su meta personal es buscarlos hasta el final de su carrera personal.

¿Cuál es el uso perfecto de tipografía para tu proyecto? Encuéntralo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Periodiquerías (VIII)


Cuando abrimos la foto al instante decidimos darle una periodiquería para ella sola. Nos la manda Marta, compañera del Diario de Burgos que ha pasado una temporada de voluntariado en Antigua, Guatemala. Es un auténtico fotón digno de premio. Mil gracias, Marta.

Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante

martes, 15 de septiembre de 2009

Una mala página

Hemos sabido que el 9-9-09 es una fecha de buena suerte para los chinos, hasta el punto de que se casaron en masa y adelantaron muchos partos para hacerlo todo coincidir con el 9 de septiembre de 2009. Y lo hemos sabido porque precisamente vivimos tan insigne día, cargado de buenos augurios, la semana pasada. Buenos augurios para los chinos, claro, no para mí. Porque vaya página putapénica que pinté aquel día, la página 9 de la sección de España para más inri.

No quiero ni mirarla...

Cada vez que la miro me salen granos por el cuerpo, me convierto en el hombre sarpullido, o en el mediocre maquetador que no quisiera ser y al parecer soy, al menos en ocasiones como ésta. Debí sufrir un ataque del temible síndrome rancio que siempre sobrevuela, amenazador, sobre nuestras cabezas esperando a que bajemos la guardia... porque no puedo culpar a nadie, ni quiero, de algo que fue absolutamente responsabilidad mía. Yo maqueté la página, yo se la propuse al redactor jefe de Nacional, e incluso habiendo podido dar marcha atrás no lo hice, incapaz del mínimo de firmeza siempre necesario en nuestra labor: era muy tarde cuando la pinté pero podía haberla modificado y cedí al primer "es ya muy tarde, está bien así" cuando yo sabía que no estaba bien así; además pude cambiarla para segunda edición y tampoco la cambié. No puedo llorar, pues, con el socorrido "intenté evitarlo pero no pude" que incluso mi jefe al día siguiente supuso que había sucedido con el periódico cayéndosele de las manos, sobre todo cuando reconocí que no, que "ha sido cosa mía", "pero hombre, Mario, menuda cagada...". Sí, todo un prodigio de desequilibrio, un ladrillo sin jerarquía alguna, ni valoración, ni facilidad de lectura, seña de identidad vaya usted a saber de qué pero no de nuestro periódico... una auténtica chapuza.

Existen otras posiblidaddes que pasan, fundamentalmente por no complicarse la vida, por hacer las cosas sencillas, que es lo que suelo repetir cuando alguien con menos experiencia (generalmente a nuestros siempre esforzados becarios) me pregunta sobre cómo hacer una página. Con no tener porqué poner los breves como un faldón a cinco columnas como punto de partida, que fue lo que sucedió en principio; o con no tener porqué hacer siempre algo distinto, o no hacer al menos algo distinto cuando las circunstancias no se prestan a ello como me obcequé después. Ayuda el no tener que trabajar con mucha prisa o que te insistan en que lo dejes así, pero eso no puede ser nunca una excusa para quienes somos precisamente profesionales de hacer páginas buenas y eficaces en el tiempo del que se disponga, sea mucho o sea poco.





Cualquiera de estas variantes hubiera sido una página eficaz, correcta, equlibrada, me hubiera llevado muy poco tiempo y ninguna duda hacerlas. Y existen todavía algunas variantes más que no muestro, todas ellas (las que muestro y las que no), con una característica común: son mejores que la que hice. En realidad se me ocurren muy pocas, por no decir ninguna, que sean peores.

Sólo me queda como consuelo el tópico de que de los errores se aprende, en este caso a no repetirlos, a no confiarse, a no dar por hecho que toda tu experiencia bastará por sí sola aunque bajes la guardia, a que pueda serviros a alguien como muestra de página fallida.. y a constatar que cualquiera, incluso uno mismo, puede tener una mala página.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Diseñario 2.0 (II)

Para esta segunda entrega del Diseñario 2.0 los enigmáticos miembros del comité de expertos de encajajaba encargados de su redacción han contado con la inestimable ayuda de los proyesores de la Universidad CEU de Madrid Pedro Pérez (actualmente en otra Universidad de Madrid y de quien tendremos noticias en breve aquí, en el blog) y Laura González, a quienes les damos las gracias una vez más por cederles tan amablemente el término "Arte final", extraído del Glosario que han realizado para sus clases de diseño. El Diseñario es más que nunca una obra abierta a la participación de todos, obra colectiva e irreverente sobre el diseño periodístico y la prensa en general, ya sabéis.






Apaisado. Formato en que la anchura es mayor que la altura. Usado en fotografía o maquetación, el formato horizontal es un formato que potencia el espacio y sugiere reposo y tranquilidad en contraposición al formato vertical, que provoca desequilibrio y tensión. Esto se debe a la norma de composición conocida como la regla de tercios. Consiste en dividir el área en tres partes iguales tanto en vertical como en horizontal. A los puntos donde las líneas intersectan se les denomina puntos de impacto o interés. En estos puntos debe estar situada la información en una composición equilibrada (aunque no debamos hacer de esto un dogma de fe, que el desequilibrio también aporta información, y sensaciones como violencia, inquietud o extrañeza. El plano holandés -inclinado el eje horizontal entre 25 y 45 grados-, por ejemplo, se ha ido haciendo insufriblemente con un hueco en el lenguaje audiovisual del que aún no nos hemos recuperado...). Pero, si convenimos en que el ojo humano recoge la información visual de izquierda a derecha y de arriba a abajo, en un formato apaisado el punto de impacto se encuentra más alejado del inicio (en la parte inferior derecha) , lo que provoca un mayor tiempo de lectura (en una imagen, por ejemplo) que en una foto vertical (en el ángulo superior derecho). Este detenerse en la imagen hace que se registre más información, lo que provoca esa sensación de quietud. Sin embargo en las verticales el centro de impacto es casi inmediato, lo que provoca que la lectura de la imagen sea vertiginosa. De ahí la tensión del espectador, que es atraído al centro de interés de manera casi automática, impidiendo una lectura mayor del resto del contenido.
El formato más horizontal por lo tanto es preferible tanto para paisajes (de ahí el término) como para composiciones de grupo, ya que potencia la lectura en detalle, de la misma manera que la composición en horizontal favorece el permanecer más tiempo en la página, ya que obliga al ojo a hacer un recorrido más lento por el área impresa que la vertical.
Cuando se habla de apaisar las imágenes se refiere a forzar el formato horizontal, recortando en vertical. Esto potencia el detalle, ya que trae más a primer plano el fondo que en el formato original, y muchas veces es un recurso de edición necesario en imágenes que en su composición primigenia no resaltan la información de la manera adecuada. Generalmente, cuando una buena foto horizontal se apaisa suele ir acompañada de la frase: "Qué chula queda". Cuando en realidad tú piensas: "no, es que ahora te estás fijando en lo que yo quería que te fijaras, y el formato anterior diluía eso entre la cantidad de información de la foto". Eso cuando no te piden que les "apaisajes" la imagen, que les queda más "bonita". ¡Qué tendrán que ver los términos "bonito" e "información"!...

Arañar. Espacio, caracteres, frases, etc. Dícese de cualquier método (habitualmente "ilegal" y generalmente el track) que un redactor emplea para intentar tener más espacio para su texto, normalmente en el título. En algún caso se han llegado a montar unas letras sobre otras. En ese momento el maquetador araña la mesa con la intención de que se le quiten las ganas de arañarle la cara al redactor y decirle que si quiere que se lean sus textos deje de arañar tanto espacio y resuma mejor las cosas.
Y no sólo con los textos, porque en en lo relativo al diseño periodístico, arañar equivale a encontrar espacios donde generalmente no los hay, utilizar lo que debería ser blanco o lo que está ocupado por partes imprescindibles de una imagen, para meter elementos que lo mires como lo mires, no caben. Como suele suceder cuando arañas cualquier cosa, o cuando llenas una maleta más allá de lo que permiten las leyes físicas... el resultado no es bueno.

Arte final. Texto e imágenes dispuestos exactamente como deben quedar para su reproducción impresa. Puede obtenerse directamente desde el sistema de autoedición, a partir de una impresora láser o de una máquina de componer láser, o bien como copia en papel e imágenes con adiciones manuales (por ejemplo, hojas superpuestas, muestras de color, etc.). Prototipo en el que el diseñador presenta, para su aprobación definitiva, el encargo tal y como quedaría después de la impresión.
No es un término frecuente en los periódicos donde la rapidez prima sobre la calidad técnica; es más propio de las artes gráficas, pero tampoco es ajeno al mundo periodístico ya que la publicidad o los suplementos en forma de revista elaboran artes finales de sus páginas, sobre todo de sus portadas.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Algo económico y... divertido


Nos pone sobre la pista nuestra compañera y amiga Rocio Galván, inagotable miembro de la sección de Economía. Emocionada, compartía a través de su perfil en facebook un enlace a un gráfico de Financial Times sobre cómo ha afectado la crisis a los sueldos de los banqueros. No tiene desperdicio, aunque tengamos que registrarnos. Pinchad sobre cada ejecutivo y...

jueves, 10 de septiembre de 2009

Quinto mandamiento de todo resideño (I)

La tipografía puede ser el arma secreta que lleve tu proyecto a buen puerto. Miguel Buckenmeyer nos lo demuestra a través de tres estrategias diferentes y mostrando el trabajo de varios directores de Arte que han dejado (y dejan) huella por la calidad de sus trabajos. Debido a su extensión os lo traemos en dos entregas. Aquí va la primera.


Los diez mandamientos para rediseñar
un medio de comunicación (V)


Mandamiento 5. Ve un paso más allá; usa la tipografía como un arma secreta (I)


La tipografía tiene poder y prueba de este valor es que necesita dos mandamientos al respecto.

Es un poco como Dios; está en todas partes. De verás es tan importante como cualquier otra disciplina de la vida. Según varios pensadores -citados arriba- la tipografía es un ser con su propia existencia ontológica, que es capaz de destruir y construir pueblos y que incluso te puede hacer feliz en el matrimonio.

La tipografía es parecida a la arquitectura en cuanto que representa un nexo perfecto entre su forma y su función. Puede ser apreciada por su belleza como un cuadro de Velázquez o una escultura de Miguel Ángel, pero a la vez es sumamente funcional porque tiene que leerse y comunicar ideas. Una tipografía que no se lee ya no es tipografía. Que la tipografía esté ligada a la estética implica que –como el arte en general- es capaz de transmitir y enfatizar fuertes emociones aportando sentido a las cosas.

Este Mandamiento nos ayudará a usar la tipografía para que se la reconozca como un elemento gráfico principal en sí mismo, como la fotografía o la ilustración. A continuación analizaremos las tres estrategias básicas que los grandes diseñadores han empleado para cumplirlo: la minimalista, la barroca y la equilibrada entre ambos extremos.

(Es un poco largo, pero garantizo que os va a gustar)

La primera estrategia: el “Minimalismo Expresivo”.

Este concepto, que me acabo de sacar de la manga, se resume en la maximización de la tipografía acompañada fundamentalmente por espacio blanco. Para entender esta estrategia, hablemos de Alexey Brodovitch, Fabien Baron y Rodrigo Sánchez.

Se puede decir que el padre del diseño editorial es Alexey Brodovitch, diseñador gráfico ruso que revolucionó el diseño de revistas entre los años 1938-1958 durante su etapa como director de arte de Harper’s Bazaar en Nueva York. El estilo elegante de Brodovitch de usar enormes espacios blancos, dar cortes asimétricos, inesperados y radicales a las fotos, y buscar “sorprender” siempre al lector además de a si mismo, ha sido imitado por los diseñadores contemporáneos hasta el infinito.

Aunque el trabajo tipográfico del cuerpo de Brodovitch es mucho más sutil que el de los directores de arte contemporáneos, su trabajo estableció las bases para los que después hicieron que la tipografía fuese mucho más llamativa e ilustrativa. Aun así, en algunas muestras de su trabajo se empieza ya a notar que Brodovitch concebía los textos como posible herramienta visual, como por ejemplo cuando jugaba con las formas de las columnas de los textos.


Ejemplos de portadas de Harper’s Bazaar en la era de Brodovitch.


Ejemplos de páginas interiores Harper’s Bazaar donde Brodovitch jugaba con la yuxtaposición y la composición de formas en las fotografías.


Ejemplos de páginas interiores de Brodavitch donde trabaja con los textos como recurso gráfico.

Fabien Baron fue el heredero por excelencia de Brodovitch cuando fue nombrado director de arte de Harper’s Bazar en 1991 después de varios años trabajando en la revistas GQ e Interview.

He de confesar que Baron es uno de mis ídolos dentro del campo del diseño. Este francés es uno de los primeros en jugar con letras grandes en las aperturas de los reportajes, una técnica que empezó a emplear desde principios de los 90 en las edición italiana de Vogue, en Interview y en Harper’s Bazaar y que ha sido imitadísima desde entonces.

Al igual que el de Brodovitch, el trabajo de Baron se caracteriza por una estética elegantísima y minimalista. Baron también se basó en la fotografía sorprendente, bien pensada y editada además de los excesivos espacios en blanco. Pero además añadió a estas técnicas el toque magistral del uso de la tipografía como elemento gráfico ilustrativo en si mismo.



Ejemplos de páginas interiores Interview de Fabien Baron como Director de Arte, 1990.


El legendario rediseño de Harper’s Bazaar hecho por Baron en 1992 tuvo el mismo efecto sobre el diseño editorial que el trabajo de Brodovitch en su época. La Sociedad Americana de Editores de Revistas (ASME) elogió su rediseño como “uno de las reinvenciones más espectaculares en la historia de la revista”. El proyecto se basó en la conceptualización de una tipografía hiperelegante que tuviese unas serifs ultrafinas y que estas serifs se mantuviesen en cualquier tamaño. El proyecto de diseñar esta tipografía se puso en las manos del tipógrafo neoyorquino Jonathan Hoefler (el resto del relato ha entrado en la historia del diseño editorial). Hoefler creó una obra maestra, Didot, una superfamilia con seis estilos distintos hechos para siete tamaños diferentes: 42 tipografías en total.

El rediseño de Harper’s Bazaar destacó por la belleza de la forma de la Didot a través de un minimalismo precioso y extremo. Muchos reportajes yuxtaponían una sola inicial o palabra en negro con una fotografía provocativa. En otros, se jugaba con el tamaño y colores de las letras de una sola palabra destacada. Esta última técnica ha quedado grabada como el estilo de la imagen de marca de Harper’s Bazaar.

La portada más emblemática del Harper’s Bazaar en la época de Baron.


Páginas interiores de Harper’s Bazaar como ejemplos del minimalismo de Baron.



Ejemplos del juego de letras y color que han quedado como la imagen de marca de Harper’s Bazaar.


En España, hay buenos ejemplos de empleo de la tipografía en esta forma minimalista que consiste en la reducción de las variables gráficas, como es el uso de una sola familia tipográfica. Quizás el más notable en este área ha sido el director de arte de las revistas de Unidad Editorial, Rodrigo Sánchez. Antes de llegar a sus magníficas portadas más barrocas del actual Metrópoli, el camaleónico Sánchez había pasado ya por el minimalismo con La Luna -un suplemento de ocio para jóvenes- e incluso antes, destacaba con el diseño del Magazine de El Mundo.


Portadas La Luna diseñada por Rodrigo Sánchez.


Sumario de La Luna donde mejor se ve la mezcla de los múltiples grosores de la Knockout. Imágenes por cortesía de Rodrigo Sánchez.

Este brillante proyecto de Sánchez destaca por su sencillez, minimalismo y expresividad. Igual que Baron trabajó con una tipografía de Hoefler, Sánchez trabajó con la Champion Gothic y su complemento más completo, la Knockout. Igual que la Didot, la Knockout se compone de un amplio número de versiones, 32 en total, en distintos pesos y grosores. Quizás no hubo ninguna de estas versiones de la Knockout que La Luna no llegó a usar.

La mezcla de grosores de la Knockout a lo largo del proyecto le aportó una gran expresividad. Esta energía visual que existe en todo el cuerpo de trabajo de Sánchez, se complementaba con una gran sobriedad y minimalismo. Por un lado, recurre a la tipografía como elemento gráfico fundamental, y a una sola familia (solo usa otra tipografía serif para los textos). Por el otro, hay poco color que no sea negro y cuando lo hay, es un solo color que complementa a la ilustración como es el caso del sumario. Si una foto iba en color, los titulares iban en negro.


Ejemplos de entrevistas de La Luna que usan letras de otros nombres como si fuesen letras iniciales.

Ejemplos de entrevistas de La Luna que usan la tipografía como puro elemento gráfico.

Reportaje sobre Catherine Z. Jones que recuerda al Harper’s Bazaar de Brodavitch.

También se ha de destacar las diversas subestrategias que se aprecian en La Luna. En algunos casos, la tipografía se usa de una forma densa y concentrada para masas de información como los sumarios. En otros casos, los titulares aparecen como letras iniciales enormes (fíjate en el reportaje destacado sobre B.B. King). Y en otros casos, aparece como una ilustración en si misma, como en los ejemplos de las entrevistas a Penélope Cruz y Catherine Z. Jones.

Próxima entrega: Segunda estrategia: el punto medio y Tercera estrategia: barroco al máximo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Réquiem por la libertad de prensa en Latinoamérica

Siendo Encajabaja como es un blog sobre diseño en prensa, y siendo la mayoría de sus miembros periodistas de formación, no podemos sustraernos al ajetreo de la profesión periodística en sí, aunque es evidente que otros medios amigos profundizan más en este sentido. Uno siente la necesidad de escribir estas líneas cuando lee crónicas como la que despachaba Maite Rico ayer en la apertura de Internacional del diario El País, y a la luz de sus palabras uno tiene la sensación de haber retrocedido 70 años, o 50 o quizás 30… pero no, en pleno 2009 seguimos sorprendiéndonos de ciertos abusos sobre los periodistas a lo largo de todo el mundo.

Y de la misma manera que nos estremecemos cuando un compañero de profesión, sea redactor, sea fotógrafo (el alicantino Christian Poveda fue asesinado hace apenas 5 días) fallece mientras desempaña su labor, igualmente no podemos dejar de acongojarnos con las mordazas que se ciernen sobre nosotros por el mero hecho, por el “delito execrable”, de querer informar con veracidad y libertad.

Maite Rico nos amplía sobre lo que ya sabíamos desde hace tiempo: el cada vez más intenso acoso sobre los medios independientes en los países que conforman el llamado “eje bolivariano”. El pasado jueves, dos reporteros de la cadena boliviana Unitel fueron atacados por miembros de paisano de la unidad de élite de la policía en la ciudad de Santa Cruz cuando filmaban la detención de un agricultor, maniatado y encapuchado, en pleitos de tierras con el Estado. Los reporteros fueron embestidos por el vehículo policial, obligados a bajar, golpeados y su cámara fue ametrallada y confiscada. Es uno de los más recientes altercados.

La nómina de agresiones a la prensa crece en estos países: el pasado sábado el gobierno venezolano anunciaba la clausura de 29 emisoras de radio -que se unirán a las 34 cerradas en agosto- y nuevas sanciones contra la crítica Globovisión. En Ecuador, el presidente Rafael Correa exigía la cancelación de las licencias para la cadena de televisión Teleamazonas y para varias cadenas de radio. Y en Nicaragua, Daniel Ortega calificaba a los periodistas de “servir a los enemigos del pueblo”.

Según la Sociedad Interamericana de Prensa, el lenguaje agresivo y beligerante de los presidentes de estos países, liga a estos medios a complots y “mina su credibilidad”. Les acusan de “tergiversar la realidad” y servir a “los intereses de la oligarquía y el imperialismo”. En estos países se vive un proceso de fuerte polarización, lo cual se refleja necesariamente en los medios, que debido a la falta de una oposición organizada y unida y a la “fragilidad institucional”, se convierten en instrumentos de fiscalización del poder. Y eso no pueden tolerarlo.

El acoso ideológico, las agresiones físicas y la asfixia económica están a la orden del día. Hasta en Argentina empiezan a verse movimientos preocupantes. Un nuevo proyecto de ley impone restricciones a la propiedad de medios audiovisuales, con el objetivo principal de perjudicar al principal grupo de comunicación del país, Clarín.

“Apaguemos la televisión y tengamos la mente limpia. No es necesario leer periódicos”, recomienda Correa en su programa semanal de radio; “Sólo el 10% de los periodistas son dignos”, aclara Evo Morales. ¿A donde nos lleva esto? ¿2009, dice usted? ¿En serio?

De momento, sólo podemos observar con temor y lástima estos acontecimientos, seguir denunciando y alzando la voz y animar en su labor a los compañeros que en Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela no se proponen ser infieles a su patria, sino meramente informar más allá del pensamiento único estatal y criticar, si toca, los abusos del Estado, sin que éste pueda tomar represalias gratuitas, que para tomar medidas están los poderes judiciales. Parece que el caciquismo, definitivamente, está de vuelta.

Entonemos el réquiem…

lunes, 7 de septiembre de 2009

Rediseños, unos más que otros

Hoy sale a los quioscos, rediseñado, el periódico francés de izquierda Libération, después de una campaña publicitaria de las que intentan crear mistero con cuenta atrás incluida (¡ya faltan dos días!, ¡ya sólo falta uno...!, etc.).

Portada de la edición de hoy de Libération, con su nueva imagen, en la se que abandona su modelo de "portada póster" por una propuesta con distintos temas muy equilibrados y con una curiosa estructura horizontal, que a pesar de alejarse de lo habitual, funciona muy bien.


El anterior modelo de "portada póster", en la edición de este sábado.


El rediseño es obra de uno de los diseñadores periodísticos españoles más activos y más en forma, profesor de la Universidad de Navarra, Javier Errea, para la empresa Innovations, quienes evidentemente llevan el tema hoy en su web de forma destacadísima.

Desde el punto de vista formal la propuesta es muy elegante, ordenada, con una nueva paleta de colores y nuevos tipos de letra: Trade Gothic (la del titular principal de la portada y el resto de títulos principales), Glosa (creada por el exitoso tipógrafo portugués Dino do Santos, una letra con serif para el texto principal y títulos secundarios) y Neutraface (palo seco para crear contraste en folios, cintillos o títulos de apoyo). Todo al servicio de lo que ellos denominan "contenidos provocativos". El diario francés, mítico y casi de culto en toda Europa, publica hoy una página doble explicando todos los cambios con el título "L'info es un combat" (esperemos que así sea), mostrando la nueva paleta de color, tipografías, estructura de páginas, nuevas secciones, etc. Además desde innovations un enlace a flickr permite ver todas las páginas de la edición rediseñada de hoy.






El País del domingo

Otro caso, distinto, es el sufrido (y nunca mejor dicho) por el diario El País este domingo porque aparte de las tazas de The Beatles tanto su suplemento semanal como el propio periódico hicieron unos retoques en su portadas. Rediseños del estilo de: esta cabecera del suplemento que no se ve, me la vas a coger y tal cual, sí sí tal cual, con su mismo tipo de letra y todo, me la vas a poner bien grande arriba, que se vea bien.

Antes...

... y ahora

Mucho mejor, dónde va a parar. Si es que no se veía. Y en la portada del periódico pues me haces algo también para que se note que hemos cambiado, pues no sé, pon en el friso el segundo tema debajo del primero y que el lector juegue a encontrar su foto, ponle otro color al friso... ¿este azul cielo? Sí, sí. Destaca más que antes. Queda muy bonito. ¡Cielos!

No hemos encontrado más cambios en El País del domingo, a pesar de que haberlos buscado con lupa... pero pueden habérsenos pasado por alto, ¿alguien ha visto algo más?