En la más absoluta contradicción, vía de la sabiduría, o no, viven los miembros del enigmático comité de expertos, horrorizados al ver un cuernazo en la boca, fascinados ante un arte absoluto que absolutamente es una salvajada cruel, o no, ambas cosas. Y en la duda de si publicar luego esas imágenes, que son noticia absoluta, no será absolutamente innecesario por sensacionalista. En este estado de incertidumbre e inestabilidad ideológicas son capaces, no obstante, de programar las tres cuartas partes de ellos sus despertadores para levantarse a las 6.30 de la mañana y ver entre legañas el desenlace de "Lost" habiéndonos enviado antes, eso sí, una nueva entrega de esta obra colectiva, irreverente, contradictoria y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.
I
Ilustrator. Sucesor del extinto Freehand, este programa de Adobe es el nuevo estándar en dibujo vectorial después de que esta empresa comprase precisamente Freehand a Macromedia para ¿acabar con la competencia? Con este software podemos esbozar desde un simple círculo hasta un complejísimo gráfico. Incluso se pueden hacer esos aburridísimos, y que tantos quebraderos de cabeza nos dan, gráficos de barras, círculos, fiebres bursátiles o tartitas (no de dulces, de porcentajes, queremos decir). Todo con la ventaja de que puede darse a una columna o a cinco, es lo que tiene el dibujo vectorial, que no depende de los píxeles. Tanto, que a veces se nos va de la mano el pincel e hinchamos el gráfico. Pero es que las tartas llenan mucho.
Con Ilustrator, también se puede dibujar, al más puro estilo de lápiz y carboncillo. Y salen unos dibujos chulísimos, damos fe, porque se puede imitar un rotring, un pincel fino o una brocha gorda. Y además tenemos todas las gamas de colores que nos podamos imaginar. Lástima que la impresión de papel prensa los "estropee" un poco.
Imagen. Representación gráfica de algo real o imaginario. Un objeto, un ser vivo, una idea... dibujados, atrapados por una cámara fotográfica, creados por un software. Si podemos dividir, a muy grandes rasgos, los elementos que componen una página entre imágenes y textos, imágenes serían todo aquello... que no son textos, así de simplre. Y de complejo. De hecho así lo tratan los distintos programas de autoedición (Quark, Indesing), cuando permiten dibujar cajas para contener textos, o bien cajas para contener todo tipo de imágenes: fotografías, ilustraciones y gráficos (que son tratados como imágenes y guardados en ficheros informáticos con formato propio de imágenes, generalmente "eps", a pesar de que estén formados por imágenes, ya sabéis, y textos combinados).
No valen más que mil palabras, ni más que una; su valor no puede calcularse de manera que podamos compararlo con el valor de las palabras, que tampoco sabemos calcular. Pero es mucho, su valor. Son absolutamente poderosas en una página, capaces de destrozarla o engrandecerla en décimas de segundo, las que se tarden en hojear una publicación. Quieren estar solas en una página, no se llevan bien con sus semejantes y se anulan por eso unas a otras. Quieren tamaño, algunas se dejan cortar y otras no admiten el más mínimo rasguño. Como la música, su lenguaje es universal y en él nos hablan de cosas reales, imaginarias.
Imposición. Manera de colocar las páginas en la plancha de impresión para que una vez impreso y doblado el papel del pliego, queden en el orden y en la posición deseadas. En el caso de los periódicos, la imposición está gestionada por programas informáticos que también se encargan de transmitir así las páginas desde la redaccion a los centros de impresión donde están las rotativas.
Es, además, uno de los criterios de mayor peso y que con mayor frecuencia aparecen en lo relativo al diseño periodístico. Por imposición se suelen hacer un porcentaje elevadísimo de las cosas que hacemos en la vida en general, y en nuestra disciplina maquetil muy en particular. El alto nivel de subjetividad que muchos atribuyen al diseño, el abismal desconocimiento que de él se tiene a la vez que se cree saber mucho de ello por una especie de ciencia infusa, unido todo esto con la necesidad de justificar cargo y sueldo, lleva a que en el diseño se impongan criterios, o anticriterios caprichosos, de manera directamente proporcional a la mediocridad del impositor. Porque cuando uno necesita imponer para ser alguien y no puede hacerlo en economía, o deportes, o en ciencia y cultura por poner varios ejemplos, ya que los datos y los hechos no admiten tonterías, entonces levanta la vista, divisa la sección de maquetación y, tras comprobar que el director de arte no anda cerca, por si acaso, allí que se dirige inseguro de sí mismo dispuesto a imponer.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Con Ilustrator, también se puede dibujar, al más puro estilo de lápiz y carboncillo. Y salen unos dibujos chulísimos, damos fe, porque se puede imitar un rotring, un pincel fino o una brocha gorda. Y además tenemos todas las gamas de colores que nos podamos imaginar. Lástima que la impresión de papel prensa los "estropee" un poco.
Imagen. Representación gráfica de algo real o imaginario. Un objeto, un ser vivo, una idea... dibujados, atrapados por una cámara fotográfica, creados por un software. Si podemos dividir, a muy grandes rasgos, los elementos que componen una página entre imágenes y textos, imágenes serían todo aquello... que no son textos, así de simplre. Y de complejo. De hecho así lo tratan los distintos programas de autoedición (Quark, Indesing), cuando permiten dibujar cajas para contener textos, o bien cajas para contener todo tipo de imágenes: fotografías, ilustraciones y gráficos (que son tratados como imágenes y guardados en ficheros informáticos con formato propio de imágenes, generalmente "eps", a pesar de que estén formados por imágenes, ya sabéis, y textos combinados).
No valen más que mil palabras, ni más que una; su valor no puede calcularse de manera que podamos compararlo con el valor de las palabras, que tampoco sabemos calcular. Pero es mucho, su valor. Son absolutamente poderosas en una página, capaces de destrozarla o engrandecerla en décimas de segundo, las que se tarden en hojear una publicación. Quieren estar solas en una página, no se llevan bien con sus semejantes y se anulan por eso unas a otras. Quieren tamaño, algunas se dejan cortar y otras no admiten el más mínimo rasguño. Como la música, su lenguaje es universal y en él nos hablan de cosas reales, imaginarias.
Imposición. Manera de colocar las páginas en la plancha de impresión para que una vez impreso y doblado el papel del pliego, queden en el orden y en la posición deseadas. En el caso de los periódicos, la imposición está gestionada por programas informáticos que también se encargan de transmitir así las páginas desde la redaccion a los centros de impresión donde están las rotativas.
Es, además, uno de los criterios de mayor peso y que con mayor frecuencia aparecen en lo relativo al diseño periodístico. Por imposición se suelen hacer un porcentaje elevadísimo de las cosas que hacemos en la vida en general, y en nuestra disciplina maquetil muy en particular. El alto nivel de subjetividad que muchos atribuyen al diseño, el abismal desconocimiento que de él se tiene a la vez que se cree saber mucho de ello por una especie de ciencia infusa, unido todo esto con la necesidad de justificar cargo y sueldo, lleva a que en el diseño se impongan criterios, o anticriterios caprichosos, de manera directamente proporcional a la mediocridad del impositor. Porque cuando uno necesita imponer para ser alguien y no puede hacerlo en economía, o deportes, o en ciencia y cultura por poner varios ejemplos, ya que los datos y los hechos no admiten tonterías, entonces levanta la vista, divisa la sección de maquetación y, tras comprobar que el director de arte no anda cerca, por si acaso, allí que se dirige inseguro de sí mismo dispuesto a imponer.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
3 comentarios:
El inventor de Ilustrator es un hijo de Satán, cuya misión en la vida consistió en crear una herramienta para producir sufrimiento entre las personas de bien.
No es que no me guste, es que me entran ganas de matar cuando lo uso.
Saludos
Lo que yo no entiendo es que cosas de lo más básico se gestionen de
manera tan enrevesada en Illustrator.
Simplemente pegar dentro de un polígono cuyo borde tiene un color
aplicado una imagen es alucinante. Te desaparece el color del borde
del polígono. Cosas como esas hacen que se eche de menos a FreeHand...
¿Ya lo han arreglado en esta versión?
¿Cómo conservar atributos de máscara al crearla Ai CS4 mac?
http://forums.adobe.com/thread/578673?tstart=0
Redondear una esquina, varias o todas a discreción de un cuadrado (y
que sean cóncavas o convexas) con un sólo clic como en FreeHand
¿también lo hace Illustrator CS5?
Tenemos que señalar que nosotros no trabajamos diariamente con Ilustrator (ni con Freehand, evidentemente, si es que queda alguien haciéndolo en alguna empresa). Lo definimos como lo que es, el software utilizado para hacer gráficos. Por eso valoramos mucho estos comentarios más técnicos sobre las "tripas" de Ilustrator. Lo que sí hemos señalado, no obstante, es la polémica sobre cómo Adobe acabó con la competencia: comprando un programa rival para acabar con él. Es lógico que quienes utilizaban Freehand (y antes eran mayoría) lamenten prácticas de este tipo que, para nosotros, empobrecen las posibilidades de los usuarios a cambio de enriquecer a quienes las llevan a cabo. Microsoft, por ejemplo, sabe mucho de este tipo de cosas también... y a la larga así les va, y les irá.
Un saludo y muchas gracias por vuestros comentarios
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