Ya es 1 de septiembre. Oficialmente se acabaron las vacaciones. Las caras lánguidas y los síndromes postvacacionales florencen en los trabajos. Caras morenas con sonrisas torcidas.
Ahora toca el turno de acordarnos de lo bien que estábamos tumbados en la playita, con nuestra cervecita, nuestras patatitas y... nuestro periódico. Porque en twitter (o facebook) esa portería 2.0 en la que todo se sabe y nada se desconoce, todo el mundo pone cosas del estilo: "Qué bien se está en la playita leyendo el periódico, sin hacer nada". Nadie ponía: "Relajadísimo con mi iPad (o similar, si es que existe) en la playa". Porque nadie se atreve a llevarse un iPad a la playa.
Sabemos, por tanto, que los periódicos de papel pueden sobrevivir a la hecatombe que anuncian algunos y desean otros. Por lo menos en verano.
Y sabemos, gracias a nuestro amigo Javier Estepa, que en la Riviera Maya, también sobrevivirán, aunque sea de una manera ligeramente distinta.
En los hoteles de la costa mexicana venden periódicos de papel... pero de papel fotocopiado. Podemos entender que las empresas periodísticas, con sus políticas de recortes de gastos, han suprimido las ediciones americanas, muy poco, por no decir nada, rentables; entendemos que a nadie le interesa el periódico de hace dos días, que es el que podemos comprar cuando viajamos al extranjero; y podemos entender (aunque dudamos de su legalidad) que se imprima el PDF del periódico para poder acceder a él. Pero no podemos entender que se venda por ¡¡¡el doble del precio!!! que marca la portada.
Así es, en la Riviera Maya, paraíso en la tierra, podemos comprar El Mundo, el Daily Mirror o el Daily Star, pero eso sí. Por el doble de precio de lo habitual. Y todo para estar relajado en la playita con... mi puñado de hojas fotocopiadas. ¿El papel ha muerto? Viva el papel. Nunca mejor dicho.
1 comentario:
En un crucero que hice el año pasado por el Egeo nos ofrecían también la prensa española del día impresa en papel A3 de unos 80 gramos o así y grapado.
Salía caro también, pero a ver cómo iba a llegar el ejemplar de El Mundo o el Marca a Santorini o Creta.
Eso sí, las páginas completas de publicidad no te las imprimían (para ahorrar papel, supongo) y al final te faltaban páginas. La consecuencia de esto es que al quitar un 10x5 luego, si había una página doble, pues ya no quedaban enfrentadas...
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