Hemos publicado esta misma semana un amplio artículo sobre la polémica generada a comienzos del verano por el diseñador norteamericano Roger Black con su reciente proyecto de vender páginas premaquetadas para distintos medios periodísticos: periódicos, revistas y páginas web, que ahora complementamos con esta nueva entrega. Tema de gran calado para el presente, y sobre todo el futuro, de nuestro profesión, que incluso la SND llevará a una mesa redonda en Denver los días 23 y 24 de este mismo mes, tenemos la posibilidad de ofreceros el punto de vista de Pedro Pérez, uno de los más destacados expertos en diseño periodístico de nuestro país, para quien el ilustre gurú norteamericano del diseño ha decidido comercializarse como una marca blanca...
Pedro Pérez Cuadrado es periodista especializado en diseño periodístico y maestro de periodistas en general y de maquetadores en especial. Ha trabajado en los diarios Pueblo, La Verdad de Murcia, Canarias 7, La Información de Alicante, o Cinco Días; fue jefe de producción del Diario El Sol (imprescindible su tesis doctoral sobre aquel enorme desafío técnico) y posteriormente de La Información de Madrid (del que hablaremos en un futuro no muy lejano). Es el autor de los diseños originales de Canarias 7 (1982), del deportivo gallego Deporte Campeón (1994) en el que alguno le echamos una mano, y Tribuna de Salamanca (1995), realizados desde su estudio Zona Impresa, del que es director.
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, es autor de varios libros sobre diseño de la información: Principios Básicos de Diseño Periodístico (2001), junto a la profesora Laura González; El reto tecnológico de un diario de diseño. El Sol, 1990-1992, (2004), premio de la Fundación José Antonio Artigas; Tipos a diario: Prensa y texto fuera de contexto (2006); Cabeceras, cabezotes, rótulos, logotipos y manchetas (2007); o 30 años de diseño periodístico en España: 1976-2006 (2007), entre otros, además de infinidad de artículos especializados. Su labor se amplía ahora como uno de los columnistas más destacados del blog argentino Visualmente, sitio web de referencia en lo relativo al diseño periodístico en lengua castellana, y también en nuestro humilde encajabaja, donde ya le habéis podido leer en varias ocasiones (con su serie Centrado a la derecha).
Organizador desde 1996 de las Jornadas sobre Edición, Fotoperiodismo y Diseño de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid junto a Laura González (que ahora sigue con esa labor para la que siempre tendremos elogios), ahora prepara las II Jornadas de Diseño Gráfico en la Sociedad de la Información desde su nuevo puesto docente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid para el próximo mes de noviembre, sobre las que os mantendremos puntualmente informados.
Marcas blancas
La excusa, entonces y ahora, nos la proporciona Roger Black. El famoso diseñador editorial que desde los ochenta del pasado siglo vio por dónde evolucionaban los modelos de negocio alrededor del diseño periodístico. Y de diseñador de tipografías se convirtió en ‘gurú multimediático’ para todo lo susceptible de digitalizar editorialmente hablando, que cada vez ha sido más. En 1990 se presentó en Madrid con el mejicano Eduardo Danilo y parieron El Sol, primer diario completamente digital en el mundo (Pérez Cuadrado, 2004: 17).
Ahora podemos leer que se ha montado un supermercado de plantillas de diseño para publicaciones en papel y web con el objetivo de ayudar a producir buenos trabajos con pocos recursos y de una forma eficaz. Conscientes de la crisis por la que atraviesa el sector ─y que ha vaciado de profesionales los departamentos de diseño de publicaciones de todo tipo de periodicidad─ Black y sus socios han creado una serie de plantillas, tanto para clientes noveles como profesionales, empleando un software de maquetación (InDesign) y tipografías del Font Bureau Library, cuyos dueños también están implicados en el proyecto.
Lo explican muy bien en su página web: la idea es que el consumidor seleccione su plantilla, la descargue y la publique (Click.Download.Publish). Escriben: "Añade sólo el contenido. Nunca antes ha estado tan accesible, tan a la mano el diseño para medios. Un grupo de experimentados diseñadores han unido su talento para ofrecerte maquetas sobresalientes para uso impreso y en línea, dando a luz una enorme variedad de páginas. Al precio de una ridícula fracción de su coste real".
La idea del 'supermercado de maquetas', por supuesto, no es nueva. Ha venido siendo la obsesión de los gerentes de todos los diarios y revistas. Y los blog de Google las ofrecen gratis. Pero el hecho de que la ponga en marcha un diseñador reconocido a nivel mundial con un caché de miles de dólares por proyecto nos hace sospechar que Black y sus socios están pensando en futuro desde otras perspectivas. Y que el dinero llegará de otra forma a como ha venido llegando tradicionalmente a los diseñadores de medios.
Que la causa primera de esto está en la digitalización ya no lo duda nadie. Pero, ¿cómo se ha venido gestando? ¿Quién o quiénes han sido culpables?
La mal llamada autoedición que se inicia alrededor de 1985 ─lo hemos visto con anterioridad (González Díez, 1993: 372)─ no implicaba, necesariamente, "una modificación de la forma o el estilo de las publicaciones, pues también permitía elaborar trabajos convencionales". Pero, a la postre, cambió algo mucho más importante: "la filosofía y el proceso de trabajo". Se presumía que "en los diarios y revistas dotados de sistemas de autoedición se produciría una integración de los procesos de escritura, edición, diseño, incorporación de imágenes y tratamiento del color; y que de esta manera el diseñador tendría un control más amplio sobre la producción, lo que se traduciría en un mayor número de opciones de diseño".
Sin dejar de ser cierto lo anterior, lo que ha sucedido en realidad es que la digitalización ha trascendido las fronteras de la especialización del diseño de la información y ha socavado los propios cimientos del modelo empresarial que acogía a periodistas y diseñadores. Porque "lo revolucionario de las tecnologías no son éstas en sí mismas sino los efectos que su aplicación produce en determinados sectores profesionales o sociales" (Canga Larequi, 1988).
Habría que preguntarse qué parte de culpa tiene el diseño periodístico en la crisis de los diarios. Nos explicamos. Desde mediados de los años ochenta, la irrupción del desktop publishing en los periódicos ha servido, fundamentalmente, para que los gerentes fueran eliminando al colectivo más numeroso de trabajadores de los periódicos: los talleres. Y los diseñadores han sido cómplices (a veces inconscientes) de ello. Las secciones de diseño crecieron pero ni mucho menos en la medida que los operarios fueron desapareciendo. Y los diseñadores asumieron las funciones de producción.
Esto, que en sí no parece ni bueno ni malo ha tenido dos consecuencias que entendemos graves. Una, que disparó la rentabilidad de las cabeceras en base a bajas laborales y no a la oferta informativa y, dos, que en un momento determinado las redacciones se llenaron de periodistas estáticos más preocupados en la ‘cocina’ que en traer ‘los ingredientes’. Es decir, en ambos casos se olvidó que lo que los periódicos venden es información y es eso lo que tienen que cuidar: contar historias. Es lo que siempre han hecho. Ya sé que la competencia es dura, pero mientras las cadenas de radio y televisión sigan leyendo las noticias del diario al día siguiente hay un lugar enorme para la prensa escrita. Investigar, contárselo a la gente, opinar, posicionarse, defender, formar... Todo lo que ha sido el periodismo siempre.
Y aquí el diseño periodístico tiene mucho que decir. Porque hay que recordar que Periodismo no es sólo la narración aséptica de la noticia. También es Periodismo la posición que toma el medio ante determinadas noticias. Y la manera de visualizarlas. Es lo que defiende Jesús Canga (2005) cuando reflexiona "sobre el olvido frecuente de que en el contenido de un medio periodístico se integran la calidad de la información que suministra, la forma en que ésta es expresada y su presentación visual, elementos plenamente aplicables a los medios periodísticos" impresos y en Internet.
Y lo que Black propone ahora es consumir ‘marcas blancas’, que son mucho más baratas pero no aportan el valor añadido de las que son líderes en el mercado. A ciertos públicos les sirven perfectamente. Pero siempre hemos oído que el negocio de la información no sigue las mismas reglas que el resto. Si no, tiempo al tiempo.
Bibliografía
─ CANGA LAREQUI, J.: La prensa y las nuevas tecnologías, Deusto, Bilbao, 1988.
─ CANGA LAREQUI, J.: ‘Periodismo en la Red. Diseño periodístico y ediciones digitales’, en Telos, abril-junio 2005, nº 63 segunda época. En línea (2010.07.26): http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articulocuaderno.asp@idarticulo=3&rev=63.htm
─ GONZÁLEZ DÍEZ, L.: ‘Autoedición’ en Tecnologías de la información impresa, Fragua, Madrid, 1993.
─ PÉREZ CUADRADO, P.: El reto de un diario de diseño: El Sol, 1990-1992, Zona Impresa, Madrid, 2004.
4 comentarios:
Genial, sinceramente genial. Tanto este artículo como el anterior donde explicáis mejor las plantillas de Black. Yo por mi parte tengo dos preguntas:
1. El hecho de que ahora ciertas empresas, más que antes, vayan a consumir estas marcas blancas ¿no debería hacer que los costes bajen por lo tanto también lo hagan sus precios? En la comida, las marcas blancas nacieron de la demanda de una clase media agotada por la economía doméstica, y sinceramente son una manera de poder acceder a productos de segunda necesidad sin arruinar a ninguna familia. Pero en el lado empresarial, ¿creéis que esto será así?
2. Sobre Pedro, "imprescindible su tesis doctoral sobre aquel enorme desafío técnico", ¿esto se puede conseguir de algún modo? Qué mejor que las propias palabras de los maestros para aprender.
Los profesionales del periodismo y del diseño gráfico te damos las gracias por explicar de nuevo, profesor, en una clase magistral, la realidad de lo que está pasando y de lo que puede pasar con la presentación del periodismo escrito. Dicen que el hábito no hace al monje y que aunque la mona se vista de seda... Pero la vestimenta lo dice todo y si no por lo menos ayuda a mostrar la realidad.
Gustavo, lo siento pero se nota que somos amigos. Y quizá por eso tiene más valor tu comentario. Gracias. Samuel, puedes encontrar la tesis completa entre los recursos electrónicos de la complutense. Mira en: http://www.ucm.es/BUCM/tesis/19911996/S/3/S3002301.pdf
Excelente reflexión.
Lo que propone el señor Black es eliminar el factor cerebro que, a la postre, es lo fundamental en el periodismo.
Un saudiño.
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