viernes, 19 de octubre de 2012

La hazaña de Felix Baumgartner

Las antiguas imágenes que tenemos de Yuri Gagarin mientras viajaba al espacio exterior a bordo de su nave Vostok 1 y daba la primera vuelta a la tierra o de Neil Armstrong pisando la supeficie lunar ponen de manifiesto el radical cambio que se ha producido en las retransmisiones de las hazañas del siglo XXI. Imágenes en blanco y negro o en sepia, distribuidas por los respectivos gobiernos de la URSS y EEUU que se hallaban embarcados en una loca carrera espacial, quedan empequeñecidas visualmente al lado del despliegue técnico con el que contó la 'locura' de Felix Baumgartner.

Este ha sido uno de los primeros hechos en los que la televisión no ha sido la única referencia para seguir el acontecimiento. Redbullstratos.com y YouTube han competido con todas las televisiones por una audiencia cada vez más exigente. La web oficial daba cuenta de la velocidad, la altura, la presión y decenas de detalles que estaban ocurriendo en el momento captados con sus 35 cámaras de alta definición. Todas las televisiones tenían que depender de la web para ir actualizando los datos con los que Red Bull contaba en exclusiva. En este caso no era un Gobierno, era una bebida energética la que nos daba la posibilidad de asistir a la primera hazaña espacial del Siglo XXI. ¡Qué lejos quedan ahora los tiempos de Kennedy y Kruschev!

Y como en todo lo que ocurre en nuestro alrededor, ya sea el tropezón de un monarca o la restauración de alguna pintura religiosa, surgen cientos de vídeos realizados por personas anónimas que nos sorprenden. Siempre recordaremos que volvimos a reunirnos en el salón de casa para ver por TV o por la web el salto de Felix Baumgartner, pero los directivos de Lego podrían acordarse de la persona que más publicidad les ha hecho con la parodia más famosa del salto.

A continuación, el homenaje de encajabaja a Felix Baumgartner y a Lego




1 comentario:

dong dijo...

En este caso no era un Gobierno, era una bebida energética la que nos daba la posibilidad de asistir a la primera hazaña espacial del Siglo XXI. ¡Qué lejos quedan ahora los tiempos de Kennedy y Kruschev!
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