Recreando a aquel memorable inventor de palabras que el propio Cela interpretó en la película "La Colmena", adaptación de su genial novela, los misteriosos miembros del comité de expertos de encajabaja se atreven no sólo a definir términos existentes con su irreverencia habitual, de manera colectiva y abierta a vuestra participación, sino también a crearlos... como en esta nueva entrega de su y vuestro Diseñario.
G
Galerada. Ya no se oye hablar en los periódicos de esas pruebas de texto, las primeras en salir de las linotipias y más tarde de las máquinas de fotocomposición, de esas tiras alargadas de papel fotográfico con los caracteres ya compuestos en su ancho de columna y con los tipos y cuerpos adecuados, que después se cortaban para ser corregidas y finalmente montadas a mano. Ni volverá a oírse nunca más.
Gama. Cualquier conjunto de cosas que varían de una manera gradual. En las artes gráficas se aplica, fundamentalmente, al conjunto de tonalidades de un color. Además queda bien hablar de la "gama de los azules", o mejor aún hablar de una gama de cualquier color con denominacion inventada del estilo de la "gama de los pétreos" o de los colores "alimenticios"... muy propio todo esto de la gama de los "artistas" y demás gilipollistas.
Gilipollismo. Si buscáis esta voz en el diccionario, no hallaréis respuesta. Sólo en esta irreverente obra colectiva desvelaréis la incógnita, aunque si anglicismo es el giro o término procedente del inglés, o extranjerismo el que proviene de cualquier lengua foránea y sabéis sumar, dos-más-dos-cuatro, ya lo veréis venir...
Por gilipollismo se entiende todo término, vulgarismo, barbarismo, acepción, giro técnico o despropósito filosófico-lingüístico pronunciado con enfermiza pretensión de llamar la atención, aparentar más conocimientos de los que realmente se tienen o alardear innecesariamente de mundo ante la sorprendida audiencia, en un lo que viene siendo la gilipollez aplicada a la lingüística.
Los feedbacks, el wind izquierdo, the fuckin’ printer, las imágenes apaisajadas, los spoilers y cliffhangers, el corondel como mcguffin, brainstormins, offsides y facilities corners... ¿Tan difícil es llamar a las cosas por su verdadero nombre?
Grapa. Pieza de metal doblada con afilados extremos que se clavan para unir dos piezas de tela, madera, papel... Aferradas al lomo de un periódico, las grapas se convierten en el símbolo de toda una generación, conservadora, consumidora de información, fiel a su periódico y que pierde la paz de espíritu y las maneras cuando tiene entre sus manos un tabloide con sus pliegos sin unir. Los distinguiréis porque son los que suelen asir el periódico sin grapar como quien intenta coger un gato para lanzarlo a una piscina. El lector amigo de la grapa sufre de espasmos cuando lee un periódico sin grapar. Lo normal es que lo sacudan con violencia en el aire, como tratando de expulsar algún espíritu demoníaco de sus páginas. Suelen congestionarse, tratando de apoyar la sección de deportes en sus rodillas mientras, fueras de sí, golpean el medianil con el canto de la mano, como un karateka deshaciendo bloques de hielo... Este ejercicio de lectura con violencia, suele llevar a una reafirmación en el azorado lector de los valores intrínsecos de su grapa, esa pequeña pieza de metal desinteresada que nunca le ha abandonado y que le permite leer su periódico sin sobresaltos ni aspavientos... como lo ha leído toda la vida la gente de bien.
En una familia que consume prensa, las generaciones no se diferencian por la línea editorial de sus periódicos... se diferencian por el lomo. Dos pequeñas presas metálicas centelleando en el límite izquierdo marcan la diferencia. Uno no es monárquico o republicano. No es de derechas, de izquierdas, de centro o de los extremos. Uno es de su grapa. ¡Y a mucha honra! Y ve en la lectura anárquica y desordenada de los otros periódicos una patética analogía del mundo de hoy. Y en la supuesta libertad de sus páginas, intercambiables entre sí, ve, horrorizado, el desgobierno y libertinaje de una sociedad que deambula sin rumbo ni objetivos por la vida. Las grapas no sólo sujetan papeles, sujetan voluntades, impiden deserciones de lectores, alientan el inmovilismo y el sentimiento de grupo, de pertenecer a algo que los demás no pueden darte...
Por eso las grapas no son negociables. Porque en esos escasos milímetros de metal se concentran las lealtades de legiones de lectores que claman por su periódico, el de toda la vida, el que tiene grapas. Y a los que en gran medida, les da igual si un día defendemos al gobierno y al otro le azotamos, mientras eso venga grapado al lomo. Lectores que pueden aguantar contradicciones, bandazos e inexactitudes casi a diario, pero que se borrarían para siempre si una mañana no encontraran esas dos pequeñas garrapatas metálicas prendidas en el lateral del periódico. Las grapas no son negociables, decíamos. Es éste un tema muy serio. Se comenta en el mundillo que en un rediseño de ABC, un reputadísimo diseñador extranjero propuso eliminar las molestas grapas que, además, complicaban notablemente el proceso técnico de impresión... No sólo fue despedido fulminantemente, sino que fue abofeteado con saña por parte de la dirección del rotativo, antes de ser arrojado a un grupo de lectores furiosos que se arremolinaban en la puerta de la redacción. Su cuerpo fue desmembrado y repartido por los cuatro confines del edificio. Todavía se oían voces que, burlonas, le decían: "Espera, pongámosle... ¡¡unas grapas!!" Nunca más se volvió a plantear semejante ocurrencia en rediseños posteriores...
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Gama. Cualquier conjunto de cosas que varían de una manera gradual. En las artes gráficas se aplica, fundamentalmente, al conjunto de tonalidades de un color. Además queda bien hablar de la "gama de los azules", o mejor aún hablar de una gama de cualquier color con denominacion inventada del estilo de la "gama de los pétreos" o de los colores "alimenticios"... muy propio todo esto de la gama de los "artistas" y demás gilipollistas.
Gilipollismo. Si buscáis esta voz en el diccionario, no hallaréis respuesta. Sólo en esta irreverente obra colectiva desvelaréis la incógnita, aunque si anglicismo es el giro o término procedente del inglés, o extranjerismo el que proviene de cualquier lengua foránea y sabéis sumar, dos-más-dos-cuatro, ya lo veréis venir...
Por gilipollismo se entiende todo término, vulgarismo, barbarismo, acepción, giro técnico o despropósito filosófico-lingüístico pronunciado con enfermiza pretensión de llamar la atención, aparentar más conocimientos de los que realmente se tienen o alardear innecesariamente de mundo ante la sorprendida audiencia, en un lo que viene siendo la gilipollez aplicada a la lingüística.
Los feedbacks, el wind izquierdo, the fuckin’ printer, las imágenes apaisajadas, los spoilers y cliffhangers, el corondel como mcguffin, brainstormins, offsides y facilities corners... ¿Tan difícil es llamar a las cosas por su verdadero nombre?
Grapa. Pieza de metal doblada con afilados extremos que se clavan para unir dos piezas de tela, madera, papel... Aferradas al lomo de un periódico, las grapas se convierten en el símbolo de toda una generación, conservadora, consumidora de información, fiel a su periódico y que pierde la paz de espíritu y las maneras cuando tiene entre sus manos un tabloide con sus pliegos sin unir. Los distinguiréis porque son los que suelen asir el periódico sin grapar como quien intenta coger un gato para lanzarlo a una piscina. El lector amigo de la grapa sufre de espasmos cuando lee un periódico sin grapar. Lo normal es que lo sacudan con violencia en el aire, como tratando de expulsar algún espíritu demoníaco de sus páginas. Suelen congestionarse, tratando de apoyar la sección de deportes en sus rodillas mientras, fueras de sí, golpean el medianil con el canto de la mano, como un karateka deshaciendo bloques de hielo... Este ejercicio de lectura con violencia, suele llevar a una reafirmación en el azorado lector de los valores intrínsecos de su grapa, esa pequeña pieza de metal desinteresada que nunca le ha abandonado y que le permite leer su periódico sin sobresaltos ni aspavientos... como lo ha leído toda la vida la gente de bien.
En una familia que consume prensa, las generaciones no se diferencian por la línea editorial de sus periódicos... se diferencian por el lomo. Dos pequeñas presas metálicas centelleando en el límite izquierdo marcan la diferencia. Uno no es monárquico o republicano. No es de derechas, de izquierdas, de centro o de los extremos. Uno es de su grapa. ¡Y a mucha honra! Y ve en la lectura anárquica y desordenada de los otros periódicos una patética analogía del mundo de hoy. Y en la supuesta libertad de sus páginas, intercambiables entre sí, ve, horrorizado, el desgobierno y libertinaje de una sociedad que deambula sin rumbo ni objetivos por la vida. Las grapas no sólo sujetan papeles, sujetan voluntades, impiden deserciones de lectores, alientan el inmovilismo y el sentimiento de grupo, de pertenecer a algo que los demás no pueden darte...
Por eso las grapas no son negociables. Porque en esos escasos milímetros de metal se concentran las lealtades de legiones de lectores que claman por su periódico, el de toda la vida, el que tiene grapas. Y a los que en gran medida, les da igual si un día defendemos al gobierno y al otro le azotamos, mientras eso venga grapado al lomo. Lectores que pueden aguantar contradicciones, bandazos e inexactitudes casi a diario, pero que se borrarían para siempre si una mañana no encontraran esas dos pequeñas garrapatas metálicas prendidas en el lateral del periódico. Las grapas no son negociables, decíamos. Es éste un tema muy serio. Se comenta en el mundillo que en un rediseño de ABC, un reputadísimo diseñador extranjero propuso eliminar las molestas grapas que, además, complicaban notablemente el proceso técnico de impresión... No sólo fue despedido fulminantemente, sino que fue abofeteado con saña por parte de la dirección del rotativo, antes de ser arrojado a un grupo de lectores furiosos que se arremolinaban en la puerta de la redacción. Su cuerpo fue desmembrado y repartido por los cuatro confines del edificio. Todavía se oían voces que, burlonas, le decían: "Espera, pongámosle... ¡¡unas grapas!!" Nunca más se volvió a plantear semejante ocurrencia en rediseños posteriores...
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.