Las piezas pueden ser grandes, pequeñas, mediana; cortas, largas; informativas, opinativas; crónicas, reportajes, entrevistas. La combinación, más o menos acertada y la cantidad justa de piezas, hace que se tenga un periódico con más o menos ritmo y con mejor o peor contenido. No es siempre buscar cuanto más, mejor. A veces, con pocas y extensas piezas se puede conseguir un mejor resultado que con muchas y cortas piezas.
La vida útil de las piezas es, sin embargo, directamente proporcional a la extensión que ocupan en el periódico. Es más probable que una pieza a una columna desaparezca a que lo haga una pieza que ocupa las cinco columnas. Al igual que es más probable que una pieza a cuatro columnas acabe convirtiéndose en una de cinco, a que una pieza a una columna termine convirtiéndose en una de cuatro.
Pintar. Retratar el mundo a través del color de tus pinceles, o de tus lápices, o de tu alma. Lúdica expresión artística, en la que la realidad se preña de colores al pasar de tres tangibles dimensiones a dos blanquísimas dimensiones de papel. Pintar es la plasmación risueña de alguien que juega con un papel. Por eso los que mejor pintan son los niños, que ni se lo plantean ni falta que les hace. Tal como les viene, lo pintan... Y por eso no tiene ninguna lógica que se refieran al trabajo de los maquetadores como "pintar una página". Porque aunque sea una manifestación artística, y alguno de nosotros todavía disfrute como un niño con nuestro trabajo, incluso aunque en esta fría época de unos y ceros, alguno de nosotros siga tirando de papel y lápiz como reclamo de inspiración antes de ponerlo en píxeles, nuestro trabajo no tiene nada que ver con pintar. Generalmente, cuando uno pinta una cosa se deja llevar por la inspiración y el propio gusto. Nosotros no nos podemos permitir guiarnos por el gusto como criterio. Nosotros ponemos en página la información pura y dura, Y para eso hay reglas, códigos y un lenguaje muy determinado. Como cuando un redactor redacta. Y si funciona, funciona. Y si no gusta, que se lo cuenten a otro. Que ni somos pintores de brocha gorda, ni aquel pintor de angelitos negros al que cantaba Machín. Que somos periodistas sin textos, pero no por ello, menos pintores de batallas.
Pisar. Dejemos de lado los arranques de sinceridad de aquel entrenador argentino que le decía a su masajista que los suyos eran los de colorado y que a los otros "pisálos" y los extraños fetichismos. Lo normal es que cuando te pisen te moleste, aparte de porque duele, porque están invadiendo tu zona de seguridad, ese perímetro acordonado en el que cabes tú y nadie más.... Lo que ocurre en diseño es que las cosas a veces se pisan unas a otras y no es que se estén declarando la guerra, sino que están creando volumenes en un extraño caso de invasión de espacios. De todos modos, es raro encontrarse con elementos pisados en un periódico, donde la formas se guardan tanto como aquel mayordomo de Howard's End. En los suplementos y las revistas, en cambio, el pisarse es algo habitual... Provoca ese movimiento y cierta anarquía propia de los diseños moderniles y atrevidos, en los que no hay recurso lo suficientemente arriesgado, ni maquetador suficientemente temeroso de su Director de Arte...
Otra forma de ir pisándose por ahí es cuando un periodista le levanta una información a un colega de otro medio, y la publica antes que la competencia. Esto provoca un inusitado subidón en las redacciones, porque no todos los días le pisas una exclusiva a la competencia... Otros que van por ahí pisando son aquellos que se han labrado toda una carrera sin reparar sobre las costillas de quién están zapateando... Que para eso también hay que valer, que no debe ser fácil ir por ahí pisando a todo el que se te cruce por delante...
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.