en el II Seminario de Diseño Periodístico (Foto: Luis Blasco)
El equipo de encajabaja
¿A que sí? Bueno, no seamos muy duros desde el primer número, además hay que decir que aquí, en la revista española, también tenemos a la potente Berry, aunque en páginas interiores. Aparecen las mismas fotos del reportaje original americano junto a una curiosa "autoentrevista" diseñada de una manera original:
Domingo 8 de Septiembre. Dos días después de mi aterrizaje de las vacaciones estivales. Cargado de energía y grandes ideas listas para plasmarse en cuatricromía sobre blanco. La sección de Cultura abre con un tema de dibujantes de cómic españoles. Las imágenes que acompañan el tema son espectaculares. Y ahora que casi todo el periódico va a color, la oportunidad no puede desaprovecharse.
Tras un ratito de jugar con las imágenes, el resultado final de la página es el siguiente. Amplia satisfacción en la reducida sección de maquetas del fin de semana. La página ha quedado bastante espectacular, con un montaje de fotos en las tres columnas de salida y un pequeño detalle que rompe las dos columnas de entrada, aliviando el peso del texto principal. Tal que así:
Unos minutos después suena el teléfono. Al otro lado, el redactor que ha encargado la página. Me dice, con voz dubitativa: "Javi, a mi la página me gusta mucho...pero... ¿no es un poco parecida a la apertura de ayer?" Y yo pienso: "¿Parecida? ¡Imposible!". El caso es que abro la página del día anterior y me encuentro con lo siguiente:
Y por poco me da algo. Porque tenía yo la cosa muy clara. Y porque puedo prometer y prometo que no tenía ni idea de la existencia de la página en cuestión. El caso es que cuando la abro pienso: "¿Un poco igual? ¡Es la misma página!" Alucinante pero cierto. Es verdad que a veces el material que tienes te pide una maqueta concreta y cabe la posibilidad de que se parezcan, un 4-1, o un 1-3-1, esquemas clásicos, pero, la verdad, yo no recuerdo que me haya pasado un caso igual nunca. Hasta la foto que rompe en la columna de entrada está practicamente a la misma altura... lo dicho, flipante.
Pero como era domigo, y hay que tirar pa´lante, decidimos salir así. "Hombre, no se parecen tanto" me decía Luis, intentando animarme. Yo aún no me podía creer lo que acababa de ver.
Nuestro compañero Luis, a partir de ahora ‘el profesor Luis’, les había preparado una maqueta previa para facilitarles las cosas porque, evidentemente, partir de cero absoluto es imposible. Pero con esa maqueta base de cuatro columnas fueron ellos quienes dispusieron los elementos de todas las páginas. Algunas fuentes fallaron, como se puede ver, y el día que les explicó las bondades de intentar agrupar las imágenes de una página no le debían estar haciendo mucho caso, como se ve también en la segunda página que reproducimos... pero en general la revista de estos alumnos aprobaría con un notable alto e incluso es mejor que muchas publicaciones infames que encontramos en los buzones e incluso en los quioscos. Sólo nos queda una duda, ¿de quién es el mérito?... ¿de los alumnos?... ¿del profesor?
¿Qué es lo que diferencia una buena maqueta de una que no funciona? ¿Puede ser la variedad tipográfica, su equilibrio, su elegancia, la compensación en el uso de los blancos, quizá su poderoso impacto visual? Todas estas características, valiosas y necesarias, sin duda, pertenecen al campo de lo estético. Importante aliado, pero que no nos debería alejar del auténtico objetivo. Lo que realmente hace que una página, sección o periódico funcione es la información. La forma en que se presenta la información.
Las virtudes estéticas de una página son muy importantes, desde luego. Debe ser atractiva, que capte la atención. Pero si un diseño de relumbrón traiciona la información que presenta no sirve de nada. Por eso, para alcanzar la respuesta a la pregunta anterior tendríamos que pensar, en primer lugar, en criterios meramente informativos como jerarquía, orden, unidad, coherencia, valoración… edición, en definitiva. Si a eso conseguimos sumar una presentación atractiva y cuidada, tenemos la maqueta que buscábamos.
La maquetación está inevitablemente unida al trabajo de edición. Un buen maquetador tiene, necesariamente, que ser un buen editor. Porque la maqueta que funciona es la maqueta que informa. Esta labor periodística tiene que estar siempre presente para el maquetador. Todos los elementos de la página han de estar en sintonía con la información que se pretende contar. Los titulares, sus cuerpos y columnas, las informaciones secundarias, las fotografías…todo debe ayudar a contar la historia que el redactor ha trasladado al papel. De ahí que deban prevalecer los criterios informativos sobre los estéticos. Si hacemos que predominen las decisiones estéticas sobre las informativas estaremos bordeando peligrosamente el terreno de "las paginitas" o del "a mi esto no me gusta" del que ya se ha hablado, con gran acierto, en este blog. Cuántas veces habremos escuchado cosas como: "Hazlo cómo tú quieras, pero que quede bonito". Vale, se intentará que quede bonito, pero eso a mi, periodista que maqueta, me importa más bien poco. Lo que me importa es ¿queda clara la información que estamos dando? ¿La fotografía que hemos elegido es la que mejor ilustra el tema? ¿Podemos potenciar su mensaje con algún tipo de corte? ¿La página mantiene una jerarquía informativa clara en relación con el resto de su sección? Si a todo esto, la cosa te queda bonita, todos contentos.
El diseño de una página o de una sección completa debe ser un trabajo de edición conjunta entre los redactores y los maquetadores. Esto, lamentablemente, no siempre es posible, por la falta de tiempo, de material o de colaboración entre las partes. Y eso, sin duda, se nota en el resultado final. A veces, sólo unas pocas páginas al día son fruto de esta interrelación entre las distintas secciones de la redacción. Personalmente, estas pequeñas victorias son las que te hacen ver el periódico al día siguiente con cierta satisfacción. Y darte cuenta de lo mucho que se podrían haber mejorado otras páginas con un poquito más de tiempo o información.
"El diseño es un concepto orgánico, algo vivo", nos decían en la facultad. Es cierto. Como la información. Son la misma cosa. Surge al comienzo de cada página y está en constante evolución durante toda la jornada, sabiendo que lo que era una buena maqueta a las 17.00 horas no tiene porqué serlo a las 21.00 horas. El diseño, la información, no puede enlatarse, no puede prefabricarse. No se puede pretender construir un periódico desde una nevera, desde un almacén. Porque las maquetas cambian, se adaptan y rinden pleitesía a la información que contienen. Y la información es un animal cambiante, caprichoso y voluble.
Y esto que parece una reflexión de cajón es una de las grandes luchas diarias en una redacción. Y por eso muchas veces los redactores acuden a maquetación buscando soluciones estéticas a problemas que tienen su origen en la edición de la información. Y por eso hay gente que piensa que la panacea redaccional consiste en tener una ingente cantidad de modelos de páginas premaquetadas, dónde poder elegir, según qué casos. Pero se equivocan. Por que no se puede premaquetar la realidad, del mismo modo que no es factible realizar una previsión realista del flujo de información del día. Hay que adaptarse a la realidad. Y por eso, aunque pudieras empapelar un periódico entero con modelos de páginas prefabricadas, la información seguiría pillándote a calzón quitado. Porque cada tema necesita su maqueta. Porque el 11-S requería su maqueta, y porque José Tomás toreando a cámara lenta en los medios de Las Ventas necesita su propia maqueta. Porque cosas como la jerarquía y el ritmo no nacen del azar, sino de un trabajo de edición realizado página a página, sección a sección, periódico a periódico.Javier Vidal
Dos fotografías, un texto que ya se está escribiendo y otra pequeña noticia, abajo, para un segundo suceso.
Transcurren dos horas aproximadamente y ahora es cuando viene el más difícil todavía. Disfrazado en esta ocasión de redactor jefe que, con la sonrisa de quien disfruta apuñalando a compañeros, me pide que en ese mismo espacio, la fotografía principal TIENE que crecer de tres a cuatro columnas, que MANTENEMOS la segunda foto y que además AÑADIMOS un pequeño gráfico localizador ¡a dos columnas! El segundo suceso entonces ya no lo damos, ¿no?, pregunto inocente de mí buscando sitio donde todos sabemos que no lo hay. Sí, sí, eso TENEMOS que darlo. ¿Ha cambiado la actualidad? No. ¿Tenemos más datos que antes? No. Es que se nos ha ocurrido ahora. ¿Y cómo se supone que voy a meter todo eso en la página? Seguro que tú puedes, se despide removiendo el cuchillo entre la herida.
En estos casos siempre pienso que no se va a poder, que nos piden magia y que la magia, a mí, se me acaba. Y miro a Luis. Y Luis me mira como se mira al pobre desgraciado que acaba de sufrir un last time brown.
Hice lo que pude: