Habitualmente los políticos no son muy dados a dar buenas fotos. Suelen ser planos muy fijos, con poco que rascar. Un típico ejemplo lo tenemos en las ruedas de prensa, donde los fotógrafos hacen lo que sea por sacar un plano que se salga de lo común.
En esta ocasión, tres periódicos han decidido apostar en su portada por una fotografía en la que se aprecia un gesto que se sale de lo normal. Creo que el gesto no es exactamente el mismo, aunque por escasas décimas de segundo. Pero lo que me interesa destacar aquí es cómo han cortado la foto según las necesidades que planteaba su portada y cómo cambia la interpretación de una foto según el corte que se le dé a la misma.
miércoles, 6 de junio de 2007
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